miércoles 27  de  marzo 2024
ANALISTA COLOMBIANO

El tráfico de armas y muerte en América Latina

MIAMI.- En Latinoamérica, especialmente en países como Colombia, Venezuela, Nicaragua, Guatemala y México, la implicación del tráfico ilegal de armas en las muertes violentas de esos países es bastante preocupante.

Diario las Américas | CRISTHIAN MANCERA MEJÍA
Por CRISTHIAN MANCERA MEJÍA

MIAMI.- El tráfico de armas es una compleja red mercantil que se alimenta de los conflictos armados, de los problemas de legitimidad de los sistemas políticos y de la corrupción pública, privada, civil y militar. Es por ello que resulta necesario contar con las herramientas que permitan enfrentarlo de manera efectiva.

Este flagelo, presente desde la caída del Imperio soviético y consecuencia de los grandes saldos de armas que quedaron en poder de las repúblicas soviéticas, inició un gran mercado ilegal de armas. Un mercado que hoy por hoy no es entre países sino entre individuos y organizaciones terroristas que utilizan el mercado negro para adquirir grandes saldos de armas, armas con las que se matan a diario miles de personas en el mundo.

En Latinoamérica, especialmente en países como Colombia, Venezuela, Nicaragua, Guatemala y México, la implicación del tráfico ilegal de armas en las muertes violentas de esos países es bastante preocupante.

Generalmente, las armas entran a esos países por las costas o por las fronteras vecinas y hacen su viaje a las ciudades principales utilizando los transportes terrestres de verdura. Estos transportes suelen terminar en las centrales de abastos o puntos de encuentro específicos establecidos para su distribución. Desde allí, las armas son repartidas y comercializadas en el mercado negro, dispuestas para que los delincuentes incurran en sus modalidades siniestras del crimen. Ante esta situación y para lograr cortar el flujo ilegal de armas, son requeridas numerosas medidas, tanto en el plano nacional como en el internacional.

No obstante, se desconoce la verdadera dimensión del mercado ilícito de armas, ya que el gran volumen de armas de fuego y sus municiones existentes más el inmenso número de proveedores que tienen, condicionan y disminuyen los alcances de las medidas de control, así como la eventual verificación de la cadena de distribución y venta.

En países como México y Guatemala, el reciente incremento de muertes violentas como consecuencia del tráfico de drogas y el tráfico ilegal de armas ha encendido las alarmas sobre la inminente necesidad de ejercer más controles, pero al parecer esas solicitudes no han tenido mucho eco en la región. 

Al hacer referencia al aumento de las muertes violentas en países como México y Guatemala, deben tenerse en cuenta tanto factores políticos y económicos como sociales y culturales. Estos elementos resultan necesarios para lograr establecer el porqué de los aumentos y las razones del fracaso de los gobiernos en la lucha contra el crimen y contra todas sus manifestaciones, incluida el tráfico ilegal de armas.

Según recientes bases de datos de la Cámara de Comercio y del Sistema Unificado de Información de Violencia y Delincuencia de la Secretaría de Gobierno del Distrito de Bogotá, Colombia, se ha registrado la incidencia de las armas de fuego de origen ilegal en las violentas muertes ocurridas en la ciudad, sumado al uso de armas menores para cometer crímenes como el sicariato, entre otras modalidades.

Son muchas las regulaciones que existen en Naciones Unidas y en la OEA para obligar a los Estados a

regular su producción de armas y que éstas no sean distribuidas ilegalmente. Sin embargo, no todos los países se han acogido a dichos acuerdos y regulaciones, lo cual ha complicado notablemente el trabajo que realizan muchas autoridades para evitar el tráfico de armas y su implicación en muertes violentas en la región. 

El tema puntual es la necesidad de aplicar las normas vigentes que existen en cada país y luchar por acabar con los fenómenos permisivos como la corrupción estatal, factor que en la mayoría de los casos es la que permite que sucesos como el tráfico de armas no sean perseguidos en la forma en la que deberían.

Para combatir eficazmente el fenómeno del tráfico ilícito, deben realizarse esfuerzos paralelos dentro de los países y las regiones, y complementarse por la atención internacional, para que cada iniciativa refuerce y apoye los esfuerzos realizados en otros países. Es recomendable, además, centrar la atención en reducir la demanda, tratando directamente las causas del conflicto, dado que “lo más importante es la mala distribución del ingreso, la riqueza y el capital”.

El complejo pero real conjunto de factores que dan forma a la demanda no puede ser ignorado dentro de la problemática del tráfico de armas. Los fabricantes no sólo buscan nuevos mercados sino que, además, suelen introducir cambios tecnológicos para ampliar las ventas. Cabe enfatizar que el mercado ilícito de armas pequeñas de fuego no es preponderante dentro del gran mercado que alimenta las huestes en conflicto, sin embargo son las de más impacto en las muertes violentas en las ciudades principales de Latinoamérica.

Hay varias maneras de impedir que los ciudadanos obtengan armas a fin de evitar el uso compulsivo o el acceso sin autorización. Algunas de ellas son: la creación de programas educativos; la limitación del número de armas de fuego que puede poseer un individuo; el desarrollo de programas para eliminar la circulación de las armas no deseadas, innecesarias e ilegales; la oferta de compensación a quienes entreguen sus armas y la prevención de penas severas a quienes no las entreguen; la implementación de programas de intercambio de armas por algún tipo de bonos o subsidios ya sea en materia de alimentos, salud o educación; y la destrucción de todas las armas confiscadas.

Otra de las alternativas es crear una base de datos internacional para que cada arma tenga una especie de ADN o serial para que así, cuando un funcionario de policía confisque un arma en cualquier parte del mundo, éste pueda ingresar de inmediato en la base de datos la marca, el modelo y el número de serie, y recibir información sobre la fuente del arma y su último propietario legítimo.

Es necesario combatir este flagelo de manera ejemplar, no sólo en la aplicación de la norma, sino en la censura a los funcionarios corruptos que permiten el tráfico. Esto con el fin de lograr que menos

personas sean asesinadas bajo el uso de armas ilegales en nuestra región. Con miras a un mundo

globalizado, la región no puede seguir registrando números de violencia comparables sólo con guerras civiles o entre Estados. Como consecuencia del narcotráfico la región se está matando,  o sea: hermanos matándose entre sí.

El alcance de metas globales para la región depende de la pacificación de la misma; el tráfico ilegal de armas es un problema serio que requiere atención y una solución conjunta cuanto antes para ponerle fin a la nefasta influencia que ejerce en las muertes violentas de las principales ciudades de Latinoamérica.

El autor es director y fundador de Latribunacolus  y de United Languages Mediagroup.

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