viernes 8  de  marzo 2024
LETRAS

Grettel Jiménez-Singer: "Soy una escritora insatisfecha"

La autora de "Mujerongas" habla sobre cómo surgieron las páginas de la obra en la que aborda el universo cotidiano femenino
Por GEYSELL CISNEROS

MIAMI.- La autora cubana Grettel Jiménez-Singer es una de esas pocas almas traslúcidas que merodean por la ciudad. Su esencia, que contagia y permanece, tiene la virtud de quien ha vivido lo suficiente para saber cómo es la vida, o al menos, imaginarla y plasmarla a través de la literatura.

Entre su obra destaca Mujerongas, una compilación de ensayos y cuentos que recrea y desvela la vida cotidiana femenina, un manual de utilidad para comprender ese universo inhóspito.

Mujerongas, como la vida propia y esas historias que hacemos nuestras, llega a lo más íntimo del lector y recorre el cuerpo con la misma quietud que un vino. Una obra que es el reflejo de lo que somos, mas no de lo que pretendemos ser. Una rendija abierta hacia el autodescubrimiento y la aceptación; una mirada incómoda a los estigmas y un acto valiente que llega en el momento idóneo.

DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con la autora cubana para conocer más detalles de este material que primeramente nació en forma de plataforma web.

¿Qué perseguía al escribir Mujerongas?

Inicialmente no tenía tan definida la intención de este proyecto más allá de un profundo interés por explorar temas que afrontamos las mujeres a diario. Atravesaba una fuerte crisis mujeril en ese entonces tanto física como emocional durante la cual surgían más preguntas que respuestas. Precisamente ese desasosiego fue lo que motivó el blog con el nombre de Mujerongas que luego publiqué en formato de libro.

¿De dónde proviene la necesidad de reflejar el sentir femenino?

Vengo de una familia mayormente matriarcal. Siempre he imaginado que las mujeres somos una amplia gama de frutas creciendo en un mismo árbol. Aunque no haya vivido cada historia, me siento intensamente conectada con todo tipo de mujeres y por tanto me afecta y conmueve la vida de las que me rodean, la de las extrañas y hasta las inquietudes de personajes ficticios que representan aspectos esenciales del género femenino.

¿De qué manera se descubre el universo femenino?

Es una pregunta casi imposible de responder. El universo femenino es un lugar ignoto e inabordable, cuanto más descubres menos conoces. La clave, tal vez, podría ser aceptar a ciegas, encontrar belleza en el caos, no sentenciar a la deriva esta locura, a veces tan insoportable para nosotras mismas, que es ser mujer.

¿Las historias de Mujerongas son realidad, ficción o un poco de ambas?

Se compone de relatos intimistas, algunos basados en mis propias experiencias y otros en seres allegados a mí. También se compone de cuentos que indagan deseos carnales y hasta fantasías más ocultas que a su vez me interesaba explorar sin necesariamente vivir. Creo que eso en sí es un tabú, que la mujer tenga fantasías no la define de un modo o de otro, pues la imaginación sexual y el deseo físico son como un músculo que ha de ser ejercitado a menudo. A veces las mujeres se avergüenzan de sus propios deseos o fantasías porque contradice su papel en la sociedad o en la casa. Pero es saludable ser juguetona, sentirse libre y deseada, dejar que la imaginación se despliegue sin verse enjuiciada o amenazada por culpabilidades absurdas. Esa es un poco la intención de Mujerongas.

¿Cómo fue el proceso de creación del libro?

En el año 2007 acababa de terminar de escribir mi primera novela, Tempestades solares. Engaveté ese manuscrito un tiempo y comencé un blog sobre asuntos femeninos más bien como un ejercicio de búsqueda espiritual, tanto en la escritura como en mi propia búsqueda personal. A partir de los treinta la mujer descubre su identidad femenina y su lugar en el universo de manera inesperada y en todo su esplendor. Cada semana escribía sobre aquello que me hubiese tocado de algún modo y me urgía pesquisar a fondo inspirada por mi propio dilema mujeril. Además, fui descubriendo un tono para abordar ciertos temas tabú con el cual me sentía cómoda y sobre todo, libre, representativo de las mujeres sin ser ofensivo, pero a su vez informativo y humorístico para los hombres.

Aunque lo escribió algunos años atrás, aún conserva una gran vigencia con respecto a temas tabúes ¿A qué cree que se deba?

Los temas tabúes siguen y seguirán siendo una manera de controlar a la sociedad. Los seres humanos somos bastante limitados en ese sentido, mayormente marcados por la misma cultura en la que nos hemos criado. Está en nosotros mismos, en las nuevas generaciones y nuevos padres desacreditar ese tipo de limitaciones. Admiro y apoyo inmensamente esa intolerancia e implacable deseo de abogar por la igualdad. Las nuevas generaciones tienen el poder en sus manos. Las mujeres son capaces de ejecutar hasta lo imposible, son ingeniosas, mágicas, fuertes, inteligentes, hermosas creadoras, seres divinos. Nada ni nadie puede detener a una mujer presa de absoluta certeza y determinación.

Después de ver el trabajo terminado ¿Quedó satisfecha con el resultado?

Quedan infinitas historias por escribir, pero mi mayor aspiración para este libro era que las mujeres se identificaran y se vieran reflejadas con humor y desenfado en situaciones tanto cotidianas como aquellas menos comunes. Recordarnos que somos una comunidad indestructible aun cuando atravesamos insospechadas adversidades. Además, Mujerongas es también una invitación para que los hombres husmeen a sus anchas en nuestro mundo de la manera más íntima y sincera, sin tapujos ni pretensiones innecesarias. Es un libro del cual me siento sumamente orgullosa.

¿Cómo fue su primer acercamiento con la literatura?

La lectura fue mi primer acercamiento a la literatura. Pasaba horas bajo los encantamientos de Julio Verne. También me fascinaban los libros de arte e interpretar cuadros con mi propia agenda e intuición. Pero no fue hasta mi adolescencia que descubrí las generaciones del 98 y del 27, lo que realmente trazó mi camino como lectora y luego como escritora. Era muy joven entonces y quedé muy marcada gracias a una profesora apasionadísima que nos inculcó los libros de José Ortega y Gasset, Azorín, Antonio Machado, Unamuno, Lorca y luego Matute. Asimismo otros autores no españoles, pero también importantes de ese movimiento como Neruda, Borges y Bioy Casares. Por primera vez confrontaba un pensamiento profundo con el que me identificaba y que cuestionaba la moral, la política, la sociedad, las religiones y veneraba el amor, la pureza, el honor. De repente me quería comer el mundo, leer o morir. Ese fue mi primer acercamiento a la literatura. Más adelante me decidí a escribir poesía y cuentos experimentales sobre distintos planos en una misma realidad y ese tipo de elementos mágicos. Cuadernos que quemé como mismo quemé el manuscrito de mi primera novela a los veinte años. He sido siempre una escritora muy pausada e insatisfecha, aún lo soy.

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