lunes 25  de  marzo 2024
Venezuela

Con fusiles a bajar los precios

Hace una semana a las principales cadenas de supermercados venezolanos les obligaron a bajar precios entre 50% y 70%. A punta de comandos e inspectores vestidos de rojo, se presentaron en esos centros de distribución de alimentos a fin de cumplir las órdenes de Maduro
Diario las Américas | FRANCISCO OLIVARES
Por FRANCISCO OLIVARES

Como lo hiciera Robert Mugabe, Nicolás Maduro no conoce otro mecanismo para detener la hiperinflación que mandar comandos armados a controlar los precios de los productos. El dictador de Zimbabue, quien gobernó esa nación durante 37 años, logró con su mecanismo militarista llevar la hiperinflación a 14 millones por ciento, a costa de imprimir billetes sin respaldo. Hoy en día la moneda que circula en ese país es el dólar estadounidense.

Hace una semana a las principales cadenas de supermercados venezolanos les obligaron a bajar precios entre 50% y 70%. A punta de comandos e inspectores vestidos de rojo, se presentaron en esos centros de distribución de alimentos a fin de cumplir las órdenes de Maduro. Las multitudes se agolparon de inmediato en dichos locales cargando con cuanto podían acaparar en sus brazos. Al segundo día del operativo las estanterías estaban vacías, los empleados perplejos y temerosos y los comerciantes con la imposibilidad de reponer las mercancías.

Inmediatamente del Gobierno se vio obligado a suspender la operación dado el descontento que le siguió al primer día de fiesta. Los saqueos aumentaron en todo el país y especialmente los sectores populares trancaron vías pidiendo comida. Y como suele ocurrir, parte de los mismos productos reaparecieron en el mercado negro a precios inalcanzables.

El economista Francisco Rodríguez, directivo de la consultora Torino Capital, estima que en 2018 la hiperinflación llegará en 15 mil por ciento y pone en duda de que la estatal petrolera, envuelta en sucesivos casos de corrupción, logre recuperar la producción perdida de casi 2 millones de barriles diarios y mucho menos bajar los gastos de la excesiva nómina que se multiplicó en los últimos 15 años.

Como un mecanismo de recuperar la adhesión de los sectores populares, anuncia ante la Asamblea Constituyente, nuevos bonos de beneficios para 4 millones de familias pobres, para mujeres embarazadas y portadores del Carnet de La Patria. Se trata de un nuevo combo de regalías que se financiarán, no con más y mejor producción de bienes y servicios, sino con billetes emitidos por el Banco Central y sin respaldo.

La oferta de bonos y regalías se suma a las mismas políticas en que se amenaza con nuevas expropiaciones, se amenaza a los sectores productivos y comerciales, sin que se modifiquen los mecanismos de control cambiario y control de precios que han ahogado a la industria nacional. Desde luego, el mecanismo cambiario ha sido el origen de los más sonados casos de corrupción que ha favorecido la importación de bienes que controla el Gobierno.

De manera que los pronósticos para este año 2018 son mucho más graves para los venezolanos, salvo que ocurra un cambio radical del rumbo económico por la vía de un proceso electoral con autoridades independientes y bajo la vigilancia internacional. De otra manera el país irá rumbo a una crisis mayor de la que ya se ha visto, semejante a la que vivió el país regido por el Dictador Mugabe, quien por cierto, fuera un gran aliado ideológico y amigo de Hugo Chávez.

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