jueves 28  de  marzo 2024
Cuba

Díaz-Canel, con sus manos manchadas de sangre

En realidad sabemos el resultado que los castrocomunistas esperan: continuar con el poder político y económico centralizado en el país
Diario las Américas | OSCAR ELÍAS BISCET
Por OSCAR ELÍAS BISCET

El régimen socialista de los Castro está agotado y fracasado en Cuba. Un esfuerzo agotador está desarrollando Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, de 2018 hasta hoy, para sostener el sistema socialista y encarrilarlo para lograr una poderosa economía que pueda utilizar para manipular los recursos y continuar la subyugación del pueblo cubano.

La meta de un socialismo democrático y de economía desarrollada que favorezca a la población, es una caduca utopía de frecuentes fracasos que nos revela la historia contemporánea. Díaz-Canel ahora ordenó a su séquito partidista reestudiar las viejas ideas de Fidel Castro sobre la crisis económica más grande y aguda presentada en la década del 90 en Cuba y que Castro nombró eufemísticamente Período Especial.

Díaz-Canel intervino en reunión administrativa de gobierno de paso por la provincia cubana de Pinar del Río, a finales de junio de 2019, y expresó que “Se tuvieron en cuenta también todas las directivas del Comandante en Jefe para el Período Especial que en dos momentos de los años noventa se emitieron. Son documentos que están en los territorios, que hay que desempolvar, que todo el mundo tiene que estudiar, porque existen cosas que hicimos en aquellos momentos que nos dieron mucho resultado y después, lamentablemente, desmontamos y hay que volverlas a llevar al desarrollo a nivel local”.

Por supuesto, las medidas propuestas por el mandatario Díaz-Canel para la crisis económica presente en el país, no son para nada nuevas ni autónomas, ni son de Fidel Castro, sino una copia fiel de las emprendidas por Vladimir Lenin y José Stalin en la Unión Soviética, con la Nueva Política Económica (NEP), de 1921.

Las medidas de Lenin eran salvar del caos económico y la gran hambruna al socialismo con algunas medidas capitalistas. Desde su inicio de aplicación de la NPE ambos cabecillas soviéticos anunciaron la temporalidad de dichas medidas y que Stalin supo cumplir años más tarde con la implantación de los fundamentos reales del socialismo en 1928. Este fue el facsímil apropiado por Fidel Castro. Y sobre esa propuesta para el presente y futuro es en la cual labora el régimen de Castro-Díaz-Canel.

El totalitarismo cubano seguirá como forma básica en la práctica de la dirigencia socialista en Cuba y para eso anunciaron la provisionalidad de ese proceso de reajuste económico, que en palabras de Díaz-Canel son: “Dentro de esas medidas yo quisiera detenerme en algunos elementos particulares, sin explicarlo todo. Son medidas para este momento, pero no son estáticas, su propio desarrollo nos puede permitir potenciar otras, perfeccionar estas medidas, o cambiar alguna de ellas si no da el resultado esperado”.

En realidad sabemos el resultado que los castrocomunistas esperan: continuar con el poder político y económico centralizado en el país. En esas ideas el mandatario Díaz-Canel firmó dos nuevos decreto-leyes, el 349 y 370. Ambos limitan la libertad de pensamiento; en especial, la libertad de expresión y creación. El primero para los intelectuales y artistas, y el otro para los usuarios de Internet. Y para asegurar su tranquilidad de gobernanza en la isla, se reafirmó la presencia, más necesaria que nunca, de la Ley 88 o Ley Mordaza, para acallar y aplastar a sus críticos.

Del mismo modo, cuando el títere diabólico Díaz-Canel habla de desempolvar todas las directivas del Comandante en Jefe Fidel Castro para el Período Especial, es para poner en práctica todas las disposiciones de represión y coerción contra el disentir del pueblo cubano. Hoy, esas aberrantes y represivas medidas son usadas contra el valeroso y heroico pueblo venezolano y así están frenando su sed de libertad y democracia.

Según la oposición democrática venezolana, en su patria existe una fuerza de injerencia del gobierno cubano, en números de 15.000 a 25.000 militares cubanos, para asegurar su abasto de petróleo mediante el sostén al régimen dictatorial de Nicolás Maduro.

El régimen de Maduro ha cometido muchos crímenes de lesa humanidad contra su propio pueblo. Las torturas y los asesinatos por disentir y querer libertad y democracia son tan frecuentes y aborrecibles. Las últimas fueron sobre el ciudadano Rufo Antonio Chacón, 16 años, a quien en una manifestación pacífica, la policía de Maduro le disparó 52 perdigones en el rostro, quedando ciego al destrozarles sus juveniles ojos. Asimismo con el Capitán de Corbeta de la Armada Nacional de Venezuela, Rafael Acosta Arévalo, que fue torturado brutalmente hasta la muerte, cuando estaba en custodia de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela.

A pesar de esos graves crímenes y de la creación de un estado fallido venezolano, el mandatario Díaz-Canel continúa con su injerencia de fuerzas militares de ocupación en suelo venezolano y vocifera hasta enronquecer su apoyo incondicional al régimen de Maduro; por lo cual es una evidencia concreta de que el mandatario cubano tiene sus manos manchadas de sangre del pueblo de Venezuela. Todas esas injusticias se penalizarán severa e inmediatamente en una Cuba y Venezuela libres.

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