jueves 28  de  marzo 2024
EL JARRÓN CHINO

Una foto necesaria

Muchos directores de medios optaron por no publicar la imagen más cruda y eligieron otra en la que se ve al pequeño de perfil en brazos de un soldado. Fue un error, la foto de Aylan pasará a la historia como la de Kim Phuc, la niña de 9 años corriendo despavorida y desnuda cuando un avión del Ejército survietnamita bombardeó su pequeño pueblo de Trang Bang durante la Guerra de Vietnam

Por MANUEL AGUILERA

Se llamaba Aylan Kurdi y tenía tres años. Seguro que durante esta semana han oído hablar de él. Y habrán visto la terrible imagen del pequeño boca abajo, acariciado por las olas en una tranquila playa. Cuantos niños habrán jugado en ese pequeño espacio de arena, ajenos al dolor y la injusticia que generan los mayores con sus acciones o inacciones.

Aylan era sirio y acompañado de sus padres y su hermano dejó atrás su casa y su vida casi recién comenzada huyendo de la violencia y la amenaza del Estado Islámico. Su viaje en busca de una vida mejor o simplemente de una vida terminó en muerte. No es el único niño que ha fallecido en una de estas inciertas travesías ni tampoco es el único lugar del mundo donde ocurren. Pero la diferencia con otras es que la cámara de la fotógrafa turca Nilufer Demir estaba allí para dar testimonio de esta tragedia, de este fracaso. Del fracaso del estado Sirio con su deleznable presidente a la cabeza, de la inacción de los acomodados gobiernos de la Unión Europea y del olvido de toda la comunidad internacional en general. Mención especial al presidente de los Estados Unidos, permio Nobel de la Paz, cuya política en la región donde nació Aylan está cargada de tan buenas intenciones como de sonoros fracasos.

Dice la fotógrafa turca que “cuando vi a Aylan Kurdi se me heló la sangre”. Yo personalmente me alegro de que estuviera allí y que pudiera retratar el cadáver del niño para golpearnos a todos una y otra vez con la fotografía. Muchos directores de medios optaron por no publicar la imagen más cruda y eligieron otra en la que se ve al pequeño de perfil en brazos de un soldado. Fue un error, la foto de Aylan pasará a la historia como la de Kim Phuc, la niña de 9 años corriendo despavorida y desnuda cuando un avión del Ejército survietnamita bombardeó su pequeño pueblo de Trang Bang durante la Guerra de Vietnam.

Seguro que aquella imagen, como la de Aylan, también escandalizó a algún director de periódico de trasero ancho engordado en la comodidad de la redacción de noticias.  El pasado jueves me invitaron del programa de María Elvira Salazar para hablar de este asunto. Mi hijo de 9 años sintonizó el show y cuando llegué a casa me preguntó: ¿quién era el niño? Así, sin preámbulos, con toda la espontaneidad del pequeño que quiere saber de aquello que no entiende aunque le asuste.

Y entonces le hablé a Cristóbal sobre Aylan. De que tenía un hermanito de 5 años, de su mamá, de que su papá había sobrevivido y de la guerra que les obligó a tomar la decisión que finalmente les costó la vida. Le recordé que él tenía mucha suerte por vivir en una familia acomodada en una zona de paz. Cristóbal tiene 9 años y entre la escuela y sus juegos infantiles, ha tenido acceso a la historia de Aylan. Quizás cuando sea un hombre alcance un grado de conciencia para luchar por evitar que se produzcan este tipo de situaciones y no para exigir a los periodistas que oculten las imágenes de aquello que nos es doloroso.

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