domingo 24  de  marzo 2024
Venezuela

La bomba de Venezuela está a punto de estallar por la Constituyente

Maduro alterna sus amenazas de cárcel con invitaciones a negociar, mientras en el país se celebra un paro cívico por 48 horas.
Por PEDRO PABLO PEÑALOZA

@pppenaloza

CARACAS.- La bomba venezolana está a punto de explotar. Mientras el gobernante Nicolás Maduro afirma que “llueve, truene o relampagueé” este domingo 30 de julio activará la Asamblea Constituyente, la oposición trata de desatar la tormenta perfecta para desbaratar los planes del gobierno. Una tímida posibilidad de negociación también asoma en el horizonte, pero los nubarrones del conflicto parecen anunciar una tempestad inevitable.

Maduro y distintos voceros del oficialismo han manifestado con absoluta transparencia para qué quieren la Constituyente. Utilizarán este instrumento para reescribir la Carta Magna, cerrar el Parlamento, remover a la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, y encarcelar a los dirigentes de la oposición. En definitiva, diseñar un Estado a su medida.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha respondido agudizando la protesta que comenzó a principios de abril y que ya arroja un saldo de más de cien muertos. La celebración de la consulta popular del domingo 16 de julio, donde más de 7,5 millones de venezolanos expresaron su rechazo a la Constituyente, detonó la llamada “Hora Cero” contra el régimen chavista.

Luego de haber presentado un “acuerdo de gobernabilidad” para un futuro gobierno conducido por la oposición, realizar un paro cívico de 24 horas el jueves 20 de julio y designar al día siguiente desde el Parlamento a 33 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la MUD continúa esta semana con una huelga de 48 horas entre miércoles y jueves, y una “toma” de Caracas este viernes.

“Prepárense para la semana que viene. El paro de 24 horas no fue nada comparado con lo que viene, guarden la comida necesaria”, adelantó el viernes 21 de julio el exdiputado y portavoz de la alianza opositora, Andrés Velásquez, quien recalcó que los próximos días serán de “lucha firme y sostenida”.

El chavismo no le saca el cuerpo a la confrontación. Al momento de escribir esta nota, ya había detenido a tres de los magistrados nombrados por la Asamblea Nacional. De esta manera, Maduro cumple la palabra que pronunció el domingo 23: “todos van a ir presos, uno por uno, uno detrás de otro, y a todos le van a congelar los bienes, las cuentas y todo”.

Última esperanza

A pesar de que la tensión política aumenta cada minuto, se mantienen los esfuerzos por retomar los contactos y buscar una salida civilizada. El expresidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, quien fungió como facilitador en el último proceso de diálogo entre las partes, visitó este lunes en su residencia al fundador de Voluntad Popular (VP), Leopoldo López, recientemente beneficiado con una medida de arresto domiciliario.

El primer vicepresidente de la AN y coordinador de VP, Freddy Guevara, ofreció en Twitter un resumen del cónclave. “Se comunicó a Zapatero la exigencia del pueblo: que sea retirada la Constituyente y que se respete la decisión del pueblo del 16J (consulta popular). También se conversó sobre la grave conflictividad que puede venir por la Constituyente fraudulenta y dejamos claro que el único responsable es Maduro”, expuso Guevara.

En realidad, los principales actores políticos aseguran que están dispuestos a hablar, aunque cada uno persiguiendo un objetivo distinto. “La mayoría de escenarios entre seres humanos son de cooperación y conflicto. Se tiene que entender entonces que todo conflicto debe terminar en un necesario escenario de conversaciones. Sin embargo, el desastre político y económico del país, limita esa agenda de conversaciones a un único punto: un cronograma ordenado de salida del régimen de la forma más rápida posible”, escribió el pasado domingo el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski.

Como ya es costumbre, Maduro alterna sus amenazas de cárcel con invitaciones a negociar. “Yo estoy listo (…) para llegar a un acuerdo de paz, de convivencia nacional y a un ciclo de diálogo y conversaciones en función de los intereses de Venezuela”, expresó el mandatario venezolano. Igualmente, usa los supuestos acercamientos para sembrar intrigas entre sus adversarios. “Nosotros tenemos conversaciones con la oposición. A algunos les da pena decirlo, miedo de que los vayan a quemar. No voy a decir dónde, con quién y cómo, pero tenemos regular conversación con ellos”, comentó el viernes.

La oposición puso sobre la mesa cuatro peticiones en 2016: cronograma electoral, respeto al Parlamento, liberación de presos políticos y establecimiento de un canal humanitario para mitigar la escasez de alimentos y medicinas. La última iniciativa del chavismo trastocó todo. “Ojalá en el régimen alguien tenga sensatez para suspender la Constituyente, pero nosotros no podemos bajar la guardia: la calle es nuestra fuerza”, enfatizó Guevara, a quien Maduro dijo que le tenía lista una celda para encerrarlo.

Pese a la presión internacional, encabezada por el presidente Donald Trump, y el reclamo de la mayoría del país, el Jefe de Estado redobla la apuesta y ratifica que su Constituyente avanza “ahora más que nunca”. Si ninguno de los trenes frena antes del domingo, el temido choque será una realidad.

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