Una mujer taxista se encadenó este miércoles frente a la residencia del presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, para exigir la adopción de medidas contra las operaciones de la empresa de transporte Uber, informaron medios de prensa locales.
La mujer se encadenó en horas de la madrugada y hasta antes del mediodía permanecía en el lugar, en el sector este de la capital, mientras era acompañada por unos 15 taxistas.
La presencia en Costa Rica de Uber, una plataforma que permite conectar vehículos particulares con viajeros a través de Internet, ha provocado varias protestas (la última el 1 de febrero) de los principales gremios de taxistas, que consideran que la firma extranjera los coloca en desventaja competitiva.
El gobierno insiste en que las operaciones de Uber son ilegales, pero argumenta que carece de mecanismos para sancionarla. Autoridades de tránsito se limitan a multar o incautar autos de personas que prestan servicios a la transnacional, que incluso tiene previsto establecer un centro de atención para América Latina en Costa Rica.
Protestas de taxistas contra Uber han ocurrido en otros países, como Colombia y Francia.
Uber funciona mediante una aplicación celular y sus servicios son prestados por particulares con sus propios autos.
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