CARACAS.- REDACCIÓN
Según un estudio técnico, el hambre oculta, que es la que se produce por falta de hierro, aumentó especialmente en la población infantil, pero también en las mujeres embarazadas y en adultos mayores
CARACAS.- REDACCIÓN
Las desnutrición infantil en Venezuela se incrementó nueve por ciento entre el primer y segundo semestre de 2015, según datos recogidos por el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), según despacho informativo de la Mesa de la Unidad Democrática.
La investigación se realizó en un grupo de escuelas en las que el OVS mantiene un programa por el cual el brindan el desayuno a los niños, única comida que hacen en el día. “Si esto está ocurriendo en escuelas que tienen esta asistencia, no quiero pensar lo que puede estar pasando en aquellas que no están recibiendo ningún suplemento”, dijo la doctora Maritza Jiménez, miembro del observatorio.
“Asumimos que esto que encontramos en estas escuelas no es una cosa casuística, sino que es un fenómeno que está dándose en todo el país”, añadió la investigadora, aclarando que las cifras oficiales sobre desnutrición, como muchas otras estadísticas en el país, no se publican desde 2007.
Añadió que en una reciente evaluación del programa, muchas de las madres “clamaron con gran dolor que no lo elimináramos, porque ese desayuno era la única comida completa que estaban recibiendo los niños”.
Jiménez también refirió que un reciente estudio hecho en el estado Miranda, mostró que se está presentando un ausentismo escolar de 28 por ciento, debido a que las madres prefirieren llevarse a los hijos a hacer colas para comprar alimentos, tanto para sus familias como para el “bachaqueo”, pues así incrementan los ingresos en el hogar. “Se encuentran frente al dilema de si comer o estudiar”, comentó.
“Presumimos que en las zonas marginales el ausentismo es mayor todavía. Hay madres que no tienen con qué llevar los hijos al colegio. Hasta hace poco la mayoría de las familias en Venezuela eran hogares con mujeres solas y, por tanto, son las que tienen que velar por los hijos. Pero hasta el bachaqueo se les está poniendo difícil porque cada vez son menos los productos regulados que se consiguen”, agregó.
La investigadora se refirió también a las fallas que está presentando el programa de alimentación escolar, que depende del Estado. “Se ha limitado el consumo de alimentos fundamentales, como son las proteínas. El programa está dando básicamente calorías sobre la base de cereales y grasas, pero muy poca proteína porque no hay pollo, ni carne, ni huevos”.
“Las proteínas de origen animal que son las que aportan hierro. Nosotros pensamos que el hambre oculta, que es la que se produce por falta de hierro, debe haber aumentado muchísimo en nuestra población, especialmente en nuestra población infantil, pero también en las mujeres embarazadas y en adultos mayores, porque tampoco para ellos hay la provisión de estos alimentos que son fundamentales”, indicó.
“Se considera que la deficiencia de hierro es aún más dañina para el cerebro que la deficiencia de calorías, pero en Venezuela nos encontramos con que tenemos los dos componentes”, añadió.
“Nuestros estudios nos dicen que la gente está consumiendo lo mínimo necesario. El consumo calórico bajó de 2.500 a 1.780, por eso sostenemos que el venezolano está a nivel de sobrevivencia. A eso hay que añadirle la deficiencia en nutrientes específicos y de micronutrientes como el hierro, el zinc y el ácido fólico, que estamos segurísimos de que sí estaban presentes en la dieta del venezolano”, indicó.
“Todo esto dificulta el aprendizaje en los niños. Por eso vemos a muchos que son muy lentos para aprender y para movilizarse, y es porque están anémicos”, dijo la especialista.
Las deficiencias en el consumo de leche también son impactantes. “Hay madres que nos dijeron que tienen tres meses sin dar leche a sus hijos. Con tal deficiencia de calcio ¿cómo formar un esqueleto adecuado”, se preguntó.
“Lo más serio es que esto no tiene posibilidades de recuperación. En el desarrollo del ser humano hay momentos críticos y lo que pase en esos momentos, después no se puede remediar. Y con un 25 por ciento de madres adolescentes en que la mayoría comienza un embarazo en condiciones de desnutrición, pues la situación se agrava. Son niños que nacen con bajo peso y que no tendrán la posibilidad de seguir un desarrollo armónico y adecuado”, concluyó.
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