MANAGUA.-JOSUÉ BRAVO
Especial
Hace meses el mandatario provocó la suspensión de proyectos manejados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, y ahora lanza graves acusaciones contra esa entidad
MANAGUA.-JOSUÉ BRAVO
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Intenciones maquiavélicas mueven a Daniel Ortega, quien 5 meses después de haber provocado la suspensión inmediata proyectos manejados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lanzó por medio de su cancillería graves acusaciones contra este organismo e incluso, le imputó hechos delictivos sin que aún se conozcan pruebas.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, considera que algo más grave hay oculto en el reciente exabrupto fuera de todo lenguaje diplomático del Gobierno sandinista contra el PNUD: “Yo creo que eso solamente no es solo un reclamo por situaciones que pudiera pensar se dieron”, adelanta la otrora aliada de Ortega en la política.
“No, esto es la preparación, como el colchón que está preparando Daniel Ortega para una arremetida en contra de la cooperación internacional a todos los niveles. Esto pueda que le sirva de colchón o de cama para amortiguar el efecto que va tener la ansiada y pretendida ley para regular toda la cooperación para todas las situaciones en Nicaragua”, sostiene.
Los hechos
Esta semana, el Gobierno sandinista acusó al PNUD de adjudicarse 21.6 millones de dólares de los fondos de la cooperación sin autorización de Nicaragua, por la administración de 115 proyectos por el orden de 270 millones de dólares, además le señaló de pagar altas sumas de dinero a “una burocracia” conformada por militantes de partidos políticos y movimientos opositores.
“De esta suma, solo por intermediar y administrar recursos, rol que nadie había asignado al PNUD, la agencia cobró a nuestro país, el ocho por ciento, que consiste en US$21.6 millones”, apunta el sandinismo en el documento enviado por cancillería al cuerpo diplomático acreditado en Managua.
“Y, para colmo, esa tecnocracia, nutrida con los recursos que venían destinados al pueblo de Nicaragua, y compitiendo por ellos para su propio beneficio se convirtió en el principal enemigo de los programas de lucha contra la pobreza que desarrolla el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional”, reza la nota.
Tales señalamientos llegan luego de que en octubre de 2015, Ortega y su Gobierno asumieran el control directo, sin intermediarios, de la gestión e implementación de los programas financiados a través de fondos de la cooperación externa, provocando la suspensión inmediata de al menos siete proyectos manejados por el PNUD.
La representante en Nicaragua del PNUD, Silvia Rucks dejó el cargo de forma intempestiva, como corolario de un proceso que el Gobierno ejecuta desde 2009, cuando empezó el retiro de las principales agencias cooperantes.
Como consecuencia, la oficina del organismo en Managua quedará reducida a su mínima expresión a partir de junio próximo, luego que elimine el 86% de las plazas con las que opera actualmente para ajustarse a los nuevos lineamientos de la cooperación, establecidos por el Gobierno de Nicaragua, según la prensa local.
PNUD se defiende
Esta misma semana, la Oficina para América Latina y del Caribe del organismo, rechazó “fuerte y categóricamente” las acusaciones de injerencia y financiamiento a partidos políticos o tergiversación de datos del desarrollo.
“El PNUD no ha participado de ninguna injerencia política ni ha financiado partidos políticos en Nicaragua o en cualquier otro país. Servimos a los países en los cuales trabajamos y a su gente, sin ningún tipo de afinidad ni inclinación política”, defendió.
Así mismo, el organismo recordó que es un socio de confianza para el desarrollo sostenible, con prioridades para el desarrollo nacional dentro del plan estratégico mundial, y reafirmó que es respetuoso de la soberanía de los países apegados la Carta de las Naciones Unidas.
“Estamos orgullosos de ocupar el primer lugar en el Índice de Transparencia de la Ayuda, que evalúa de forma independiente las agencias de desarrollo de todo el mundo”, expresa el PNUD en su comunicado.
Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CORTESÍA)
Las consecuencias contra Nicaragua
Por su parte, la presidenta del CENIDH, consideró como “verdaderamente indignante (las acusaciones de Nicaragua), porque mete en vergüenza al país y es una vergüenza ajena la que nos produce tener un gobierno tan insolente que no respeta las normas que rigen las relaciones entre las misiones diplomáticas”.
“(Habrán) consecuencias directas, va a ser definitivamente el aislamiento de Nicaragua, Nicaragua va salir de la agenda de ONU como país que merece acompañamiento técnico y económico que el PNUD canaliza, esto lo que va a producir es mayores limitaciones para la realización de derechos humanos, sobre todo de derechos económicos y sociales”, lamentó Núñez.
“Como se llama (el 2016) año electoral, que yo le llamo año del fraude y de la farsa, aquí se muere cualquier posibilidad, cualquier reclamo del pueblo de Nicaragua de que haya una misión de observación de ONU, con esto del PNUD está cerrando puertas para cualquier observación u observación de cualquier tipo a nivel internacional a favor de Nicaragua”, aseguró la defensora de Derechos Humanos.
Sobre este mismo tema, el diputado opositor, Carlos Langrand, indicó que la carta que el Gobierno les envió a las embajadas, organismos internacionales y agencias de cooperación acreditadas en el país, acusando al PNUD, está llena de bajeza de lenguaje y de falta de tacto.
“A mí me deja perplejo la bajeza del lenguaje, la falta de tacto… lo pudiéramos calificar como una vulgaridad de cómo se refiere el gobierno hacia una agencia que solo bien ha significado para los nicaragüenses”, dijo el legislador a la prensa local.
En tanto, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada de Nicaragua, José Adán Aguerri, asegura que jamás hubo injerecismo de parte del PNUD en Nicaragua.
“Jamás ha habido de parte del PNUD una intervención en ese sentido (…). Lo que siempre hubo un acompañamiento con la buena intención de Naciones Unidas”, dijo Aguerri.
Largo expediente de tensiones
En 9 años que lleva Ortega en el gobierno, acumula serios enfrentamientos contra embajadores de los países que más apoyo económico brindaban al país, pero que a su vez no bajaron la crítica sobre los temas que consideraron que socavan el estado democrático en Nicaragua.
En 2008, el entonces vicecanciller Manuel Coronel Kautz, llamó diabla a la embajadora sueca Eva Zetterberg, por “entrometerse” en los asuntos internos de Nicaragua.
Esa vez el ahora exvicecanciller advirtió a los embajadores y representantes de la comunidad cooperante, que inmiscuirse en los asuntos internos de Nicaragua podría significar ser declarados “ non gratos”.
“Ellos son como la gata angora…”, dijo en ese entonces, un refrán en Nicaragua que forma parte de un dicho popular con connotaciones sexuales.
En ese mismo año el propio Ortega dijo “son como las moscas que se paran en la inmundicia”, aludiendo a la jefa de la delegación de la Comisión Europea para Centroamérica y Panamá, Francesca Mosca, enojado por el comunicado de la Mesa de Cooperantes en la que sentaron su preocupación por la cancelación de la personería de dos partidos políticos de oposición.
En 2009 periodistas sandinistas acosaron públicamente al embajador de EEUU, Robert Callahan; y Coronel volvió con sus arremetidas, esta vez llamando “paisucho” a Holanda. Como consecuencia de esa política de control contra los donantes, Reino Unido, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Holanda, Noruega, Austria, Estados Unidos y Alemania han retirado parcial o totalmente la ayuda económica a Nicaragua.
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