viernes 22  de  marzo 2024
Cuba

Díaz-Canel: el títere diabólico que depura Telesur

La reciente entrevista al gobernante designado Miguel Díaz-Canel, al estilo del cine hollywoodense, buscaba venderlo como una imagen juvenil, de compromiso familiar, para aplacar la severa rigidez de su régimen
Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

El régimen castrista quiere camuflarse bajo una nueva institucionalidad para evitar la quiebra de su sistema comunista. Le urgen las inversiones extranjeras para sostener y levantar su economía, en una crisis permanente que evoluciona a una profunda agudización, la cual puede terminar en un estallido social.

En ese proceso de continuidad del castrismo, Raúl Castro seleccionó a una figura maleable y sin apellido Castro, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, para consolidar sus metas estabilizadoras del socialismo.

Recientemente, la procastrista televisora venezolana Telesur le hizo la primera entrevista a Díaz-Canel en su función de jefe de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba. El objetivo, al estilo del cine hollywoodense, fue venderlo como una imagen juvenil, de compromiso familiar, para aplacar la severa rigidez de su régimen y evocar una farsa evolución futura, antes de su viaje a la ONU. Como si no conociéramos de la historia, donde algunos políticos que son esposos, padres y abuelos de conducta ejemplar en la vida familiar, como dirigentes en la sociedad son implacables y aberrados asesinos, al estilo del ministro de Ilustración Pública y Propaganda Joseph Goebbels, aunque Díaz-Canel está muy lejos de la intelectualidad de éste, era el ejemplo popular de promoción durante el régimen nazi como la familia socialista hitleriana.

En realidad, en la entrevista se mostró la fragilidad del sistema dictatorial cubano, en especial, en el tema de la juventud, la falsa desaparición de la palabra comunista en el texto de la reforma constitucional, el interés de las prontas y abundantes inversiones extranjeras, la dependencia sumisa de Díaz-Canel al exgobernante Raúl Castro, el temor a la multiplicación popular de la organizada, consolidada en principios y fuerte en voluntad de la oposición política interna, y el desesperado diálogo con el presidente norteamericano Donald Trump. Veamos algunos de estos conceptos en su individualidad.

Supresión de la palabra comunismo del texto en la reforma constitucional

Primero debemos conocer que el régimen socioeconómico comunista consiste en dos etapas, la primera e inferior: el socialismo, y la segunda o superior: comunismo. El objetivo del socialismo es hacer y preparar al hombre nuevo para su futura estancia en el comunismo (marxismo-leninismo).

El objetivo del socialismo es desaparecer la sociedad capitalista con sus nuevas leyes como promover la lucha de clases, terror de estado, para el control del Estado por el partido comunista y colectivizar toda la tierra y estatizar la economía; creación del Banco Central para centralizar y monopolizar los créditos; impuesto de la renta progresivo y no promocional; confiscación de la propiedad de todos los emigrados y sediciosos; abolición del derecho de herencia o confiscación de parte de ella; estatalización de la educación, pública y gratuita, con eliminación de todas las demás formas de educación desde la privada hasta la del hogar, con el objetivo de crear el llamado “hombre nuevo”. Creación de un ejército militar politizado que responde al partido comunista; centralización en manos del estado del transporte y los medios de información, entre otros.

La palabra comunismo está registrada en el texto de reforma constitucional en relación con el nombre del Partido Comunista de Cuba, único en el poder del Estado, que controla la sociedad y al individuo por lo cual no necesita participar de elecciones porque ya ocupa el poder administrativo y su posesión es vitalicia por constitución. Sin embargo, sí abolieron del nuevo texto de la Constitución el objetivo de la creación futura de una sociedad comunista, como en el adefesio constitucional de 1976 y sus reformas, y ahora manifiesta su deseo de constituir una sociedad socialista que le permitiría aceptar una pequeña parte de propiedad privada, para salvar al socialismo o comunismo, como realizó Vladimir Lenin en 1921.

Preocupación temerosa y desconfianza en la juventud cubana

El régimen castro-comunista es frágil porque su juventud mayoritariamente migra a cualquier parte del mundo, en especial a los Estados Unidos de América, clasificado por el régimen como país enemigo. Desde que Raúl heredó el poder del país, más de 200.000 personas han emigrado ilegalmente a EEUU, de ellos alrededor de 100.000 entre los años 2015 y 2016, para una disminución de estas cifras de emigración después del cierre de la política "pies secos-pies mojados".

La juventud está cansada de vivir en la miseria y escasez perpetua impuesta por la dependencia política, cultural y económica de la extinta Unión Soviética. El fracaso soviético y la caída del socialismo en esta nación y el mundo, conllevaron a una crisis continua (identificada como período especial) en Cuba, que por su prolongación en el tiempo, unido al efecto provocado por las nuevas tecnologías de la información, han convertido en algo mucho más intenso el deseo de cambio hacia algo mejor en el país.

Consolidación de una organizada y fuerte oposición política cubana

Estoy orgulloso de la oposición en Cuba, dije hace mucho a los órganos de prensa, independientes e internacionales, en Cuba y en el extranjero. El tiempo confirmó esa razón. Líderes de la oposición democrática cubana están presentes en la isla, resistiendo los abusos, torturas y calumnias, para propiciar el cambio hacia la democracia y alcanzar la libertad.

Todo ello, junto al despertar del pueblo cubano, en especial de su juventud, hace inevitables la supresión de las vigentes discriminaciones en la ley por ideas políticas y diferencias ideológicas y económicas de los ciudadanos y conllevarán a una transformación profunda de la patria a una Cuba libre.

Por consiguiente, todos esos tristes célebres personajes que propagaron la maliciosa idea de “¡Socialismo o muerte!, ¡marxismo-leninismo o muerte!”, no yacerán en el Cementerio de los Vencidos sino que vagarán errantes en el ostracismo, donde dejarán toda esperanza y entonces, ya Cuba será libre.

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