JOSUÉ BRAVO
Especial
La crisis humanitaria será analizada en una reunión de la Comisión de Seguridad del Sistema de Integración Centroamérica
JOSUÉ BRAVO
Especial
Un colectivo de organizaciones de la sociedad civil costarricense abogó por una salida regional a la crisis de los 2.000 cubanos varados en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua, que tenga en cuenta los tratados internacionales sobre derechos humanos, para que continúen el itinerario deseado, hacia Estados Unidos, a fin de que no sean víctimas del crimen organizado y otros serios peligros que podrían surgir.
De esta manera, el Colectivo Bienestar y Migraciones en Costa Rica, integrado por diez organizaciones, que durante años han trabajado principalmente con inmigrantes nicaragüenses, pide el reconocimiento de una crisis humanitaria que debe ser afrontada, con responsabilidad, por todos los estados de la región.
“No pueden permitirse acciones unilaterales que atenten contra los derechos humanos de las personas cubanas en tránsito”, manifestó la organización por medio de un comunicado.
Esta posición es parecida a la que mantiene Costa Rica, adonde acudieron los cubanos procedentes de Ecuador, primer país al que miles de cubanos llegan cuando salen de la isla caribeña, rumbo a Estados Unidos, nación de destino.
No obstante, Costa Rica, por medio de su canciller Manuel González, y la directora de Migración, Kathya Rodríguez, solo apuntaló la idea una vez que Nicaragua, el domingo 15, devolvió a cientos de cubano de su territorio y les cerró el ingreso por el punto fronterizo de Peñas Blancas.
La crisis con estos 2.000 cubanos se originó el 10 de noviembre, cuando Costa Rica capturó a 12 miembros de una red internacional de tráfico de migrantes cubanos, asiáticos, africanos y hasta nicaragüenses.
Los cubanos quedaron a la deriva y al día siguiente 334 se aglomeraron en las oficinas centrales de migración en la capital costarricense, San José, y en Paso Canoas, localidad fronteriza con Panamá, para exigir ayuda y transitar por Costa Rica, así como cruzar a Nicaragua como parte de su itinerario a Norteamérica.
Costa Rica deportó 82 cubanos a Nicaragua, país que siempre los ha recibido bajo esa figura a cambio de 80 dólares de visa de tránsito, según Rodríguez, y otorgó cerca de 2.000 visas de tránsito para que continuaran el viaje a territorio nicaragüense.
El resto es la historia que muchos ya conocen. Nicaragua decidió cerrar el viernes 13 el paso de cubanos, quienes aglomerados a Peñas Blancas cruzaron el domingo de modo irregular a Nicaragua, país que los devolvió a Costa Rica con su Ejército y Policía Nacional en lo que sería “una emboscada”, según denunciaron los migrantes.
Relaciones entre ambos países
Este problema migratorio humanitario abrió una nueva fisura en las relaciones bilaterales entre Costa Rica y Nicaragua, como un preámbulo, según el canciller González que acusa al Gobierno nicaragüense de provocarlo, a inminentes fallos de la Corte Internacional de Justicia sobre el conflicto fronterizo por Harbour Head o Isla Calero, y la construcción de una carretera fronteriza que al parecer, según Managua, contamina su río San Juan.
Según el colectivo de organizaciones, es necesario frenar a las mafias de traficantes de personas que operan en medio de toda esta crisis, “y que sabrán sacar el mayor provecho de la inacción de los Estados y de todos los actores que tienen responsabilidad en esta problemática”.
“Que se evite la politización de la crisis humanitaria que se vive en este momento, pues ello sólo lleva a que se exacerbe el odio y la xenofobia entre países hermanos como lo son Costa Rica y Nicaragua, a la vez que se deja de lado la afectación tan grande de las cientos de personas cubanas que esperan una solución lo antes posible”, abogaron.
El investigador del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica (CICDE-UNED), Gustavo Gatica, sostiene que decisiones políticas siguen provocando desplazamiento de refugiados en la región, en este caso los cubanos.
En ese sentido, sugiere, la indignación de la opinión pública acerca de los desplazamientos de personas refugiadas en Siria o de los países del oriente de Europa, también tendría que mover un poco la sensibilidad por los movimientos migratorios que vemos por Centroamérica.
En ese sentido también abogó por un diálogo multilateral para buscar la salida a un problema que no es nuevo y probablemente continuará ocurriendo, dado que entre Nicaragua y Costa Rica no hubo la coordinación adecuada para evitar el problema.
“Pareciera que el Gobierno nicaragüense no tendría autoridad moral para demandar a otros estados, en este caso al costarricense, sobre la denuncia de violación a la soberanía nacional y el respeto a las fronteras, cuando hace muy poco por evitar que sus nacionales tengan que ir a buscar empleo a Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador o Panamá”, criticó.
“Lo que es claro, es que en algunos sectores y en algunos medios de comunicación, el torpe tratamiento de las autoridades nicaragüenses hacia el tema de los cubanos, puede activar mecanismos y acciones de xenofobia hacia la población nicaragüense o en general hacia la comunidad extranjera, que no tienen ningún asidero. Esto contribuye poco a la buena convivencia que debe darse, dados los mutuos beneficios de la migración”, sostuvo Gatica.
En Managua, organizaciones que también velan por el respeto a los Derechos Humanos en Nicaragua, criticaron la forma en la que el Gobierno nacional trató a los cubanos migrantes cuando fueron expulsados a territorio costarricense.
"Condenamos enérgicamente la actitud inhumana e irresponsable del Gobierno de Nicaragua por rechazar con el Ejército y la Policía a estos inmigrantes, eso no lo hace ningún otro país", dijo la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.
Caso contrario, presidente de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, aprobó la reacción política de Nicaragua, pero no el trato a los inmigrantes cubanos.
"El hecho de que Costa Rica haya enviado a estas personas a Nicaragua es un acto irresponsable, (pero) quizá lo que debió haber hecho el Gobierno (nicaragüense) fue haberlos recibido y explicarles cómo funcionan las leyes en nuestro país", sostuvo Carmona.
La crisis humanitaria será analizada en una reunión de la Comisión de Seguridad del Sistema de Integración Centroamérica (SICA).
Mientras se defina el futuro de los cubanos, un grupo de ellos duermen a la intemperie en la frontera con Peñas Blancas. Otra parte está en dos albergues en La Cruz, cantón ubicado 20 kilómetros al sur de la frontera.
Ambos grupos reciben asistencia humanitaria de parte del gobierno de Costa Rica, de ciudadanos ticos, organizaciones de Naciones Unidas y de la sociedad civil. Al menos 4 familias solicitaron refugio a Costa Rica.
Hay cubanos que de manera individual han intentado cruzar de nuevo de modo ilegal a Nicaragua, pero el ejército y la policía los devolvió. Nicaragua mantiene a las instituciones castrenses regadas en Peñas Blancas, y aplica retenes en busca de cubanos en la ruta hacia las ciudades de Rivas y Managua.
LEA TAMBIÉN: