
Al parecer, Biden espera poner el acento en las alianzas internacionales y alejarse de la política aislacionista de la actual administración
No hace falta ser un experto para notar que figuras relevantes del gabinete entrante sirvieron al gobierno del presidente Barack Obama.
Al parecer, Biden espera poner el acento en las alianzas internacionales y alejarse de la política aislacionista de la actual administración.
Los nombramientos de Antony Blinken como secretario de Estado, Jake Sullivan como asesor de Seguridad Nacional y Linda Thomas-Greenfield para embajadora ante Naciones Unidas indican una diplomacia diferente ante puntos neurálgicos de la política exterior como Irán, Corea del Norte, China y Rusia.
Trump fue firme con Irán desde que llegó a la Casa Blanca. Siempre estuvo en contra del acuerdo nuclear de 2015, que fue sellado por la administración Obama, por considerarlo “defectuoso” y prefirió apostar por el endurecimiento de las sanciones económicas.
Biden en cambio quiere volver al convenio de 2015 con el levantamiento escalonado de sanciones, a cambio de que Teherán acepte limitar su programa nuclear.
Sin embargo, reincorporarse al Plan de Acción Integral Conjunto, como se le llama, no será tan fácil como parece.
Irán violó persistentemente el pacto nuclear pues aceleró su producción de enriquecimiento de uranio, luego que Estados Unidos abandonó el acuerdo en 2018.
En junio se celebrarán elecciones en Irán y si resulta ganador un gobierno extremadamente conservador en la nación persa, posiblemente se desestimará cualquier oferta de Estados Unidos.
En este sentido, Sullivan puede ser clave después de haber participado en las primeras etapas de las negociaciones del tratado nuclear de 2013, aunque en las últimas fases ya había dejado la administración Obama.
En esa oportunidad, Estados Unidos cedió demasiado, pues el compromiso para restringir el enriquecimiento de uranio de Teherán por 15 años no impidió a Irán aumentar su reserva de uranio enriquecido a pesar de las sanciones.
La futura administración de Biden enfrentará un dilema similar con China.
La guerra comercial entre Washington y Pekín ha tenido un impacto negativo en las exportaciones de ambos países, aunque el gobernante chino, Xi Jinping, ofreció algunas concesiones en un acuerdo de primera fase que se firmó en enero.
La pregunta es ¿dará Biden margen de maniobra a China o mantendrá el enfoque de Trump?
Según el centro de estudio de la capital Council on Foreign Relations, Biden está de acuerdo con Trump en que China está violando las reglas del comercio internacional, subsidiando injustamente a las empresas chinas, discriminando a las empresas estadounidenses y robando su propiedad intelectual pero ha criticado la política de aranceles generales de Trump por considerarlos "erráticos" y contraproducentes".
En cuanto a Rusia, es más probable que Biden sea más confrontativo con el presidente Vladimir Putin que la administración Trump. Pero, ¿conducirá esto a una rivalidad militar más hostil y agresiva?
Biden ha advertido que Putin está "atacando los cimientos de la democracia occidental", al tratar de debilitar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dividir la Unión Europea, socavar el sistema electoral estadounidense y utilizar las instituciones financieras occidentales para lavar miles de millones de dólares.
Biden es proclive a mantener las sanciones que la administración Obama impuso a Rusia después de su invasión a Ucrania en 2014 y espera igualmente enfrentar sus avances con una coalición de socios internacionales.
Corea del Norte sigue siendo un enigma. Biden espera lanzar una estrategia conjunta con sus aliados e incluir a China en las negociaciones.
Trump estableció una relación con el gobernante norcoreano, Kim Jong-un, lo que condujo a esperanzas de avance en las relaciones con Pyongyang y a un acuerdo para librar al país de sus armas nucleares que no resultó.
Hasta ahora, ningún mandatario estadounidense ha logrado resolver el problema nuclear con Corea del Norte.
Para Venezuela, se espera un aumento en las sanciones, un incremento en la ayuda económica para paliar la crisis de refugiados venezolanos y buscar elecciones libres fortaleciendo la coalición en torno al presidente interino Juan Guaido, pues se considera que “el ruido de sables” de Trump sobre una posible intervención militar debilitó las posibilidades de acción en la nación sudamericana.
En cuanto a Cuba, Biden dijo en una entrevista reciente, publicada por The Washington Post, que eliminará las restricciones de Trump a las remesas y los viajes que perjudican al pueblo cubano y mantienen a las familias separadas, lo que es igual a decir que abrirá los canales de negociación con el régimen de la isla.