sábado 23  de  marzo 2024
EEUU

Trump hereda una economía sólida de manos de Obama

Dicen los analistas que lo más probable es que Donald Trump tome crédito por ello e intente aprovecharse de las nuevas cifras, como la estabilización de la bolsa de valores, por ejemplo
Por RUI FERREIRA

@ruiefe

MIAMI.– Cuando el 20 de enero Donald J. Trump asuma la presidencia de Estados Unidos chocará con una realidad inamovible, su antecesor Barack Obama le deja una economía mucho más sólida que la que el presidente electo esbozó durante su campaña electoral.

El desempleo se encuentra en 4.6%, la mejor cifra desde agosto del 2007, cuando la administración republicana de George W. Bush, y lo cierto es que en el último año la cifra siempre se mantuvo bajo los 5. Esto trajo como consecuencia que solo en noviembre la iniciativa privada creara 178.000 nuevos puestos de trabajo aprovechando el reforzamiento de la economía interna y las exportaciones, consideró un estudio del conservador American Heritage Institute.

“El presidente Trump verdaderamente está heredando una economía sólida” “El presidente Trump verdaderamente está heredando una economía sólida”, dijo el economista Kevin Hasset a la cadena CNBC al presentar el estudio del instituto donde trabaja.

Para el economista senior de Wells Fargo, Sam Bullard, “este momento positivo que hemos visto en el mercado seguirá hasta el final del 2016”. La tasa de desempleo ha bajado por una razón básica. La cifra de desempleados ha bajado mientras creció el número de empleos disponibles, pero también la totalidad de la fuerza laboral disminuyó.

Obama no heredó una economía fácil cuando entró a la Casa Blanca en enero del 2009. El país se encontraba en plena crisis financiera por la debacle inmobiliaria y una recesión, pero gracias a un paquete de medidas que contó con el apoyo bipartidista logró recuperarse en menos de 14 meses. “El que diga que la economía estadounidense está en baja, sencillamente está delirando” “El que diga que la economía estadounidense está en baja, sencillamente está delirando”, dijo Obama hace seis meses.

Es por ello que es difícil de creer que Donald Trump al asumir la presidencia pueda soslayar esta realidad. Dicen los analistas que lo más probable es que tome crédito por ello e intente aprovecharse de las nuevas cifras, como la estabilización de la bolsa que en estos últimos meses de la presidencia de Obama ha logrado apuntalarse y, paulatinamente, ha ido en alza.

Según el Departamento del Trabajo, en el sector manufacturero se ha registrado una pérdida de 54.000 empleos, pero esto se debe al hecho de que muchas empresas de Estados Unidos han salido al exterior a fabricar sus producciones, algo que Trump ha prometido revertir sin presentar un plan de cómo hacerlo, en un mundo donde lo global en el mundo laboral es cada vez más intenso e inevitable.

Trump ha prometido que impulsará un crecimiento económico del 4%. La pregunta es ¿cómo? Porque Obama logró apenas un crecimiento promedio del 2% que fue, incluso, superior al heredado de su antecesor George W. Bush (1.5%).

Con el rediseño de las relaciones económicas y laborales en el país, Trump no puede hacer lo que hace hoy, salir a ruedo diciendo que ha logrado impedir la salida de empleos del país. El mundo moderno lo impide, las leyes no le dan margen de maniobra y lo primero que tendrá que hacer es repatriar todas sus inversiones. Sería lo mínimo, ¿no?

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