Desde hace meses y en especial esta semana pasada millones de venezolanos hemos estado pendientes de declaraciones y acciones de Luis Almagro, Secretario General de la OEA, demócrata valiente y honesto que ha tomado con perseverancia y coraje la recuperación de las libertades y los preceptos constitucionales que en Venezuela se vienen violando desde hace lustros y con Nicolás Maduro se ha llegado al total desconocimiento o desacato de todos los artículos de la Carta Democrática Interamericana (CDI), instrumento cuyo objetivo principal es el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática, y donde se establece que la ruptura del orden democrático o su alteración, cuando afecta gravemente dicho orden en un Estado miembro, constituye "un obstáculo insuperable" para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA.
Quizá sea necesario decir, o recordarle a muchos que la Carta Democrática se pronuncia sobre los distintos aspectos que posee una gestión de gobierno, así puntualiza que en lo político hay un compromiso de los gobernantes de cada país con la democracia teniendo como base el reconocimiento de la dignidad humana, y que la historicidad de los contenidos de la carta de la OEA los hace obligantes, por tanto a lo político e histórico se le agrega lo sociológico y lo jurídico. Lo primero priorizando la demanda de los pueblos de América por el derecho a la democracia y lo segundo, que no importando que sea una resolución y no un tratado, la misma fue creada como herramienta de actualización e interpretación de la Carta Fundacional de la OEA, dentro del espíritu del desarrollo progresivo del derecho internacional.
Teniendo conciencia de lo que significa ese instrumento, es realmente inexplicable como varios gobiernos de la región y políticos llamados opositores del régimen que asfixia a Venezuela, estén tratando de impedir su aplicación y buscando anular los esfuerzos y las razones irrefutables de Almagro para poner fin al desastre que ha llevado a nuestro país a ser hoy un Narcoestado violador de derechos humanos y desconocedor del clamor masivo de sus ciudadanos que demandan democracia en contraposición a la neotiranía castrochavista. En ese devenir a muchos nos resultó además de sorpresivo, totalmente censurable lo declarado por Julio Borges, presidente del parlamento, quien en un programa televisivo (Primera Página, Globovisión) declaró el pasado lunes 20 de marzo (Cito) “No es necesario suspender a Venezuela de la OEA como lo sostiene Luis Almagro”.
Borges, como Henry Falcón conocido como el Sargento Progreso, el “Filósofo” Manuel Rosales y otros tantos políticos cómplices que buscan más bien apuntalar al narcorégimen, vuelve con el manoseado y absurdo argumento de elecciones cuando es de todos conocida la manipulación fraudulenta de cualquier proceso electoral dado que el árbitro, en este caso el Consejo Nacional Electoral, es simplemente una oficina del régimen que solo actúa en beneficio de sus intereses. Borges rechazando la aplicación de la CDI viene con un cuento que enerva y que pretende utilizar para aplastar todos los esfuerzos del Secretario General de la OEA y de muchos líderes y presidentes de gobiernos y así se continúe haciéndole el juego a quienes sin empacho y dentro de las prácticas castrocomunistas montan farsas electorales para que todo continúe igual…
Borges argumentando que son muchos los organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, la UNASUR y la Unión Europea que piden elecciones en Venezuela cuando su deber sería explicar que para poder realizar elecciones libres primero hay que salir de Nicolás Maduro, sus secuaces y la injerencia cubana en el país.
Borges como digo, aturdiendo y presentándose en absoluta discordancia con lo que pocos días después de su infeliz declaración, decidió el Parlamento venezolano de mayoría opositora al aprobar un acuerdo de apoyo a la aplicación de la Carta Democrática y que puedan realizarse elecciones transparentes. Borges y la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en un país que padece una neotiranía comunista, montando un carnaval para elegir candidatos a gobernadores y alcaldes cuando bien saben que el régimen aplazará elecciones, como lo ha hecho hasta ahora… Por eso digo que definitivamente la MUD y casi todo el combo que la integra parecen querer que Maduro se quede aunque lo haga sobre una montaña de muertos. ¿Será que eso en lo personal les conviene así se termine de destruir Venezuela?
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