RÍO DE JANEIRO.- Como si se tratase de una película de acción, un grupo de pistoleros robó una ambulancia en una favela de Río de Janeiro y secuestró a un médico por unas nueve horas para obligarlo a atender a un importante líder del narcotráfico herido en un tiroteo con la Policía, informaron hoy fuentes oficiales.
"Ellos no habrían hecho eso si no se tratase de un narcotraficante de gran importancia. Creemos que puede ser TH (como es conocido el traficante de drogas Thiago da Silva Folly) o alguno de sus brazos derechos", afirmó hoy el titular de la comisaría 21 de Policía Civil de Río de Janeiro, Wellington Vieira, a periodistas.
El hecho ocurrió en la madrugada del domingo en el Complexo da Maré, un conjunto de favelas en la zona norte de Río de Janeiro en el que operan diferentes bandas de narcotraficantes y en donde se registró también un tiroteo con la policía en el que habría quedado herido Da Silva Folly.
De acuerdo con la Policía Civil, en el lugar del enfrentamiento fue abandonado por los narcotraficantes en fuga un fusil FAL calibre 762 con la inscripción "Tropa de TH" que sería del jefe de la banda que controla el tráfico de drogas en varias de las favelas del Complexo da Maré y está vinculada a la organización criminal conocida como Tercer Comando Puro.
Poco después del tiroteo, unos 50 hombres fuertemente armados invadieron un centro médico público en la Maré y secuestraron a uno de los médicos de turno, a quien se llevaron en una de las ambulancias de la entidad.
El médico estuvo secuestrado nueve horas y, antes de ser liberado, fue obligado a atender a un hombre con una herida de bala en una clínica particular en la Baixada Fluminense, una región en los suburbios de Río con altos índices de violencia.
"El médico dijo que había muchos hombres armados con fusiles y pistolas y que fue obligado a darle su uniforme a uno de los bandidos con el que subió a la ambulancia", detalló el comisario.
Vieira dijo que la Policía Civil espera conocer más detalles este lunes, cuando escuchará oficialmente al médico y analizará el GPS de la ambulancia robada, que también fue encontrada abandonada en la Baixada Fluminense.
Río de Janeiro vive una inusitada ola de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016, que ha obligado al Gobierno del presidente Michel Temer a enviar a unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región, con la perspectiva de que permanezcan allí hasta finales de 2018.
El programa de seguridad puesto en marcha en 2008 por el Gobierno regional para intentar expulsar a los narcotraficantes que dominaban varias de las favelas de esta ciudad dio resultados en sus primeros años y consiguió reducir los índices de criminalidad pero las bandas de pistoleros consiguieron volver a las barriadas.
En lo que va de año, según asociaciones de la sociedad civil, en todo el estado de Río se han registrado unas 4.000 muertes en actos de violencia, entre ellas el asesinato de 108 policías.
Según una encuesta divulgada la semana pasada, el 72 % de los habitantes de la segunda mayor ciudad de Brasil se iría a vivir a otro municipio si pudieran hacerlo para huir de la violencia.
El estado de Río de Janeiro, el más turístico de Brasil, también afronta una de las mayores crisis económicas de su historia, después de que en junio del año pasado, poco antes de organizar los Olímpicos de 2016, declarara "calamidad financiera" (quiebra), lo que ha provocado una reducción de los gastos para pagarle horas extras a los policías.
FUENTE: EFE