viernes 29  de  marzo 2024

Nuevo engaño en Cuba

¿Acaso el régimen no sabe que los negocios privados en la isla no cuentan con un mercado donde adquirir la materia prima que necesitan para operar?
Diario las Américas | EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS
Por EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS

Lo que pudiera presentarse como un atractivo único y exclusivo de la capital cubana, de cara al incremento de los “ansiados” visitantes estadounidenses, corre el riesgo de desaparecer. Así lo reconoció a DIARIO LAS AMÉRICAS el hombre que opera una vieja cámara fotográfica Kodak del año 1900 y que ha sido por mucho tiempo símbolo del paso por La Habana de miles y miles de personas.

Yomar del Toro tiene que defender a diario su negocio familiar de la acostumbrada carencia de papel fotográfico, que se le hace “muy costoso conseguir”, y que otras veces adquiere gracias a “algunos amigos que viajan al extranjero”. Ahora, además, teme por “una campaña para retirarlo de la zona” donde siempre estuvo: frente al Capitolio Nacional. Y su caso no es aislado.

Hace solo unos días los medios se hicieron eco de la decisión oficial del régimen castrista de suspender la emisión de licencias para negocios por cuenta propia de paladares, denominación cubana para los restaurantes privados. El motivo: un “proceso de fiscalización" de los emprendimientos existentes.

Según la prensa oficial, el régimen teme, entre otras cosas, que haya casos de adquisición de mercancías "de manera ilícita y el contrabando", la "inversión de capital de procedencia dudosa (blanqueo de dinero)", los "trámites fraudulentos" en la compra de inmuebles y la "importación de mercancías para uso comercial".

Las razones pueden parecer razonables, pero en realidad no van más allá de una estrategia para evitar el crecimiento del sector privado, que pudiera llegar a ser un modo de acercarse al poder.

¿Acaso el régimen no sabe que los negocios privados en la isla no cuentan con un mercado donde adquirir la materia prima que necesitan para operar? Tiene que saberlo, porque el régimen no lo ha creado. ¿No sabe el castrismo que la opción de comprar en el mercado negro no es un hecho característico de las paladares, sino que subyace en la economía cubana hace mucho tiempo, desde que el salario del trabajador promedio perdió su valor y los cubanos tuvieron que acostumbrarse a cobrar en moneda nacional y comprar en CUC, esa moneda que devalúa al mismo trabajador y le hace inciertas sus esperanzas?

Ahí están las causas del temor que sienten el fotógrafo del Capitolio y los propietarios de paladares. Es lo que sucede en un país donde no hay una lógica base económica que sustente el progreso, y donde la aprobación de medidas de supuesta apertura no es otra cosa que un modo de relajar la tensión social y hacer creer al pueblo que algo mejor estará por llegar. Un nuevo engaño.

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