viernes 22  de  marzo 2024
Zimbabue

Conozca a "El Cocodrilo", la esperanza para Zimbabue

El exvicepresidente, nacido en 1942, combatió en los años 60 contra el régimen de minoría blanca en la antigua Rodesia. Fue condenado a muerte en 1965 por sabotaje, pero finalmente la condena fue conmutada por diez años en prisión

HARARE.- Un viejo conocido será el encargado de renovar Zimbabue. Emmerson Mnangagwa, apodado "El Cocodrilo", pertenece desde hace décadas a la élite política y aunque su mentor fue el presidente Robert Mugabe, ahora representa un nuevo comienzo para el país.

Mnangagwa, de 75 años, dirigirá Zimbabue previsiblemente hasta las elecciones del año que viene después de que Mugabe, de 93 años, renunciara el martes. Tiene una estrecha relación con el Ejército y dirigió los servicios secretos y distintos ministerios. Además, mientras que Mugabe sumía a su país en una crisis económica, Mnangagwa permaneció siempre a su lado.

El exvicepresidente, nacido en 1942, combatió en los años 60 contra el régimen de minoría blanca en la antigua Rodesia. Fue condenado a muerte en 1965 por sabotaje, pero finalmente la condena fue conmutada por diez años en prisión.

Más tarde fue expulsado a Zambia, donde estudió derecho. A partir de 1976 se desempeñó como asistente personal de Mugabe. "Desde entonces siempre he estado muy unido al presidente", explicó a principios de noviembre, después de que Mugabe le destituyera como vicepresidente. Su relación con Mugabe era como la de "padre e hijo".

La carrera política del "Cocodrilo" comenzó con la independencia del país de Reino Unido en 1980. En los años siguientes fue, según los defensores de los derechos humanos, uno de los arquitectos de la masacre de Matabeleland como ministro de los servicios secretos. Allí fueron asesinadas miles de personas de la etnia ndebele.

El cuestionable desempeño de Mnangagwa en materia de derechos humanos significa "que el futuro de Zimbabue se encuentra en peligro", explicó el analista Charles Laurie, de la consultora de riesgos Verisk Maplecroft. Mnangagwa siempre ha negado ser responsable de la masacre.

No se sabe con exactitud cuándo se le comenzó a llamar "El Cocodrilo". Él mismo dijo una vez que estos reptiles siempre atacan en el momento adecuado. Algunas declaraciones poco amables dejan entrever que su apodo se debe a su falta de escrúpulos y su agresividad.

"Mnangagwa es un mal necesario", dijo el politólogo Alexander Rusero, de la universidad politécnica de Harare. "Un mal cambio es mejor que ningún cambio".

El político nunca ha buscado atraer la atención, además no está dotado ni de una gran dialéctica ni de carisma, y tampoco se le considera una persona cercana al pueblo. Pero Mugabe podía confiar en él cuando se trataba de aplicar sus órdenes políticas.

Tras las polémicas elecciones de 2008, en las que la oposición boicoteó la ronda decisiva por la violencia contra sus seguidores, Mnangagwa negoció por Mugabe la formación de un Gobierno de unidad. En este él ocupó el puesto de ministro de Defensa y a partir de 2013 dirigió el Ministerio de Justicia. El año siguiente fue nombrado vicepresidente, cargo con el se convirtió en heredero del país.

Sin embargo, esta situación chocaba con los planes de la ambiciosa segunda mujer de Mugabe. Grace Mugabe, con fama de ser una persona ávida de poder y derrochadora, trabajó cada vez más públicamente para afianzarse como sucesora de su marido.

Comenzó a criticar a Mnangagwa públicamente y Mugabe se lo permitió. La lucha de poder tomó tintes extravagantes cuando Mnangagwa la acusó el mes pasado de envenenarlo con helado. A principios de noviembre, Mugabe le destituyó y Mnangagwa huyó al extranjero temiendo por su seguridad.

Desde allí arremetió por primera vez contra Mugabe y su mujer públicamente. Según sus declaraciones, el partido del Gobierno estaba controlado por funcionarios "indisciplinados, egoistas e interesados" que han recibido el poder de la familia del presidente en lugar del pueblo.

"El partido no es ninguna propiedad privada para usted y su mujer con la que pueden hacer lo que quieran", explicó dirigiéndose a su antiguo mentor. Según Mnangagwa, Mugabe cree que "tiene el derecho de dirigir el país hasta su muerte".

La destitución del vicepresidente fue la gota que colmó el vaso también para sus aliados en el Ejército, que finalmente dieron un golpe de Estado el miércoles pasado.

Tras la renuncia de Mugabe, "El Cocodrilo" se mostró democrático: "Juntos garantizaremos un cambio de poder pacífico y el afianzamiento de nuestra democracia", dijo. Mnangagwa quiere enfrentarse a los "desafías políticos y económicos" del país, según aseguró. Pero el año que viene deberá explicar a los votantes por qué después de casi cuatro décadas con Mugabe en el poder deben elegir a uno de sus principales hombres de confianza.

FUENTE: dpa

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