lunes 25  de  marzo 2024
POLÍTICA MIGRATORIA

Cubanos desesperados en Centroamérica tras cambio de política de EEUU

La noticia todavía no es asimilada por centenares que están en México y Panamá, quienes fijan sus esperanzas en Donald Trump y gritan: "Obama nos jodió"
Por JOSUÉ BRAVO

SAN JOSÉ.- Como un balde de agua fría cayó entre los cubanos en tránsito por Centroamérica y otros países de América Latina, la decisión del presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, de derogar con aplicación inmediata este 12 de enero, la política de “pies secos, pies mojados” que beneficiaba a migrantes de la isla.

La noticia todavía no es asimilada para centenares de que están en México y Panamá, quienes reaccionaron con desesperación, fijan sus esperanzas en Donald Trump y algunos gritan: “Obama nos jodió”.

Un centenar de cubanos se congregaron desde el mismo jueves en la mexicana ciudad de Tapachula, sur de México y fronteriza con Guatemala, donde expresaron su consternación por el fin de la política de Estados Unidos que les permitía conseguir residencia estadounidense aunque ingresaran sin documentos.

“Nos enteramos viendo las noticias en el televisor (…) nosotros veníamos bien, llegando a donde queríamos llegar, pero ahora no sé qué va a pasar”, dijo a medios internacionales y visiblemente afligido Carlos Darío Bravo, de 27 años.

Al enterarse también a través de llamadas de sus familiares radicados en Estados Unidos del fin de esa ley migratoria, los cubanos se reunieron en una plaza comercial del centro de Tapachula (Chiapas), una zona donde hay varios hoteles económicos y está a unos 60 kilómetros de la frontera con Guatemala.

“Estamos aquí preocupados tratando de ver qué solución se le puede dar a esto porque no es fácil”, añadió Leonardo Fabio, otro cubano de 28 años que ingresó por la frontera de Guatemala con México, que comparte a su vez una frontera con Estados Unidos de 3.200 km.

Los cubanos varados en el sur de México tienen cifradas sus esperanzas en el nuevo presidente Donald Trump, para que elimine todas las concesiones dadas por Obama a la Cuba de Raúl Castro. O que el nuevo Congreso norteamericano refrende el decreto de Obama que les retiró los beneficios, aunque la disposición oficial fue emitida con efecto de aplicación inmediata.

Una alternativa inmediata para ellos, sería que el Gobierno mexicano otorgue documentos que faciliten el tránsito de cubanos hasta la frontera en Estados Unidos. No obstante, ahora los migrantes de la isla, al tener dificultades para ingresar con beneficios a EEUU, se exponen a recibir la aplicación de la ley migratoria de México.

Es decir, serían tratados en México como cualquier ciudadano extranjero, en este caso ilegal, lo que los expone a deportaciones hacia su país, una tercera nación o acogerse a algún beneficio de asilo político o refugiado en territorio mexicano.

En enero y febrero del año pasado, México permitió el libre tránsito de miles de cubanos que estuvieron varados durante meses en Costa Rica y Panamá, después de que Nicaragua les cerrara el paso en 2015.

El Gobierno de México trasladó de la frontera sur a la del norte un total de 6.300 cubanos, entre ellos menores y mujeres embarazadas, de acuerdo con un balance divulgado por el INM en marzo del año pasado.

La orden ejecutiva “pies secos y pies mojados” establecía que los migrantes cubanos interceptados en el mar fueran devueltos a su país, pero los que llegaban a tierra firme, aún sin ningún tipo de visa, podían permanecer y beneficiarse de mecanismos agilizados para obtener la residencia permanente.

Esa legislación era resultado de una modificación de 1995 a la Ley de Ajuste Cubano, adoptada por Estados Unidos en 1966, en plena Guerra Fría.

En Panamá, más de 70 cubanos que se encuentran en un albergue de Cáritas de la capital panameña, pidieron también a Estados Unidos que haga una excepción con los que salieron de la isla antes de la derogación de la política migratoria y están cruzando Centroamérica.

"Solo pedimos que hagan una excepción con los que estamos en camino, en tránsito, que nos dejen seguir, que no apliquen la medida inmediatamente y nos den un plazo para llegar a Estados Unidos", indicó a la agencia de noticias Efe, la joven Yancys Ricars, quien salió de Cuba a principios de diciembre 2016 junto a su madre y su hija.

"Yo prefiero pasar mil veces la selva del Darién (frontera natural entre Colombia y Panamá) que volver a Cuba. ¡Que nos dejen llegar a Estados Unidos, por favor!", clamó el habanero Ulises Ferrer, quien llegó a este albergue con su hija de 4 años y su mujer embarazada hace casi dos semanas.

