viernes 15  de  marzo 2024
EEUU

Se agrava escándalo del exasesor de Seguridad Michael Flynn

Michael Flynn rehusó entregar información solicitada por el Congreso sobre sus contactos en el exterior, bajo el amparo de la Quinta Enmienda, que exime a alguien de declarar en su contra
Por RUI FERREIRA

MIAMI.– El escándalo del exgeneral Michael Flynn cada día se profundiza más. El exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump ha rehusado entregar la documentación sobre sus nexos con Rusia, pedida por el Congreso, bajo el amparo de la Quinta Enmienda y, por otro lado, se supo que ocultó al Pentágono sus ingresos en el exterior y la profundidad de sus contactos en Moscú.

En febrero del año pasado, cuando estaba en el proceso de renovar su permiso de acceso a documentos confidenciales, Flynn dijo a los investigadores militares que no recibió ningún dinero de empresas extranjeras y apenas tuvo “un contacto insustancial” con extranjeros, según una carta publicada por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, firmada por el congresista demócrata, Elijah Cummings.

Sin embargo nada de esto parece ser cierto porque, como consta en documentación fotográfica, dos meses antes Flynn estuvo en Moscú donde participó al lado del presidente Vladimir Putin en una gala del canal de televisión oficialista Russia Today donde, además, pronunció un discurso por el cual le pagaron 45.000 dólares.

La carta que el congresista Cummings entregó a la prensa, precisa que Flynn engañó, incluso, a los investigadores militares durante una entrevista personal y no apenas en los documentos que tuvo que llenar y firmar.

El exasesor Nacional de Seguridad se encuentra ahora en una situación muy delicada. No sólo es grave el hecho de que pueda haber mentido deliberadamente a los investigadores del Pentágono como por ejemplo, no declaró el dinero recibido, aparentemente ni siquiera al fisco. En total, el exalto funcionario de la administración Trump podría ser acusado de cargos que significarían cinco años de cárcel. A todo esto se une otro problema desde hace un par de meses, cuando se descubrió que Flynn no se había registrado como ‘agente extranjero’ cuando comenzó a cabildear por cuenta del Gobierno de Turquía al mismo tiempo que trabajaba ya en la campaña presidencial de Trump. Aunque Flynn regularizó la inscripción más tarde, cuando el diario The New York Times reveló el detalle, aun así enfrenta problemas legales por la tardanza.

Cummings publicó la carta horas después de que Flynn rechazara una intimación del Senado para entregar toda la documentación relacionada con sus contactos en el exterior, optando por protegerse bajo la Quinta Enmienda, que exime a alguien de declarar en su contra. Sus abogados dijeron que el exgeneral decidió dar ese paso al enterarse de que el Departamento de Justicia había nombrado al exdirector del FBI, Robert Mueller, como fiscal especial a cargo de la investigación sobre la posible penetración rusa en la campaña presidencial de EEUU.

El nombramiento, “le hizo anticipar cierto peligro si cumple la intimación del Senado. (Flynn) es blanco de todo tipo de acusaciones a diario, muchas veces atribuidas a fuentes anónimas en el Congreso o dentro del Gobierno, que ha incrementado la animosidad pública hacia su persona”, afirmaron los abogados, que renovaron el pedido del exgeneral para que preste su testimonio bajo promesa de inmunidad. El Senado pudiera declarar a Flynn en desacato por no cumplir con la intimación, por lo cual también pudiera ser encarcelado.

El exasesor de Seguridad Nacional renunció al cargo tan solo 24 días después de que el Presidente asumiera el poder, envuelto en un escándalo por haber ocultado los verdaderos detalles de sus nexos con los rusos a funcionarios de la Casa Blanca y al vicepresidente, Mike Pence, lo que puso al alto funcionario en una situación difícil porque durante 18 días estuvo abogando públicamente por la inocencia del exgeneral.

Flynn no informó de los múltiples contactos telefónicos que tuvo con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak. En la carta de renuncia, el exgeneral admitió los hechos con el argumento de que todo sucedió “a la carrera”. El primer contacto con el embajador se dio el día en que el expresidente Barack Obama aprobó el paquete de medidas contra Moscú por los ataques cibernéticos al partido demócrata y otras instituciones durante el proceso electoral.

La situación en que Flynn se encuentra es tan amplia y delicada que, pese a la apasionada defensa que el Presidente hizo de su antiguo colaborador hace unos meses, incluso se opuso a su despido en contra de la opinión de la mayoría de su círculo, funcionarios de la Casa Blanca se han apartado paulatinamente y han comenzado a deslindarse del escándalo atribuyendo la responsabilidad de todo a los tiempos de Obama cuando Flynn intentó renovar su permiso de seguridad.

Según ha trascendido, dos días después de la victoria electoral, el expresidente recibió a Trump en el despacho oval y le aconsejó que nunca contratara a Flynn aunque hubiera trabajado en su campaña porque no era “confiable”. Por eso, de hecho, fue apartado por primera vez durante la administración demócrata, cuando era director de los servicios de inteligencia militares.

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