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ESPAÑA

La negra sombra de los incendios se extiende sobre Galicia

Entre el viernes 13 y el domingo 15 de octubre, Galicia ardió. Un total de 146 focos de incendios activos fueron registrados en toda la comunidad autónoma

Por Tania Pagola

Las primeras lluvias del otoño descargaron, tímidas, anoche sobre Pontevedra. Era, por fin, el melancólico “orballo” gallego, demasiado fino para rellenar los embalses semivacíos por la prolongada sequía; suficiente para devolver la humedad a la tierra y refrescar la atmósfera caldeada por los humos y vapores del fin de semana.

Entre el viernes 13 y el domingo 15 de octubre, Galicia ardió. Un total de 146 focos de incendios activos fueron registrados en toda la comunidad autónoma, de los cuales diecinueve alcanzaron la situación número dos, es decir, de riesgo real para la población. Algunos de estos incendios llegaron a cercar peligrosamente a una ciudad tan importante como Vigo, donde más de 400 personas tuvieron que ser evacuadas y cuyo alcalde, el socialista Abel Caballero, calificaba la situación la noche del domingo como “horrible” e instaba a los vecinos de las zonas rurales a que “cierren la casa y se vayan”. También fue uno de las primeras autoridades oficiales en señalar que la poca separación de tiempo y espacio entre los fuegos hacían pensar que no se trataba de un hecho casual. Una tesis también defendida por el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, quien llegó a calificar lo sucedido como “terrorismo incendiario”.

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En la imagen, unos vecinos observan como se acerca a sus casas el incendio forestal de Carballeda de Avia (Ourense).

La sospecha del fuego provocado planea siempre, desde hace mucho tiempo, sobre los incendios forestales en Galicia. A la cultura de la “queima” de los restos agrícolas que subsiste en la idiosincrasia rural local se unió, en los años del boom inmobiliario, el interés de algunos propietarios en recalificar terrenos rústicos para dedicarlos a la construcción. Para poner freno a una práctica que amenazaba con destruir la riqueza forestal del país, fue aprobada en 2003 la Ley de Montes, una normativa que prohíbe el uso de los terrenos quemados durante los 30 años posteriores a un incendio, aunque en 20015, ya con el Partido Popular gobernando, se introdujo una modificación que permite a las Comunidades Autónomas el cambio de uso forestal de un monte quemado siempre y cuando concurran “razones imperiosas de interés público de primer orden”. La ley gallega, aprobada en 2012, también recoge excepciones, pero sólo para cambios previamente aprobados o en trámites de aprobación. ¿ Por qué arden entonces los montes gallegos (y los de Portugal y Asturias) en pleno mes de octubre?

Ante todo habría que mencionar la letal combinación de factores climáticos que se ha producido en las últimas semanas, el conocido como factor 30: temperaturas mayores de 30 grados, humedad inferior a 30 y vientos superiores a los 30 km por hora. Si a ello sumamos la abundancia, en toda la región atlántica de Galicia y Portugal, de especies altamente pirófilas como el pino o el eucalipto, como consecuencia de la demanda de la industria de celulosas, que ha desplazado a las especies autóctonas de los bosques. El pino y el eucalipto, además, producen una gran sequedad en los suelos, lo cual es particularmente peligroso en caso de incendios. La sustitución de éstas por especies atlánticas, fundamentalmente frondosas como el roble y el abedul, así como el cierre de la planta de pasta de celulosas de la empresa ENCE que opera sobre la ría de Pontevedra, es una de las demandas más enérgicas de los movimientos ecologistas y sociales gallegos de los últimos años. La concesión de explotación a la pastera que expiraba en 2018, fue prorrogada por el entonces gobierno en funciones de Mariano Rajoy durante otros 60 años.

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Un aserradero del concello pontevedrés de As Neves ha quedado totalmente calcinado tras el paso del fuego.

Quienes anoche se manifestaron en las calles y plazas de Ourense, Vigo, Vilagarcía, A Coruña, Compostela, Lugo, Ribeira, Lalín, As Pontes, O Carballiño, Ribadavía, Betanzos, O Barco, Madrid y Barcelona en solidaridad con las víctimas de los incendios y contra una política forestal que consideran inadecuada, responsabilizan directamente a la Xunta de Galicia de la actual situación, y también de la que consideran una “inadmisible respuesta logística y de comunicación” ante los incendios. Una protesta que se ha extendido también en las redes sociales, que arden de indignación ciudadana y donde muchos internautas han hecho suyos slogans como “Galiza non arde. Árden-nos”, o “Nunca máis”, una frase que acompañó las históricas protestas por la mala gestión gubernamental durante el hundimiento del petrolero Prestige frente a las costas gallegas, hace ya 15 años.

