BOGOTÁ.- EFE
BOGOTÁ.- Las autoridades desean establecer la posible participación de agentes del Estado en su asesinato, perpetrado hace casi 25 años.
BOGOTÁ.- EFE
La Fiscalía General ordenó el miércoles la exhumación de los restos óseos del exguerrillero y candidato presidencial Carlos Pizarro Leon Gómez para establecer la posible participación de agentes del Estado en su asesinato, perpetrado hace casi 25 años.
Pizarro fue baleado en abril de 1990 en el interior de un avión que cubría la ruta Bogotá-Barranquilla. Al momento de su muerte Pizarro, de 38 años, era el candidato a la presidencia del movimiento Alianza Democrática M-19.
Atrás quedan narcos y paramilitares
La Fiscalía explicó que los restos serán trasladados a los laboratorios del Departamento de Criminalística del Cuerpo Técnico de Investigación.
Hasta ahora la justicia colombiana sostuvo que Pizarro fue víctima de una componenda entre narcos y paramilitares. Pero para Sergio Reyes Blanco, procurador del caso, "24 años después se puede establecer si efectivamente la casa (paramilitar) Castaño y el cartel (de drogas) de Medellín, para poder concretar el hecho, contaron con la colaboración y con la ayuda de algunos funcionarios del Estado".
Según dijo el procurador en entrevista con The Associated Press, no es un secreto para nadie en Colombia que en algunas épocas grupos delictivos contaron con la aquiescencia de empleados estatales y de cuerpos de seguridad. Precisamente Pizarro era escoltado por detectives del desarticulado Departamento Administrativo de Seguridad cuando fue asesinado.
"Precisamente sobre esa hipótesis se está trabajando", indicó el procurador, quien además no descartó la presencia de una segunda arma en la escena del crimen. "Hay muchas dudas sobre cómo ingresó el arma al avión, sobre si la única arma que se disparó fue la del sicario" que finalmente fue muerto por los escoltas del político, agregó.
Quieren llegar a la verdad
En tanto, el fiscal a cargo de la investigación, Mauricio Javier Ponce, dijo a AP que el objetivo de la exhumación es "llegar a la verdad... y también hacer justicia".
María José Pizarro, hija del político asesinado, dijo a los reporteros en el cementerio central de Bogotá que ella y su familia esperan que se puedan superar "las barreras de la impunidad" porque si transcurridos casi cinco lustros se está realizando la exhumación "es prueba suficiente de que en su momento los órganos encargados de la investigación no hicieron lo que tenían que hacer".
La hija de Pizarro indicó que "hay pruebas que no coinciden y que (parecieran pretender) silenciar el proceso y no permitir avances concretos".
La mujer recordó que su padre había firmado un proceso de paz 45 días antes de su asesinato y era uno de los hombres más protegidos del país.
Pizarro, excomandante del pacificado Movimiento 19 de Abril o M-19, firmó la paz en 1990 con el gobierno del entonces presidente Virgilio Barco (1986-1990) y de inmediato se lanzó a la política.
Fue una época de guerra sucia en Colombia y tres candidatos presidenciales fueron asesinados entre agosto de 1989 y abril de 1990: Pizarro, Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo.
Pizarro, de clase media-alta e hijo de un almirante de la armada, había ingresado en 1975 al M-19, una guerrilla típica latinoamericana conformada en su mayoría por intelectuales y estudiantes.
En noviembre de 1985 el M-19 realizó su acción más violenta al tomar por asalto el Palacio de Justicia. La retoma de los tribunales por parte de la fuerza pública y el enfrentamiento armado con la guerrilla dejó más de 100 personas muertas, incluidos 11 magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
En 1986 Pizarro asumió la comandancia del grupo rebelde tras la muerte a manos de la fuerza pública de su entonces líder.