jueves 21  de  marzo 2024
Colombia

Desaparición de Santrich ensombrece el acuerdo de paz con las FARC

El presidente del Comité de Víctimas de la Guerrilla en Colombia, Fernando Vargas, aseguró que el paso dado por Jesús Santrich hacia la clandestinidad demuestra sus nexos con el narcotráfico y su temor a enfrentar a la justicia de EEUU
Por DANIEL CASTROPÉ
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MIAMI.- Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, cabecilla de las FARC que EEUU reclama en extradición por narcotráfico, puso una vez más en el ojo del huracán el acuerdo de paz en Colombia.

Según informaciones extraoficiales, Santrich partió rumbo hacia Venezuela. Su paso a hacia la clandestinidad, el mismo por el que también han optado otros líderes de la guerrilla más antigua del continente, entre los que destaca Iván Márquez, generó una enjambre de opiniones en Colombia y el mundo alrededor del pacto de paz.

Entre las voces que siguen opinando sobre Santrich y el proceso de paz en ese país sudamericano está la del abogado Fernando Vargas, presidente del Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla, para quien no existe duda de que ese “paso acelerado” demuestra que el cabecilla “está bastante alterado y muy nervioso” porque –sostuvo- “es indudable su nexo con el narcotráfico y las deudas que tiene con la justicia estadounidense”.

En una entrevista vía telefónica con DIARIO LAS AMÉRICAS desde Bogotá, Vargas afirmó que “Santrich y estos bandidos de las FARC están imponiendo el orden político en Colombia” y, a su juicio, “si aparece o no aparece este señor, los medios de comunicación seguirán hablando del mismo tema cuando todos sabemos que nada va a cambiar la situación, así esté o no esté en el país”.

Vargas, cuya organización aglutina a más de 400 personas que en el pasado resultaron afectadas por acciones de una guerrilla con señalados vínculos en el negocio del narcotráfico, dijo que “técnicamente no se puede hablar de fuga” porque no existe una “medida de aseguramiento” (orden de captura) en contra del jefe guerrillero. “Él está citado por la Corte Suprema de Justicia para los primeros días de julio y creo que se va a presentar para evitar una orden de privación de libertad”, opinó.

¿Fuera del país?

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Fernando Vargas, presidente del Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla en Colombia.
Fernando Vargas, presidente del Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla en Colombia.

El letrado aseguró que si las autoridades llegaran a confirmar que Santrich salió del país y efectivamente se encuentra en Venezuela, el cabecilla quedaría fuera del “ordenamiento nacional” que establece la Justicia Especial para la Paz (JEP), bajo cuyas disposiciones “cualquier líder guerrillero para poder abandonar Colombia tiene que pedir un permiso a ese tribunal”.

Santrich se encontraría en territorio venezolano reunido con Luciano Marín, alias Iván Márquez, de acuerdo con versiones que no habían sido confirmadas por las autoridades colombianas. Su paradero se desconoce desde el domingo 30 de junio, cuando la Unidad Nacional de Protección en Colombia (UNP) dio a conocer que Santrich había “renunciado a su esquema de protección”.

El jefe de las FARC permaneció detenido desde el 9 de abril de 2018 hasta el 30 de mayo de 2019, por acusaciones de la Fiscalía de Colombia y un pedido de extradición de EEUU que no prosperó por decisión de la JEP, organismo que le otorgó una garantía para frenar su traslado a la justicia estadounidense.

Doce días después de quedar en libertad, Santrich tomó posesión como congresista en medio de un clima de oposición de un sector de la sociedad colombiana. El 9 de julio debe rendir indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia por supuesto concierto para delinquir con fines de narcotráfico.

El proceso de paz

Vargas cree que el acuerdo de paz con las FARC, sellado en una pomposa ceremonia celebrada en Cartagena, en 2016, “está tan bien apuntalado en el Congreso, las cortes y diferentes grupos políticos” que la desaparición de Santrich es “probable” que no le cause ningún daño a ese proceso que –aseveró- “es una burla en contra del pueblo colombiano”.

“Debo reconocer que el acuerdo de paz está muy bien apuntalado, principalmente por las mayorías políticas en Colombia, que vienen del Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, que son las mismas que firmaron los acuerdos y tienen intereses en todo este asunto”, aseguró.

Sin embargo, grupos opuestos acometieron una campaña para lograr un referendo en el que se ventile la posibilidad de “tumbar” el acuerdo firmado con las FARC.

Agregó que “el llamado acuerdo de paz, que es realmente un acuerdo de impunidad y beneficios para las FARC, no caló en el pueblo colombiano porque lo rechazó contundentemente el 2 de octubre de 2016 en un plebiscito que perdió Santos, quien luego impuso su criterio pasando por encima de la voluntad nacional”.

De hecho, el 50.21 % de los colombianos votaron por el No en ese referendo frente al 49.78% que dijeron Sí. A pesar de ese resultado adverso, el Gobierno de entonces consideró que iba a continuar con el proceso y se amparó en un pacto nacional con las fuerzas políticas que estaban y continúan a favor del acuerdo.

Según Vargas, “estos acuerdos de impunidad le han permitido a las FARC burlarse no solo de los colombianos, sino también de la justicia norteamericana por los negocios de narcotráfico que tiene ese grupo narcoterrorista que hoy se presenta como un partido político y que de eso no tiene absolutamente nada”.

El Comité Nacional de Víctimas de la Guerrilla en Colombia fue invitado a participar en las conversaciones de paz en La Habana, pero -según Vargas- “nosotros preferimos no participar en ese proceso al que teníamos que sumarnos poniendo la cara sonriente en unas fotografías que le darían la vuelta al mundo y teniendo que estrechar las manos de nuestros victimarios”.

Las FARC, hoy

Tras los acuerdos con el Gobierno, las FARC hoy se presenta como un partido político que dejó de ser Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia para llamarse Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

Informes recientes revelan que desde noviembre de 2016 han sido asesinados 130 excombatientes de esa organización, que intenta abrir un espacio político en medio de un Gobierno de derecha encabezado por el presidente Iván Duque y su partido Centro Democrático, que lidera el expresidente Álvaro Uribe.

En el libro Memoria Histórica de las FARC, de la autoría de Vargas, el reconocido activista por los derechos de las víctimas de la guerrilla advierte que esa agrupación “no es un partido político”, sino el “brazo armado del Partido Comunista colombiano” que “nació durante la Guerra Fría en el contexto de aquellas órdenes que salían de Moscú para crear una guerra de guerrillas a nivel global”.

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