jueves 28  de  marzo 2024
ESCRITOR CUBANO

Represión sin esperanza

Los informes traídos desde Cuba muestran que el pueblo sigue con la misma situación de miseria y que el alivio que reciben no proviene de las fuentes del Gobierno, sino de las remesas que envían los familiares desde el exilio y los viajes de estos a la Isla

Diario las Américas | ANGEL CUADRA
Por ANGEL CUADRA

Ante el anuncio de que Estados Unidos iba a restablecer relaciones diplomáticas con el Gobierno castrocomunista cubano, varias fueron las apreciaciones sobre ese acontecimiento. Quiero resaltar, entre otras, las siguientes:

Primero, los que pensaron que, habida cuenta la ostensible pobreza en el pueblo cubano, estas relaciones, más allá de la cortina diplomática prometían una inyección económica subsidiaria, con beneficio para el pueblo.

Segundo, que la dictadura cubana iba a aflojar (si no a romper)  las cadenas represivas que durante tantas décadas han pesado sobre los hombros del ciudadano medio, el cual podría recibir, al menos, un mínimo de respeto a los derechos humanos y más libertad de expresión, más espacio para los disidentes y opositores cívicos, o no violentos, que tanto han venido luchando por aperturas de libertad y democracia para los cubanos.

En cuanto al primer aspecto antes señalado, los informes traídos de Cuba muestran que el pueblo sigue con la misma situación de miseria y que el alivio a la misma no proviene de las fuentes del Gobierno, sino de las remesas que envían los familiares desde el exilio y los viajes de estos a la Isla.

En el segundo punto antes señalado, la represión brutal de la policía y sus brigadas paramilitares, lejos de mermar, ha venido en aumento. Los arrestos masivos, arbitrarios con feroces golpizas a hombres y mujeres, los allanamientos bandidescos a los hogares de los disidentes y opositores cívicos, el terror, en fin, en sus múltiples formas, de tal modo que ya el régimen no puede ocultarlo y, además, parece que le interesa que se hagan patentes, como consubstancial a ese sistema de Gobierno.

Para señalar un dato significativo, en la fiesta religiosa tradicional de la Virgen de la Caridad del Cobre, el pasado 8 de septiembre, la policía arrestó con violencia a más de cien disidentes y feligreses no políticos, entre ellos, muchos eras mujeres de las Damas de Blanco. (Esto hay que señalarlo en el sentido de que la anunciada libertad religiosa está limitada a las formas y la medida que el Gobierno establece).

En el caso de las caminatas pacíficas de las Damas de Blanco, desde la Iglesia de Santa Rita, en el Reparto Miramar, de La Habana, es de señalar que en días recientes un diputado del Parlamento de Chile, el señor Felipe Casas, que estaba de visita en Cuba, quiso participar en una de esas caminatas. Entre los arrestados y golpeados en la represión que realizó la policía estaba el Diputado chileno, el que pudo constatar en carne propia la índole represiva y terrorista del régimen castrocomunista. Por la intervención de la embajada chilena en La Habana, el Diputado fue liberado de la unidad policial en la que lo habían encerrado. Dicho Diputado comentó después para la opinión internacional, que cómo era posible que esa opinión no se hiciera eco y protestara de la terrible represión que el Gobierno, y lanzó esa denuncia ante la indolencia del mundo para el pueblo cubano.

Pero no hay que asombrarse. Recuérdece que el propio dictador heredero, Raúl Castro, el mismo día 17 de diciembre pasado, al anunciar el inicio de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, recalcó con altanería, que su Gobierno no haría concesiones políticas. Y para ratificar lo anterior ante la opinión mundial, llevó a efecto un operativo policial, en la propia Panamá, cuando hace poco se llevaba a cabo la Cumbre de los países de America en aquel país, llevando allí un adiestrado grupo paramilitar, que dio el espectáculo de agredir a golpes, a un pequeño grupo de cubanos que fueron desde el exilio e intentaron llevar una ofrenda floral a un busto de José Martí, en un parque público de aquella ciudad.

Es así cómo dentro de Cuba el pueblo sigue soportando la pobreza y los atroces atropellos a la libertad individual. Y cómo conscientes de todo eso, no creyendo en las aperturas que se reclaman a aquel Gobierno y éste anuncia cínicamente como tales, y ya de espaldas a la esperanza, un gran nuevo grupo de médicos y otros profesionales de la salud cubanos, se escaparon recientemente hacia Colombia desde Venezuela a donde habían sido enviados por el Gobierno castrocomunista, manifestando que no desean regresar a Cuba.

Ellos, desde el exterior, al igual que los cubanos en la Isla, conocen la índole perversa del régimen impuesto en Cuba y, a todo riesgo, ya sin esperanza de un mejor futuro en su patria -como tantos otros cubanos- huyen del falso paraíso castrocomunista que, a pesar de las nuevas relaciones diplomáticas, están seguros de que, para el pueblo llano, no va a cambiar.  

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