lunes 18  de  marzo 2024
EEUU

Sessions, escudo legal de Donald Trump, bajo fuego del Senado

Uno de sus principales adversarios en la audiencia de este martes fue el senador demócrata Al Franken, un viejo comediante que ha llevado en serio su rol de antagonista del nominado
Por RUI FERREIRA

MIAMI.– El senador republicano Jeff Sessions, nominado como secretario de Justicia para el futuro gabinete del presidente electo Donald Trump, tuvo este martes un encuentro con su pasado cuando sus colegas del Comité Judicial de la Cámara Alta cuestionaron su postura sobre los derechos civiles.

No fue una andanada inesperada, después de todo Sessions vio rehusada su postulación como juez federal en 1986, nominado por el entonces presidente Ronald Reagan, por el mismo comité senatorial y bajo acusaciones de racismo.

Uno de sus principales adversarios en la audiencia de este martes fue el senador demócrata Al Franken, un viejo comediante que ha llevado en serio su rol de antagonista del nominado, en parte porque Sessions llegó a la audiencia acusado se ser tolerante hacia organizaciones racistas y supremacistas, como el Ku Kux Klan.

La acusación principal de Franken fue que el nominado, en su intervención inicial, no se representó a si mismo con honestidad sobre su pasado. El senador demócrata por Minnesota, trajo a colación las declaraciones de Sessions cuando el año 2009 fue nominado para ser el líder de la entonces minoría republicana en el mismo Comité Judicial. En esas sesiones, citó Franken, Sessions dijo que “no vamos a alterar el pasado de ningún nominado ni vamos a mentir sobre ello”. Enseguida, por 10 minutos, el senador demócrata fue incisivo.

Franken recordó que Sessions dijo en ese entonces cuando era fiscal federal en Alabama, que encauzó entre 20 y 30 casos relacionados con los derechos civiles en un intento de segregar a las escuelas públicas. La acusación nunca fue demostrada pero salió a relucir en la audiencia, aunque en noviembre pasado, cuando ya se sabia que Sessions era el nominado por el presidente electo Donald Trump, su despacho admitió la veracidad de la acusación.

Lo que sucede es que Sessions había dicho que litigó cuatro o cinco de esos casos pero, como Franken recordó, un grupo de asistentes del fiscal federal en ese entonces, recordaron el mes pasado en un articulo publicado en el Washington Post que el ahora nominado como secretario de Justicia no tuvo cartas en el asunto y dejó el caso a sus asistentes. “Usted no quiso participar en la persecución judicial y dejar a esta gente libre de responsabilidad”, acusó el senador demócrata.

En la respuesta, Sessions fue bastante pragmático al colocar en perspectiva esos años y decisiones. “Nada de eso pasó, yo me limité a cumplir la ley, interpretar la constitución y la carta del estado de Alabama. Nadie me contestó”, explicó. La declaración no fue suficiente para que un grupo de personas interrumpieran la sesión y acusaran a Sessions de complicidad con el Ku Klux Klan.

El senador Ted Cruz acudió en su ayuda y, tras referir un caso en concreto en el que Sessions encauzó al Ku Klux Klan por sus manifestaciones de índole racista y logró que un tribunal estatal sentenciara al grupo supremacista blanco a siete millones de dólares de multa, algo que lo llevó, prácticamente, a la disolución. “Según tengo entendido ellos tuvieron hasta que vender su edificio sede para poder pagar esa multa. Se acabaron, desaparecieron, quedaron sin nada”, explicó Sessions.

Es más, agregó, “las acusaciones de 1986 contra mí son falsas. (…) Entiendo profundamente la historia de derechos civiles y el impacto terrible que la discriminación incesante y sistemática (...) han tenido sobre nuestro hermanos y hermanas afroamericanos”, aseveró.

Por otro lado, el nominado para la secretaría de Justicia, aseguró al panel senatorial que no piensa investigar a la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, por el caso de sus correos electrónicos o las donaciones a la Fundación Clinton.

“Este país no castiga a sus enemigos políticos, este país se asegura de que nadie está por encima de la ley”, aseveró. Durante la campaña, el presidente electo dijo en un debate que Clinton debía ir a la cárcel, una frase que se transformó en una consigna de sus seguidores. Tras la victoria, Trump se desdijo y aseguró que no pensaba promover el encausamiento de la también ex primera dama.

Por otro lado, Sessions fue particularmente duro con los llamados ‘dreamers’, jóvenes que fueron traídos a Estados Unidos ilegalmente por sus padres cuando era menores de edad, y que una orden ejecutiva del presidente Barack Obama del 2012 ha permitido que permanezcan en el país unos 750.000.

Según Sessions la orden ejecutiva es “constitucionalmente cuestionable”, aunque el Tribunal Supremo no se opuso. El nominado la consideró una “amnistía masiva” y dijo que facilitaría a Trump los mecanismos legales para derogarla en apoyo al hecho de que se trató de orden ejecutiva solo derogable por otro mandatario.

¿Cuál sería la solución?, le preguntó el senador demócrata Dick Durbin. Sessions eludió la cuestión, y dijo apenas que los inmigrantes con antecedentes criminales serían deportados. “Hay que arreglar el sistema de inmigración y los exhorto a trabajar con el presidente Trump para resolver el asunto y el problema migratorio de nuestro país”, dijo Sessions. El departamento de Justicia no controla el sistema de inmigración del país sino que es un responsabilidad del Departamento de Seguridad Territorial (DHS).

Siendo senador, Sessions siempre se opuso a la reforma migratoria en los grandes debates del año 2010 y 2013.

En otro paso de las audiencias, Sessions, sin embargo le propinó un duro golpe a varias de las promesas electorales de Trump.

El hasta ahora senador por Alabama, abogó por la defensa de las clínicas que realizan abortos aunque, precisó, “yo no estoy de acuerdo con el aborto” pero “hay que cumplir la ley y defender todo lo posible en el marco legal”.

A su vez, también constató la promesa electoral del presidente electo de reanudar el ejercicio de la tortura como método de conseguir confesiones de los presos en las guerras de Afganistán, Irak y contra el terrorismo. “El Tribunal Supremo ha dicho que el ‘waterboarding’ (tortura por asfixia con agua) es ilegal. Eso seguirá así, es ilegal y no lo vamos a condonar”, explicó.

Las dos aseveraciones constituyen un golpe a las promesas electorales de Trump pero, a la vez, temas que Sessions dijo no ha discutido con el presidente electo.

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