lunes 25  de  marzo 2024
ANÁLISIS

¿Cataluña independiente?

Los acontecimientos en Cataluña llaman, a gritos, al sentido común
Por ARNALDO DÍAZ BORGES

MADRID.- No es lo mismo ¡Declararse Independiente y ser Independiente!". Pero, ¿a qué viene tan absurda reafirmación de algo tan trivial? O evidente, que es la palabra exacta sin evitar cacofonías.

Los acontecimientos en Cataluña llaman, a gritos, al sentido común.

Por una parte: Este viernes el Parlament (catalán) ha aprobado, por 70 votos secretos a favor, diez en contra y dos abstenciones, la propuesta de Junts pel Sí y la CUP que propone declarar la independencia y abrir un proceso constituyente que "acabe con la redacción y aprobación de la constitución de la república".

Insisto, el Parlament catalán: "propone declarar la independencia y abrir un proceso constituyente que "acabe con la redacción y aprobación de la constitución de la república". O sea que, para los efectos legales, Cataluña, aún, No es Independiente.

Por otro lado: El Gobierno español y los principales partidos políticos, no reconocen la legalidad de esta declaración de independencia y aprueban la aplicación del artículo 155 de la Constitución, mediante el cual el Gobierno tomará el mando de las principales instituciones de Cataluña.

Pero, por otra: Y es quizá lo más lamentable, por ser lo que queda y deja huella en la ciudadanía, la antes poderosa economía catalana se desmorona:

"Según los últimos datos apuntados por el presidente de la CEOE, Juan Rosell, a día de hoy (ayer jueves) más de 1.500 empresas catalanas han cambiado su sede social para trasladarla fuera de Catalunya, pero esta cifra se incrementará en los próximos días y semanas. El montante de momento representa el 30% del empleo en Catalunya y, aunque no corresponden a pequeñas empresas o negocios cuyo ámbito de actuación y de clientela es de unos metros, la traducción de este éxodo en pérdida de empleo será algo automático".

Ahora bien. Apliquemos la reducción al absurdo:

Supongamos, hipotéticamente, que Cataluña se independiza de España. La pregunta es: ¿Qué proyecto económico-social ¡objetivo! plantean, o prometen, los dirigentes independentistas?

Cataluña sería un país sin reconocimiento internacional, Europa y el mundo no reconocen la legalidad del proceso independentista, por lo que automáticamente quedaría fuera de Comunidad Económica Europea.

Las principales empresas (más de 1.500) trasladan su sede a otras comunidades españolas en busca de tranquilidad y seguridad jurídica. Los catalanes se quedan sin economía solvente para subsistir y desarrollarse. Además, Cataluña no tiene moneda propia para comerciar, nunca la tuvo. ¿Cómo sustituir el euro, sin una moneda real válida alternativa?

Todo esto sin tener en cuenta todo lo que implicaría una nueva frontera dentro de Europa sin pertenecer a Europa.

En fin, es objetivamente imposible, una Cataluña Independiente. Por lo que lo supuesto es falso.

FUENTE: Especial

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