¿Qué hay entonces de la teoría según la cual, la catástrofe ecológica vivida estos días en Galicia, que ha afectado incluso a zonas protegidas de la Red Natura (Pena Veidosa, Macizo Central, Ancares-Courel y la zona especial de protección de aves, Baixa-Limia –Sierra do Xurés) se debería a la acción de piromános incontrolados?

Para Diana Rodríguez, portavoz del manifiesto leído anoche en Pontevedra, un documento consensuado entre las más importantes asociaciones ecologistas de Galicia que cuenta con el apoyo de los grupos parlamentarios En Marea y Bloque Nacionalista Gallego (BNG), esta no es la causa fundamental : “Arder, siempre ardió. El problema es que ahora arde en cantidades tan extensas porque son incontrolables. Este fin de semana se dieron todas las particularidades: seca, vientos de más de treinta kilómetros por hora…. esos vientos llevan las chispas y prenden. No es que haya varios focos, hay uno o dos focos que se extienden y saltan de un lado a otro. Y el problema es que tenemos las brigadas desmanteladas, trabajando tres meses al año y así es muy difícil. Hubo falta de organización, no hubo previsión y hay un problema de política forestal. Esos son los tres problemas que hay aquí en Galicia”.

Un extremo negado esta misma mañana por el presidente Feijoó, quien ha asegurado que nunca antes, en los últimos treinta años, se había dispuesto de tantos medios en el mes de octubre para combatir el fuego, como en éste. Según datos oficiales, han participado en las labores de extinción un total de 350 brigadistas, 500 militares, 200 motobombas y una veintena de medios aéreos.

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Ciudadanos ayudan a sofocar con cubos de agua uno de los focos declarados en el centro de la ciudad de Vigo.

El presidente retoma la tesis antropológica como causa fundamental de los incendios: “Lo que dicen los técnicos, los ingenieros forestales que trabajan en los servicios de extinción es que hay un porcentaje de intencionalidad de un 90%”. A continuación describió los cuatro grandes grupos de responsabilidades que, según él, existen. “El primero son incendios producidos por la quema incontrolada en lugares o en espacios de bosques de la comunidad. para quemar hay que tener mucha responsabilidad y no se puede quemar, lógicamente, durante todo el año. Sin embargo, añadió, “hay gente que por falta de información, o por negligencia, queman y a partir de ahí se les va de las manos”.

Habría un segundo grupo de personas proclives a provocar incendios a las que clasificó como “personas desarraigadas, que viven solas o tienen algún problema de conducta” y un tercero a los que denominó como personas con intereses económicos: “Tradicionalmente en algunas zonas del macizo central se producen pastos con quemas controladas, pero si las quemas no son controladas, se les va de las manos”, insistió. También incluyó en este grupo “pero de forma excepcional” a personas que participaron o participan para algún servicio de extinción de incendios. “Estoy seguro, matizó, de que esto es muy doloroso, no es justo para los brigadistas porque se juegan su vida, pero ahí tenemos algún caso”. Finalmente se refirió a los comúnmente conocidos como pirómanos, “gente que aparece y después va a ver como se extingue, como una persona más preocupada, el incendio que previamente ha provocado”.

“Y esto no es, repito, una investigación de la Xunta de Galicia, sino de la Fiscalía de Medio Ambiente, después de haber estudiado más de dos mil sumarios”. Feijoó reveló también que en lo va de año, de enero a octubre, han sido detenidas en la comunidad y puestos a disposición judicial 167 sospechosos de provocar incendios. “No sabemos si los 167 son culpables, pero lo que está claro es que el monte no arde solo. Al monte, lo queman.”

Notas: En la mañana del martes, la Xunta había desactivado el nivel 2 para los incendios en Galicia, mientras se mantenían 23 focos activos, según la Concellería de Medio Rural, que esta tarde comparecerá ante el Parlamento regional. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha solicitado debatir en la Eurocámara sobre los incendios en España y Portugal, durante la sesión de la próxima semana en Estrasburgo.

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