jueves 28  de  marzo 2024

El Miami Heat entre ganar o no ganar

Yo pienso que el famoso tanking, el término usado en inglés para esos equipos que pierden a propósito para tener más opciones, siempre tiene un doble filo y muchos agentes libres no van a los equipos que pierden de manera continua
Diario las Américas | EDUARDO EL VIKINGO MARTELL
Por EDUARDO EL VIKINGO MARTELL

Para el Miami Heat la pregunta, la duda, la interrogante, es ganar o no ganar. Así de sencillo. La controversia viene porque, aun disfrutando del gran momento por el que pasan, que los ha acercado de manera dramática a la postemporada en la Conferencia del Este, la realidad es que con esta plantilla la posibilidad de ganar un título es remota, por no decir imposible.

Y con Par Riley ir a la postemporada no es la única opción. Con el ¨Padrino¨ hay que ganar y los equipos se arman para conseguir anillos, no para ir a los playoffs y perder en la primera o segunda rondas.

Así de simple.

Desde que Riley arribara a esta ciudad en 1995, la meta siempre ha sido ganar campeonatos. Hoy, después de tres títulos, el objetivo sigue siendo el mismo.

Es ahí donde está la disyuntiva del Heat porque ganar más partidos esta temporada significa no estar entre los que terminen con más posibilidades de seleccionar a alguno de los mejores jugadores universitarios que van a estar disponibles esta primavera.

Pero, a la misma vez, todos sabemos que Riley no es un ejecutivo de esperar largas reconstrucciones y darles oportunidades a los jugadores jóvenes, a la espera de que se desarrollen.

Con Pat, los que ganan campeonatos son veteranos, curtidos en batallas anteriores, que lo han hecho antes o que han fracasado y tienen el deseo supremo de ganar a toda costa. Y los novatos, con raras excepciones, no están en este grupo.

Yo pienso que el famoso tanking, el término usado en inglés para esos equipos que pierden a propósito para tener más opciones, siempre tiene un doble filo y muchos agentes libres no van a los equipos que pierden de manera continua. Otro peligro es el que la cultura de perder se establezca en los jugadores y la franquicia, lo que hace más difícil escalar la montaña.

Como ejemplo, recuerdo el último partido de la temporada del 2001-02, cuando el Heat estaba en Toronto, sabiendo que si perdía, los Raptors iban a tener menos posibilidades que ellos en el draft de este año. Al final, Miami ganó y Toronto seleccionó antes que ellos, llevándose a Chris Bosh por encima de Dwayne Wade.

Ese Bosh de Toronto fue un excelente jugador, que después ganó aquí en Miami, pero ya sabemos lo que ha significado D-Wade para el Heat.

Sencillo, el perder muchos partidos no es sinónimo de rápida recuperación usando el draft. Por cada Tim Duncan que cambió el destino de San Antonio para siempre hay varios ejemplos funestos en los últimos años, como los 7ers de Filadelfia y los Lakers de Los Ángeles.

Además de eso, el sorteo se hace después de una lotería, lo que significa que no por quedar con el peor o los peores records vas a terminar con una mejor selección. Tienes más oportunidades pero nada está garantizado hasta que salgan las famosas bolitas de la lotería.

Con todo lo anterior dicho, yo prefiero la opción de tratar de ganar, incluso sabiendo que no vas a ir a ningún lado.

Por lo general, en la vida la fortuna se alinea con los que intentan con fuerza, no con los que se sientan a esperar.

Y este equipo actual del Heat tiene varias piezas interesantes, algunas veteranas y otras jóvenes, las cuales pueden servir de pieza de cambio en un futuro cercano. Eso ya lo vivimos en el 2004, cuando Caron Butler y Lamar Odom fueron las piezas codiciadas por los Lakers para canjear a Shaquille O’Neal.

Ese fue el momento en que la franquicia tomó otro nivel y dio un paso gigantesco hacia arriba. Después de eso, vinieron los tres campeonatos (uno con Shaq) y los dos del Big Three.

Ahora mismo el equipo se encuentra ante la disyuntiva de seguir tratando de ganar o echarlo todo por la borda a la espera de un futuro mejor en manos de unas bolitas de lotería y un jugador sin que ni siquiera haya pisado una cancha de la NBA.

Yo prefiero la opción de ganar.

Como ya dije, la fortuna por lo general ayuda a los que más lo intentan.

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