viernes 29  de  marzo 2024
TERRORISMO

Célula yihadista captó en España a jóvenes que fueran difíciles de detectar

Vecinos y familiares de los autores de los atentados no sospecharon que en sus frecuentes reuniones los jóvenes estaban siendo entrenados para cometer un crimen masivo en uno de los sitios emblemáticos de la ciudad donde crecieron
Por ARNALDO DÍAZ BORGES

Especial

MADRID.- Hay un rasgo común que identifica a los responsables de los atentados terroristas ocurridos en España la pasada semana, con saldo de 15 muertos y más de 130 heridos: son todos jóvenes, moldeables, a los cuales la persona que se encargó de reclutar para una célula extremista del islam seguramente estudió antes de acercárseles.

Los terroristas tenían un perfil muy alejado de toda sospecha. Eran los últimos por los que alguien podía haber apostado. Más jóvenes de lo habitual, sin dificultades sociales ni económicas ni laborales, según sus amigos. Sin actitudes sospechosas ni antecedentes. El imán que se acercó a ellos apostó por radicalizar a los más complicados de detectar.

Quizás por eso Manel López, uno de los vecinos que conocían y veían frecuentemente a estos terroristas, dijo: "Creía que eran personas normales, que se juntaban para fumar algún porro o jugar a la Play".

“No podíamos pensar que se reunían para tramar algo", comentó López, incrédulo, al descubrir que no sólo vivía en el edificio escogido por la célula yihadista para instalar sus pisos franco, sino que el apartamento contiguo al suyo era la "casa cuartel" en la que planeaban todo. Pared con pared.

El miércoles por la noche, antes del atentado, fue la última vez que vieron a Younes. Estaba en la cocina, fregando los platos. Le vieron a través de una ventana, intercambiaron saludos con un “buenas noches” y no volvieron a saber de él hasta que su rostro salió por televisión donde se anunciaba la terrible noticia. No era su casa. Se encontraba en uno de los tres pisos alquilados en los que el Imán, junto con los autores materiales de los atentados de Barcelona y Cambrils, convocaba reuniones clandestinas. En aquel momento, Younes, que al día siguiente arrollaría con una furgoneta a decenas de personas en el popular paseo de La Rambla, se encontraba solo. Dice en su edición de este martes 22 de agosto el periódico El Mundo, que conversó con el vecino de Ripoll y su pareja.

“Yo nunca vi al Imán, a Mohammed (Hychamy) sí, algo que conté a los Mossos. Pero un amigo mío sí había visto entrar a Abdelbaki con dos de ellos”.

Estrategia del Imán

(El Imán es el ministro que dirige la oración comunitaria de los musulmanes, especialmente en las plegarias de los viernes a medido día. Debe ser un entendido del Corán y respetado en su comunidad por su buen ejemplo de vida).

Amigos o familiares de los autores del ataque terrorista de Ripoll desconfiaron de los discursos del Imán Albdelbaki es Satty. La pregunta que surge es: si sospechaban de su radicalidad, ¿por qué no denunciaron a las autoridades? “Porque no creía que llegarían tan lejos. No sé. Es que de verdad que nadie podía imaginar que estos chavales podían hacer algo así”.

"Me quiso dar alguna charla y un día empezó a hablarme de que escuchar música era malo o no sé qué... y le dije que no me comiera la cabeza. Nunca más me volvió a hablar", relató a EL PAÍS un primo de uno de los fallecidos en Cambrils.

“El primer factor es la edad: eran más jóvenes de lo que habitualmente son los terroristas y, por tanto, estamos ante una personalidad moldeable”. El segundo factor que él plantea abre debate: su origen. “Se dice que estaban integrados, sí, pero no dejan de pertenecer a una minoría en riesgo de exclusión. Basta cualquier percance para convertirse en chicos fáciles de engatusar. Una cosa es hablar de integración desde las instituciones y otra bajar a la calle”. Dice a la prensa Manuel Gazapo, director del Observatorio de Seguridad Nacional.

El Imán, lenta y concienzudamente, se ganó la confianza de los jóvenes y moldeó sus ideas. “Volvió al viejo estilo de Al Qaeda”, dice Gazapo. “No se sirvió de internet, sino que usó el cara a cara, reuniéndose con los chicos en furgonetas o pisos secretos”.

Rashid dice que la clave está en el imán: “Un tío muy inteligente, en media hora te convence. Te quita el miedo. Y esa es la clave”. Los reclutadores, como este Imán, son piezas apreciadas por el Estado Islámico. Por eso los investigadores creen que, de no haber muerto accidentalmente en la explosión de la casa de Alcanar, estaría ahora mismo de vuelta en Siria, sin haber participado en los ataques. “Por desgracia, hay más reclutadores”, señala Manuel Gazapo. Y Rashid añade, sentado en una cafetería de Ripoll: “Es que esto no ha acabado”.

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