martes 19  de  marzo 2024
Argentina

Varias acusaciones podrían poner en prisión a Cristina Fernández

La Justicia argentina acumula un número considerable de pruebas para imputar a la desafiante expresidenta
Por WALTER RAYMOND

En el año 2007 sucedió a su esposo Néstor Kirchner en la presidencia argentina. Tres años después, se produjo el fallecimiento de su esposo, momento en que Cristina Fernández asumió la total responsabilidad de la conducción política y económica del Gobierno. Esa abrupta acumulación de poder le llevó a tomar algunas decisiones que hoy la podrían poner en prisión.

Kirchner, quien ejerciera la presidencia entre 2003 y 2007, es señalado por varios de sus exfuncionarios como el ideólogo y ejecutor de un multimillonario sistema de corrupción basado en la adjudicación fraudulenta de la obra pública con sobreprecios, sobornos y lavado de activos. Tras su fallecimiento, el perverso sistema de corrupción continuó funcionando con Cristina como máxima responsable del Gobierno.

A pesar que en investigaciones periodísticas ya se mostraban detalles de la trama de corrupción, Cristina fue reelegida con más del 54% de los votos y una amplia mayoría parlamentaria. Fue su momento de mayor esplendor político y en el cual acentuó su estilo de gobierno personalista y autoritario. Sin embargo, los sueños de hegemonía y perpetuación en el poder se esfumaron con la victoria del opositor Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015.

La vehemente presidenta que cada día amonestaba con severidad desde la obligatoria cadena de televisión estatal, hoy asiste con cada vez menos apoyo político, al derrumbe de la red de impunidad judicial que construyera junto a su esposo. Son días en que la exmandataria debe responder ante la Justicia por graves cargos de asociación ilícita, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, ocultamiento de pruebas y una larga serie de cargos que la pueden llevar a prisión.

Las causas

La contundencia de las pruebas reunidas por los fiscales que instrumentan las causas judiciales en las que está involucrada, decidirán el futuro de Cristina. Se acerca el momento en que los jueces federales deberán decidir si las pruebas presentadas son suficientes como para dictar su prisión preventiva.

La Justicia ha avanzado en cuatro acusaciones que comprometen seriamente a la expresidenta. Ha sido imputada en la causa conocida como “Ruta del dinero K” por presunto lavado de activos y maniobras financieras ilegales con ramificaciones en Estados Unidos, Seychelles, Islas Vírgenes, Panamá, Leichtenstein y Suiza.

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Cristina está acusada de malversación de fondos y enriquecimiento ilícito, entre otros.
Cristina está acusada de malversación de fondos y enriquecimiento ilícito, entre otros.

En las causas “Hotesur” y “Los Sauces”, ambas sociedades pertenecientes a la familia Kirchner, se han verificado serias irregularidades fiscales y societarias que involucran también a sus hijos Máximo y Florencia. Los cargos en este caso son de enriquecimiento ilícito, omisión y adulteración de documentos y podría sumarse en los próximos días el de lavado de dinero. También, ha sido procesada en la causa “Dólar Futuro”, junto a 14 exfuncionarios de alto rango durante su Gobierno, bajo el cargo de “autora principal” en una presunta estafa por más de 6.000 millones de dólares contra el Estado argentino.

Varios de los integrantes del mencionado sistema de corrupción ya han sido procesados y están cumpliendo prisión. Se congelaron numerosas cuentas bancarias locales y en el exterior, pertenecientes a presuntos testaferros del matrimonio presidencial. Se procedió al embargo de centenares de propiedades lujosas distribuidas en todo el país y valuadas en cientos de millones de dólares. Aún resta conocer si la Cámara Federal accederá al pedido de reabrir la causa AMIA (atentado contra la sede de la mutual judía en Buenos Aires). En esa causa se le acusa del delito de encubrimiento, y el fiscal Germán Moldes incluyó en su solicitud sumar el delito de traición a la patria.

Fortalezas y debilidades

La colosal estructura de propaganda oficial creada durante los gobiernos del matrimonio Kirchner intentó imponer una épica de Cristina como mujer fuerte, idealista y al borde del heroísmo. La realidad podría ser muy diferente.

Según se ha podido reconstruir, Cristina Elisabet Fernández nació en febrero de 1953 en una casa muy humilde de la localidad de Tolosa, cercana a la ciudad de La Plata, a unos 50 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires. Es hija de Ofelia Wilhem, y tal como le confesara a su biógrafa oficial Sandra Russo, es hija de madre soltera; “yo, comparando fechas y documentos, me doy cuenta que fui hija de madre soltera porque mis padres se casaron después”. Ese detalle privado fue utilizado para asociar su imagen con la famosa Eva Perón. Ambas fueron hijas de madres solteras y sufrieron las objeciones de la sociedad conservadora de la época.

Laura Di Marco, autora de Cristina Fernández, la verdadera historia, sostiene en su documentado trabajo que las privaciones sufridas durante sus primeros años de vida, más el hecho de no haber sido reconocida por su padre, pudieron haber influido en la personalidad y estilo de conducción política de Cristina. Agrega, que el señor Eduardo Fernández reconoció a la niña cuando esta cumplió cinco años de edad pero que no sería su verdadero padre. Nunca fue desmentida.

En un sentido similar, el periodista y profesional en Medicina Nelson Castro, sostiene en su libro Secreto de Estado que las dolencias físicas y psíquicas de Cristina impactaron en su forma de gobernar. La imagen de mujer enérgica y segura que insiste en mostrar Cristina en sus apariciones públicas sería apenas una sobreactuación para disimular su vulnerabilidad e inseguridad. No se conoce actividad alguna del matrimonio Kirchner relacionada con la defensa de los derechos humanos durante el período de la dictadura militar. Aunque si está comprobado que Cristina, junto a Kirchner, se dedicaron en esos años a ejecutar propiedades de deudores hipotecarios en la provincia de Santa Cruz.

FUENTE: Especial

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