jueves 28  de  marzo 2024
Análisis

Ivanka y Jared Kushner ¿el arma secreta de Trump en Israel?

Antes de iniciar el viaje transcendió que las autoridades se han informado muy bien, y de forma discreta, sobre la región; que la visita a Israel será "espectacular" y que el marido de Ivanka Trump ha mantenido "conversaciones magníficas" con israelíes y palestinos

TEL AVIV/WASHINGTON.-Entre el séquito de casi mil personas que acompaña a Donald Trump en su viaje a Israel se encuentran varios secretarios y una multitud de asesores además de dos figuras especiales: la hija del presidente, Ivanka Trump, y su yerno, Jared Kushner.

Kushner, de 36 años, se encarga de nada más y nada menos que de la paz en Oriente Próximo, aunque no ha explicado sus planes para alcanzarla.

Antes de iniciar el viaje transcendió que las autoridades se han informado muy bien, y de forma discreta, sobre la región; que la visita a Israel será "espectacular" y que el marido de Ivanka Trump ha mantenido "conversaciones magníficas" con israelíes y palestinos.

La lista de deberes de Kushner en la Casa Blanca está llena a reventar, independientemente de las normas antinepotismo. Se le considera un hombre influyente, pero no se sabe lo que realmente ha conseguido en la Casa Blanca. No tiene ningún tipo de experiencia en política exterior o política de seguridad, algo que a la hora de tratar con Oriente Próximo, una de las regiones más complicadas del mundo, puede que sea algo positivo.

Ivanka Trump, de 35 años, y Kushner están más cerca del presidente que muchos, aunque no está muy clara la influencia que tienen sobre él. "The New York Times" informó sobre los arrebatos de ira de Trump contra sus hombres de confianza, incluso contra su yerno.

Antes de que Trump partiera hacia Oriente Próximo, "The New Yorker" escribió con ironía que Kushner tiene algunas cosas en común con el príncipe heredero saudí, con el que se reunió el fin de semana: ambos son hombres de unos treinta y tantos años que no han sido elegidos por el pueblo, pero que cuentan con un considerable poder. En realidad, Kushner es una especie de príncipe.

La influyente y glamurosa pareja ya ha viajado en otras ocasiones a Israel. "Uno siente como si hubiera vuelto a tiempos bíblicos. Me encanta", dijo entusiasmada Ivanka durante su primera visita en 2008.

La hija del presidente viajó en aquella ocasión para visitar algunos inmuebles en el estado judío. Kushner, que creció en una familia judía muy religiosa, viajó a Israel en varias ocasiones desde que era niño. Sus abuelos son supervivientes del Holocausto.

Ivanka se convirtió al judaísmo al casarse con Kushner en 2009. Esta introducción en las reglas religiosas es muy complicada y dura en la mayoría de los casos al menos un año. Los conversos deben aprender a leer hebreo, todas las normas de la doctrina judía y deben cambiar por completo su estilo de vida.

El matrimonio, que ya tiene tres hijos, se atiene a las estrictas reglas del día de descanso judío, el sabbat. Para poder viajar en sábado con Trump, la pareja obtuvo el permiso de un rabino, según indicó la Casa Blanca.

Las normas del sabbat se aplican desde la noche del viernes y durante las siguientes 25 horas. "Durante ese tiempo desconectamos completamente, sin emails, sin televisión, sin teléfono y sin Internet", explica Ivanka Trump en su nuevo libro. "Disfrutamos del tiempo ininterrumpido juntos y es maravilloso".

Sin embargo, el año pasado el rabinato israelí cuestionó la legitimidad del rabino de Nueva York que fue el responsable de la conversión de Ivanka Trump. Aunque no se trataba de ella sino de otra conversa a la que en Israel no se le había concedido el certificado para el matrimonio, el caso hizo pensar si la conversión de Ivanka es válida para la cúpula religiosa.

"Nadie ha cuestionado todas las conversiones de este rabino", dijo un portavoz del Superior Rabinato en Jerusalén. La conversión de la hija de Trump no se pone en duda, afirmó. Además, ella sigue las normas judías, reza regularmente y come alimentos kosher, añadió. "(Ivanka) No se debe preocupar para nada en Israel", declaró.

La hija de Trump visitará junto a su marido el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, el lugar más sagrado para los judíos, que creen en la presencia divina en ese lugar al pie del Monte del Templo, que también veneran los musulmanes.

El Muro de las Lamentaciones es un vestigio del segundo templo judío, que fue destruido en el año 70. Muchos visitantes, no solo judíos, introducen trozos de papel con peticiones en las grietas del muro. Varios papas han dejado allí sus ruegos a Dios en sus visitas a Jerusalén.

FUENTE: EFE

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