La medida anunciada el jueves era una larga demanda del Gobierno de la isla, que busca frenar el éxodo de cubanos de los últimos años, agudizado a raíz del deshielo diplomático y que hace un año provocó una crisis humanitaria en Centroamérica.

Miles de isleños se quedaron entonces varados en Panamá y Costa Rica, porque Nicaragua les cerró la frontera alegando razones de seguridad nacional, y la situación llegó a ser crítica.

Según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, el país centroamericano recibió en 2016 más de 27.000 migrantes irregulares, la mayor parte de ellos cubanos, aunque también haitianos, africanos y asiáticos.

Actualmente, las autoridades locales calculan que los cubanos que están atravesando Panamá no superan los 200, casi la mitad de los cuales se encuentran en este albergue.

"El futuro de los cubanos deportados va a ser más negro todavía. No nos van a dar trabajo, nos van a dejar sin casa... No vamos a tener nada", denunció por su parte Osvaldo González.

Mientras los migrantes varados o en tránsito hacia Estados Unidos claman por ayuda, el gobierno costarricense celebró el fin de la política “pies secos, pies mojados” y el vocero gubernamental, Mauricio Herrera, aseguró que Costa Rica no hará más concesiones a los migrantes cubanos que pasan por este territorio.

Según la cancillería de Costa Rica, esta política otorgaba un trato migratorio preferencial a los cubanos y esto alentaba un flujo masivo irregular de migrantes cubanos a través de Centroamérica que culminó en una crisis migratoria en su territorio entre finales de 2015 e inicios del 2016.

Dicha política fomentó asimismo la activación de las redes de tráfico de personas en la región, poniendo en riesgo la integridad de los migrantes.

El 13 de abril del 2016, mediante una carta enviada al Gobierno de Estados Unidos, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, le solicitó a Obama su intervención para tratar la derogación de la ley y así resolver el fenómeno migratorio de ese caso en particular.

"Las leyes que en estos momentos están en vigor en Estados Unidos y que facilitan la llegada de la migración cubana, se han convertido en un anacronismo en un momento en que la Guerra Fría ha terminado y que los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos están haciendo un esfuerzo por normalizar sus relaciones", expresó el mandatario Solís Rivera el año pasado.

"La carta al Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, expresaba el rechazo de Costa Rica a la vigencia de la normativa estadounidense, que alentaba a los migrantes a continuar un peligroso tránsito hacia ese país", añade el Canciller Alejandro Solano.

Así mismo, el Gobierno de Costa Rica expresa su deseo de que este tipo de decisiones siga incentivando el mejoramiento de las relaciones bilaterales entre los Estados Unidos y Cuba, y da la bienvenida a la firma hoy de un nuevo acuerdo migratorio que busca garantizar una migración regular, segura y ordenada.

El Gobierno de Solís también aboga por que los flujos migratorios en la región y desde la región sean regulares, seguros y ordenados, de tal forma que se resguarden integralmente los derechos humanos y la dignidad de las personas migrantes y sus familiares.

A finales de 2015 quedaron varados en Costa Rica 8.000 migrantes cubanos que no pudieron continuar en ese momento su ruta migratoria a Norteamérica por el cierre de la frontera para el pase de ellos en Nicaragua.

Durante la crisis migratoria con cubanos en Costa Rica, entre noviembre de 2015 y marzo de 2016, unos 3,500 migrantes hicieron uso del coyotaje para atravesar Nicaragua, a pesar que la frontera nicaragüense está militarizada, a un precio mínimo de 800 dólares por personas.

El resto salió mediante convenios con El Salvador, Guatemala y México que permitió la salida aérea de más de 4.000 cubanos por esos países, para poder llegar a Estados Unidos amparados en la política pies secos, pies mojados.

Pero el problema de la migración cubana en Latinoamérica para ese momento parecía imparable. El mismo puente humanitario por México usado por Costa Rica, le sirvió a Panamá para sacar en marzo a 1.600 ciudadanos de la isla varados.

En una segunda oportunidad, México permitió que Panamá volviera a sacar cubanos usando su territorio como puente aéreo. Cerca de 4.000 cubanos salieron de Panamá vía aérea a Ciudad Juárez, en las últimas dos semanas.

Por su parte, el jefe del Servicio Nacional de Migración de Panamá, Javier Carrillo, dijo hoy que la decisión del Gobierno de EEUU de terminar con la política de "pies secos, pies mojados" va a desmotivar el ingreso irregular de cubanos a Panamá en su tránsito hacia el país norteamericano.

"Va a desmotivar a muchas de las personas que hacían esa travesía desde Ecuador hasta Estados Unidos, porque ya no tienen el privilegio" de permanecer legales en el país norteamericano, declaró Carrillo a la agencia de noticias Efe.

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