Ciudad de México.- Una veintena de manifestantes escapuchados derribaron ayer las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, y prendieron fuego a la puerta principal del histórico edificio. Los disturbios se registraron al finalizar una multitudinaria marcha desde la instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) hasta el Zócalo de la capital mexicana para exigir el retorno con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre. (EFE/Sáshenka Gutiérrez)
Miles de jóvenes salieron a las calles de Ciudad de México para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre en el sur del país.
"Por qué nos asesinan, si somos la esperanza de América Latina", "Fue el Estado", corearon miles de manifestantes frente a la sede de la Procuraduría General de la República (PGR) antes de reanudar su marcha hacia el Zócalo de la capital mexicana.
El contingente, formado por jóvenes de diferentes escuelas de educación superior, se tiró al piso sobre el Paseo de la Reforma durante varios minutos y exhibió carteles en solidaridad con los normalistas desaparecidos hace mes y medio.
"Estamos cansados de soportar este gobierno, estas políticas de miseria y sistemático desprecio por la vida", dijo Javier Bautista, integrante del Programa de Interfacultades y Asuntos Indígenas de la Universidad Iberoamericana durante la protesta.
En la protesta también participaron diferentes colectivos de la sociedad civil.
Las familias rechazaron la posibilidad de que sus hijos, desaparecidos hace mes y medio, puedan estar muertos y exigieron al gobierno "pruebas irrefutables".
Según declaraciones de detenidos, los estudiantes fueron entregados por policías municipales al grupo criminal Guerreros Unidos, que los trasladó a un basurero de la localidad de Cocula, en el sureño estado de Guerrero, cerca del sitio donde desaparecieron.
Una vez asesinados fueron quemados para hacer desaparecer sus restos, con diesel, gasolina, leña y llantas, según testimonios que las autoridades aún deberán corroborar con estudios científicos.
Actos de violencia
Una veintena de manifestantes encapuchados derribaron las vallas de seguridad de los alrededores del Palacio Nacional, sede del Ejecutivo mexicano, y prendieron fuego a la puerta principal del histórico edificio, según constató Efe.
Los disturbios se registraron al finalizar la marcha desde la instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) hasta el Zócalo de la capital mexicana para exigir el retorno con vida de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre.
Al final del recorrido, miles de manifestantes se tiraron al piso de la gran plaza central de la capital mexicana, simulando haber sido asesinados, y fueron leídos uno a uno los nombres de jóvenes desaparecidos a manos de policías y criminales el 26 de septiembre pasado en Iguala, en el sureño estado de Guerrero.
Una vez que los organizadores invitaron a todos a retirarse, un grupo se dirigió al Palacio Nacional, tiró las vallas de seguridad e intentó derribar la puerta principal con las estructuras metálicas.
Después de rayar la puerta, lanzaron todo tipo de objetos, incluidas bombas caseras, si bien el fuego fue apagado por un sistema automático contra incendios del edificio, construido entre 1522 y 1526.
Un grupo antidisturbios de la Policía Federal y agentes del Estado Mayor Presidencial respondieron a las agresiones y lograron que los encapuchados se dispersaran.
Durante la marcha, miles de manifestantes, desde estudiantes hasta ancianos y padres de familia, exigieron la presentación con vida de los desaparecidos, castigo a los culpables y apoyo para las familias de los estudiantes y los centros de enseñanza de magisterio a los que acuden jóvenes de escasos recursos.
"Vivos se los llevaron, vivos los queremos", repitieron durante el recorrido, en el que también pidieron justicia y no más muertes ni desaparecidos en un país donde se cuentan por miles.
Los manifestantes también guardaron un minuto de silencio por los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
