REDACCIÓN.- La economía cubana afronta una de los momentos más difíciles de las últimas décadas, agravada por el aumento del déficit de viviendas y la falta de recursos para adquirir petróleo, según señala un comunicado hecho público hoy por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC).
El déficit de viviendas en Cuba aumentó a 883,050 unidades y afecta ya a 2.6 millones de cubanos, según transcendió recientemente en un informe presentado en la Asamblea Nacional del Poder Popular, máximo órgano parlamentario del régimen de la isla.
La FHRC matiza que se trata de una cifra muy inferior a la real, pues algunos expertos consultados calculan que el déficit habitacional de Cuba en realidad asciende a unas 1.5 millones de viviendas.
El régimen no incluye en sus estadísticas oficiales los cientos de miles de casas que necesitan reparación o deben reconstruirse por completo, tampoco a las decenas de miles de personas que viven en albergues paupérrimos, según se especifica en el documento.
La vivienda nueva en Cuba es un concepto prácticamente olvidado desde los años 90, momento en que el Periodo Especial postergó de forma ilimitada los planes de desarrollo habitacional previstos por el régimen castrista. La FHRC se refiere a esa realidad cuando explica que “más de dos tercios de las viviendas cubanas necesitan reparaciones capitales o parciales, y muchas están apuntaladas, a punto de derrumbarse, o ya se han desplomado parcialmente. Los derrumbes totales no cesan, y con víctimas fatales”.
Además, “desde 1960 todos los planes se han incumplido y el gobierno ha dejado de construir 1.5 millones de viviendas, exactamente el déficit que tiene hoy el país”, especifica el comunicado.
Según argumenta la FHRC, la economía cubana afronta una de las crisis más profundas en lo que va de siglo; sin dinero para adquirir petróleo en el mercado internacional, sin los respaldos habituales de Rusia y Venezuela y con unos gobernantes insensibles a la situación que atraviesa la población cubana.
Estas circunstancias trascendieron, mientras Virginia B. Dandan, experta independiente sobre los derechos humanos y la solidaridad internacional, nombrada por las Naciones Unidas, realizaba una visita oficial a la Isla; a solo una semana de que la Unión Europea aprobara una resolución que pone fin a la anterior Posición Común y abre la posibilidad de convenios bilaterales entre Cuba y el Bloque; y a un mes de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump aparcara la política de acercamiento promovida por la administración Obama.
Según el Artículo 25 (1) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, "toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda (...)".