lunes 25  de  marzo 2024
Venezuela

Los notables

Vivíamos en una sociedad partidizada donde "los notables" habían perdido influencia y afinidad con la clase política. Aquellas advertencias notables, agitarían un minotauro de mil cuernos, nada oculto en las cavernas de un Estado
Diario las Américas | ORLANDO VIERA-BLANCO
Por ORLANDO VIERA-BLANCO

“La notabilidad seguía siendo el fantasma de caminos empedrados. Poco después del 4F/1992, un juicio amañado destituyó –como eco de peticiones notables– a Carlos Andrés Pérez…”

El 10 de agosto de 1990, un grupo de notables publicó una carta dirigida a CAP/PDR, y a los senadores y diputados al CN. Afirmaban que “Venezuela atraviesa una peligrosa situación política, económica y social, desarrollada por mecanismos en la orientación del Estado y la vida nacional desde 1958, que no corresponden a las necesidades de desarrollo económico y social, ni a los objetivos fundamentales de la reorientación política y económica que ocurre en el mundo”. Dos años después del notable emplazamiento, amaneció de golpe. ¿Notabilidad perdida? ¿Políticos detrás de los notables? ¿Notables detrás de los políticos? ¿Políticos y notables detrás de una conjura?

Los notables proponían “hacer efectiva la participación popular; lograr una economía productiva para una sociedad más libre y justa; reforma del sistema electoral (uninominal); democratización de los partidos políticos; independencia del Poder Judicial; promulgación de un cuerpo legal sustituto del actual que de forma inconexa, incompleta, y contradictoria, define y castiga los delitos de corrupción administrativa” Planteamientos acertados, muy valiosos, preñados de buenas intenciones, pero que despertaron un monstruo insaciable de venganza. Vivíamos en una sociedad partidizada donde “los notables” habían perdido influencia y afinidad con la clase política. Aquellas advertencias notables, agitarían un minotauro de mil cuernos, nada oculto en las cavernas de un Estado minado de un “peligroso bipartidismo clientelar y rentista”… Firmaron aquel manifiesto: Arturo Luis Berti, Alfredo Boulton, Miguel Ángel Burelli Rivas, María Teresa Castillo, Jacinto Convit, Tulio Chiossone, José Román Duque Sánchez, Arnoldo Gabaldón, Ignacio Iribarren, Eloy Lares Martínez, Ernesto Mayz Vallenilla, Domingo F. Maza Zavala, José Melich Orsini, Hernán Méndez Castellanos, Pastor Oropeza, Pedro A. Palma, Rafael Pizani, Carlos Guillermo Rangel, José Vicente Rangel, Alfonzo Ravard, Elías Rodríguez Azpúrua, Isbelia Sequera Segnini, José Santos Urriola, Arturo Úslar Pietri, Martín Vegas... Una declaración que sirvió de divisa para que un grupo de aventureros intentara más tarde sendos golpes de Estado, centila que nos condujo a la era más celestina y violenta de nuestra historia republicana.

La notabilidad seguía siendo el fantasma de caminos empedrados. Poco después del 4F/1992, un juicio amañado destituyó -como eco de peticiones notables- a Carlos Andrés Pérez. Hoy se sabe la línea notable, política y judicial que corrió aquella sentencia desde la CSJ al CN, pasando por notables despachos blancos, verdes y de cámaras (o camarillas). La Democracia venezolana caía en un despeñadero. Caldera -político de notorias y soberbias reservas, dardos soterrados, tableros difusos y trepadas chiriperas- llega al poder con su mar de fondo, un discurso sinuoso proclamado desde el extinto CN en 1992, después del golpe de Chávez… Los notables también vestían fachas proletarias. Ahí sacaba la nariz Aristóbulo, que pronto se hizo de la Alcaldía de Caracas. Caldera -hecho presidente- sobresee a Chávez, siendo Miquelena -notable exlíder sindical- quien abona su camino a Miraflores con otro pelotón de Notables intelectuales, educadores, banqueros y religiosos que pronto el caudillo hizo polvo. Era la sombra del notable que no tolera el príncipe. ¿Ahora cuántos notables envenenados de antipolítica, vuelven a poner la expectativa de cambio radical en cien, cuando la realidad de lograrlo es cero?

Una matriz perversa, muy notable, engominada y rabiosa, ha ocupado el espacio público demonizando el voto, martillando salidas encumbradas, purgadas y épicas, donde los muertos -por cierto- no los ponen ellos. Notables que musitan la palabra traición con trepidante licencia y ligereza a la par de hacer alarde de un notable individualismo, ansioso de micrófono y figuración, que incluso glorifica la “astucia” del gobierno. ¿Quién traiciona a quien cabría preguntar? ¿Qué causa defienden propiciando la fractura de la oposición? […] ¿Qué hace una activista de DDHH atacando indiscriminadamente a la clase política de oposición, cuando en sus manos exhibe incidencias de torturas contra líderes de esa misma oposición? ¿Qué hacen grupos hacedores de matrices, arengando insurgencias armadas que no están dispuestos a encarar? ¿Qué hacen rasgándose vestiduras desde YouTube aquellos que llaman felones a líderes de oposición, cuando jamás tragaron gas del bueno? Sin duda lo que hacen es Notabilizarse. ¿Quién pierde? El pueblo… Porque los notables cuando abren las cajas de Pandora y sueltan los diablos, ya se han ido, contemplando cómodos desde sus sillones de satén, como el leviatán los devora todo, mientras ellos teclean, chillan y beben café…

Hay otros notables -al decir de Weber- que usan su sabiduría, academia y posición socioeconómica, para liderar movimientos memorables. Su conciencia está lejos de favorecer al tirano (dixit Alexandre Millerand expresidente de la III República Francesa), siendo que en la historia de la humanidad, son ellos los que notablemente -desde agencias electorales con el pueblo en la calle- derrotaron la más elevadas pretensiones autoritarias, imperiales, gusaneras y patrioteras del hombre...

@ovierablanco

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