jueves 21  de  marzo 2024
SALUD

Reanimación cardiopulmonar, maniobras que salvan vidas

Las compresiones torácicas y la ventilación artificial que componen las técnicas RCP duplican las posibilidades de supervivencia tras un ataque cardíaco
Por BELÉN GONZÁLEZ

MIAMI.- Una de las maniobras de primeros auxilios más efectivas a la hora de salvar vidas es la reanimación cardiopulmonar, RCP por sus siglas, un procedimiento de emergencia que se aplica ante la interrupción sorpresiva de los latidos cardíacos o la respiración.

El objetivo de la también llamada reanimación cardiorrespiratoria es asegurar la oxigenación de los órganos vitales, cuando la circulación sanguínea se detiene súbitamente como consecuencia de un ataque cardíaco, una sobredosis de drogas, un sangrado excesivo, un ahogamiento, un accidente cerebrovascular, un traumatismo craneal, un envenenamiento o asfixia

El tiempo es un factor determinante en estos casos, ya que el daño cerebral permanente comienza tras permanecer apenas cuatro minutos sin oxígeno, mientras la muerte puede suceder entre cuatro y seis minutos más tarde.

Las maniobras de RCP implican la administración de oxígeno a los pulmones de la persona afectada, a través de la respiración boca a boca y la compresión cardíaca para mantener la sangre circulando, pero es importante señalar que estas solo deben aplicarse cuando se ha confirmado que la víctima se encuentra inconsciente y sin respiración.

Según los lineamientos de la American Heart Association, la RCP básica contempla la aplicación de 30 compresiones torácicas, es decir 30 presiones rítmicas sobre el pecho, seguidas de dos respiraciones boca a boca, hasta que se logre reanimar a la víctima o pueda ser trasladada a un centro de asistencia médica.

Mecanismo antiguo

Estas maniobras que salvan vidas se conocen desde hace siglos como mecanismos rudimentarios para recuperar a una persona desvanecida. Ahora bien, el génesis de los que hoy conocemos como RCP surge a finales de la década de los años 50.

El primer paso en este sentido fue el descubrimiento de las ventajas de la compresión torácica para provocar la circulación artificial, un hallazgo de los doctores William Kowenhoven, Guy Knickerbocker y James Jude.

Unos años más tarde, los también médicos James Elan y Peter Safar desarrollaron el concepto de lo que hoy conocemos como “respiración boca a boca”, pero no fue sino hasta 1960 que ambas estrategias se combinaron para conformar las globalmente conocidas maniobras de RCP.

La combinación en tiempo y ritmo de estas estrategias han variado con el paso del tiempo, aunque el principio de alternar las compresiones torácicas con la respiración boca a boca hasta restablecer la función respiratoria y las palpitaciones cardíacas, sigue siendo el mismo.

Si bien los especialistas recomiendan que estas maniobras de RCP sean aplicadas por personas que hayan recibido entrenamiento para tal fin, como los que ofrece la American Heart Association, conocer el procedimiento puede resultar útil en situaciones de emergencia.

Paso a paso

Ante una emergencia, los pasos básicos de RCP que se deben aplicar son los siguientes: en primer lugar verificar que la persona no está respirando correctamente y que su corazón no está funcionando normalmente, es decir, tiene un pulso muy débil o inexistente.

Una vez confirmado los indicadores, lo primero es llamar al número de emergencia en su localidad y pedir ayuda especializada. Mientras llega la asistencia requerida, es importante colocar a la persona cuidadosamente boca arriba, especialmente si ha sido víctima de una contusión.

Es importante iniciar de inmediato las compresiones cardíacas o pectorales, y la técnica básica implica colocar la base de una mano en el esternón, justo entre los pezones, y la base de la otra mano sobre la primera. Ubique su cuerpo directamente sobre ambas manos y apriete 30 veces de forma rápida y fuerte, el objetivo es presionar unos 5 centímetros hacia el interior del pecho de la persona.

Tras las compresiones debe levantar la barbilla del afectado, inclinando la cabeza hacia atrás y empujando la frente hacia abajo con la otra mano. Si la persona no está respirando o tiene dificultad para respirar lo que usted debe hacer es cubrir firmemente con su boca la boca de la persona afectada, apretarle la nariz con los dedos para cerrarla y hacer dos insuflaciones.

Este procedimiento completo, es decir, las compresiones cardíacas y las insuflaciones, debe mantenerse hasta que la persona se recupere o hasta que llegue la asistencia médica. De hecho, estudios a nivel mundial demuestran que cuando alguien sufre un episodio de muerte súbita y es atendido en forma precoz e inmediata con maniobras básicas de RCP sus posibilidades de sobrevivir se duplican.

Reglas básicas de primeros auxilios:

  • Mantenga la calma.
  • Ejercite el liderazgo, hágase cargo de la situación y evalúe la condición de la persona afectada.
  • Pida asistencia especializada.
  • No mueva al lesionado, las únicas excepciones son las condiciones ambientales adversas o la necesidad de aplicar RCP.
  • Si la persona está consciente, hable con ella, cálmela. Que su actitud y sus palabras le brinden confianza y seguridad para así mejorar su estado anímico.
  • Proporcione calor al herido, recuerde que cuando el organismo se enfrenta a una lesión, se activan los mecanismos de autodefensa, lo que implica, por ejemplo, una mayor pérdida del flujo de sangre a medida que baja la temperatura.
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