LA HABANA.- El Laboratorio China-América Latina sobre cambio climático ofreció en La Habana su cooperación con instituciones cubanas en asistencia técnica, formación de especialistas, transferencia de tecnologías e intercambio académico, según informaron hoy medios de la isla.
El coordinador de la institución china, Dehua Liu, propuso también extender la colaboración industrial en materia de energías limpias, sobre todo con el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (ICIDCA), según explica el reporte de la oficialista Agencia Cubana de Noticias.
Liu se refirió también la utilización de la biomasa de la caña de azúcar para la generación de electricidad, las fuentes renovables de energía y productos del ICIDCA, entre ellos alcoholes y bebidas, productos con potencial para la exportación.
Resaltó además que Cuba tiene programas con el propósito de contrarrestar los daños del cambio climático, como el plan estatal denominado Tarea Vida, aprobado por el Consejo de Ministros de la isla.
El experto chino, que dirige el Instituto de Química Aplicada de la Universidad de Tsinghua, en Pekín, intervino este miércoles en un seminario del Laboratorio China-América Latina que fue parte del Foro de Negocios del XIV Congreso Internacional de Caña de Azúcar y Derivados que se celebra esta semana en La Habana.
El Laboratorio China-América Latina es una iniciativa que data del año 2015; su primera edición transcurrió en Brasil en 2016 y la segunda en China en el mismo año.
Por América Latina integran el Laboratorio representantes del ICIDCA, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil) y de la Pontificia Universidad Católica de Perú, entre otras instituciones.
Forzada por la ciscunstancias internacionales, Cuba impulsa actualmente un cambio de su matriz energética a fin de reducir la dependencia del petróleo combustible y para ello planea construir 25 plantas eléctricas de energía.
Desde el año 2003, Cuba obtenía beneficios con el crudo pesado que le enviaba Venezuela al refinarlo y venderlo en el exterior, aunque según datos de la ONU esos ingresos se han reducido un 97% en tres años: lo que en 2013 era un negocio de 500 millones de dólares, en 2016 apenas recaudó 15.4 millones, debido a la falta de suministro.
FUENTE: EFE