lunes 25  de  marzo 2024
SALUD

Tumores comunes y benignos

Las estadísticas de la autoridad de Salud aseguran que aproximadamente el 10% de las mujeres en EEUU padece este trastorno que no es canceroso
Por BELÉN GONZÁLEZ

La presencia de un nódulo o bulto en el seno siempre genera alarma y preocupación, y no es para menos siendo el cáncer de mama una de las principales causas de muerte entre las mujeres del mundo entero. Sin embargo, existe una especie de tumor mamario, bastante común y benigno, que se conoce como fibroadenoma.

Cada año se diagnostican alrededor de 200.000 nuevos casos de estos tumores no cancerosos en Estados Unidos, según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), con sede en Atlanta.

Los fibroadenomas están compuestos por tejido fibroso y glandular, pueden hacerse presentes en cualquier etapa del período reproductivo, aunque son significativamente más frecuentes antes de los 30 años de edad.

Por lo general, estos tumores crecen como un nódulo circular, son firmes, a veces impalpables y generalmente no causan dolor. Ciertamente se trata de crecimientos anormales, pero no tienen la capacidad de propagarse desde el seno hacia otros órganos.

Pueden ser tan pequeños que es difícil palparlos, aunque algunos llegan a alcanzar un diámetro considerable. Estas protuberancias son además elásticas, tienen bordes lisos y bien definidos, y con frecuencia se vuelven más pequeños después de la menopausia.

Si bien suelen aparecer en forma aislada, se calcula que entre un10% y un 15% de los casos se manifiestan como tumores múltiples en ambas mamas. Adicionalmente se ha confirmado que los fibroadenomas disminuyen su volumen con el paso de los años, y que muchos de ellos se calcifican, es decir, se endurecen por el depósito de sales de calcio.

Las estadísticas confirman que las mujeres de raza negra tienden a presentar fibroadenomas con más frecuencia y a una edad más temprana que las mujeres de raza blanca, y aunque la causa de los fibroadenomas se desconoce, muchos expertos coinciden en que la aparición de los tumores está relacionada con el aumento de sensibilidad a los estrógenos.

Buscando un bulto

Aunque algunos de estos tumores se pueden palpar, otros solo se descubren mediante estudios de imagenología como la mamograma y el eco mamario, aunque el mecanismo para diagnosticar el bulto como un fibroadenoma es necesario someterse a una biopsia que permita extraer tejido mamario para examinarlo bajo la lupa del microscopio.

Existen básicamente tres tipos de biopsias de mama: la llamada biopsia abierta de mama o quirúrgica, que como su nombre lo indica incluye una pequeña incisión para la extracción de la muestra; la biopsia estereotáctica, en la que se utiliza la mamografía para localizar el bulto o anormalidad en el seno; y finalmente la biopsia de mama con ecografía, también llamada biopsia con aguja gruesa.

Si bien la mayoría de los fibroadenomas lucen igual, son identificadas y clasificadas como simples o complejos cuando son observadas bajo la mirada de un microscopio. De hecho, los segundos son los más grandes y comunes en pacientes de edad más avanzada. De ahí la importancia de una biopsia.

Vigilancia constante

Tras la confirmación del diagnóstico, la medida de tratamiento en estos casos es el monitoreo semestral de fibroadenoma, para confirmar que estos no cambian de forma o tamaño. Cuando se confirma algún desarrollo, o el bulto supera los 2 cm, se recomienda la extirpación.

Además de la extirpación, existen dos técnicas para destruirlos: la crioablación que destruye el tumor por medio de congelación, insertando una sonda a través de la piel, con el objetivo de inyectar un gas que congele y destruya el tumor.

La segunda estrategia es la erradicación por radiofrecuencia, que destruye el tumor utilizando la energía de alta frecuencia, usando ondas que calientan el bulto y lo destruyen sin afectar los tejidos cercanos. A veces, después de la extirpación quirúrgica de un fibroadenoma, crecen uno o varios nuevos. Esto no significa que el nódulo ha reaparecido, sino que se ha formado otro.

La extracción de un fibroadenoma muy grande, o varios de ellos, implica la eliminación de una gran cantidad de tejido mamario, lo que genera cambios en la forma del seno, y por esta razón es importante vigilar el desarrollo de cualquier tumor.

Es importante destacar que las mujeres diagnosticadas con fibroadenomas tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer de seno. Según la American Cancer Society, cuando se trata de tumores complejos el riesgo es de aproximadamente una y media a dos veces mayor que en el caso de quienes no presentan bultos en las mamas.

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