jueves 28  de  marzo 2024
opinión

El distanciamiento social y el futuro cercano

n las últimas semanas, muchos han perdido su medio de subsistencia, mientras otros han debido acostumbrarse a trabajar desde casa y mantenerse a dos metros de distancia de los demás cuando salen a la calle
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

Si los números que dieron a conocer las autoridades chinas hace unos días son ciertos, su economía, la segunda más grande del mundo después de Estados Unidos, sufrió una contracción dl 6.8 % durante los primeros tres meses del año.

La causa, según el último reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI), es que China recibió el primer impacto de la crisis por haber sido el epicentro del coronavirus, pero ahora, al parecer, se están viendo signos de recuperación.

El FMI advierte que debemos tener en cuenta que la economía mundial se encuentra en medio de la pandemia, lo que ha obligado a imponer severas medidas que han puesto en cuarentena no solo a la sociedad sino también a la economía, lo que tendría un gran impacto negativo en términos de demanda externa y crecimiento del país asiático.

La economía estadounidense por su parte, según las últimas proyecciones del organismo internacional, estaría en camino de un nivel de contracción del 5.9% en los primeros cuatro meses de 2020, pero si se mantienen los cierres indefinidos hay financistas de la banca privada que temen que, a lo largo del año, el producto interno bruto podría caer entre 30 y 35%.

Ante estas sombrías perspectivas, no es de extrañar que el presidente Donald Trump haya anunciado un plan trifásico para revertir el cierre económico del país. Pero cada fase incluirá alguna forma de distanciamiento social.

En las últimas semanas, muchos han perdido su medio de subsistencia, mientras otros han debido acostumbrarse a trabajar desde casa y mantenerse a dos metros de distancia de los demás cuando salen a la calle.

Está rutina se ha convertido en la nueva normalidad y por eso existe la creciente sensación de que el distanciamiento social llegó para quedarse.

Trump presentó su propuesta de tres fases la semana pasada con el fin de que el país vuelva a la normalidad.

Curiosamente el Presidente reconoció que dependería de los gobernadores estatales implementar la reducción de las restricciones actuales, lo que significó el abandono a su reclamo anterior de que solo él podría autorizar el fin del cierre.

La estrategia del mandatario para reabrir la economía aún conserva elementos de distanciamiento social y no tiene un calendario específico.

En la fase uno, aunque se permitirá la reapertura de restaurantes, teatros, estadios deportivos, iglesias y gimnasios, se deberá cumplir la estricta regla de los dos metros. Esto presumiblemente significa que las salas de cine o restaurantes, por ejemplo, sólo podrán estar medio llenos. Esto será una experiencia única.

En la segunda fase, las escuelas reabrirían y se podría volver a comprar en la tiendas y caminar en los parques con relativa normalidad pero sin tantas personas como antes.

La fase tres es la que más se asemeja a la vida de antes pero aún implica lo que se llama "distanciamiento social práctico".

Sin duda, se trata de un enfoque gradual que busca que Estados Unidos vuelva a funcionar de manera segura. Un regreso demasiado apresurado podría traer de vuelta una segunda ola de infecciones.

Sin embargo, la Casa Blanca y los gobernadores estatales deberán coordinar conjuntamente las reaperturas para garantizar que todo el país se adhiera a la misma política. La implementación desarticulada de las fases podría causar riesgos de infección a través de las fronteras estatales.

En un año de elecciones presidenciales existe claramente el riesgo de un colapso en el consenso entre republicanos y demócratas, ya que cada partido intentará promover a su respectivo candidato.

Las relaciones entre Trump y la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, no están en los mejores términos, especialmente luego de que ambos intensificaran mutuos ataques, a pesar de que, ambos poderes, en este momento y más que nunca, se necesitan para trabajar de manera concertada.

Una vez que el país recupere la senda a la normalidad, incluso con un distanciamiento social práctico, la batalla por la Casa Blanca puede despegar sin que tenga un impacto negativo en la salud o la prosperidad económica de la nación.

El Fondo Monetario Internacional también pidió coordinación mundial para superar la crisis, pero resta ver si Estados Unidos atenderá la recomendación o preferirá continuar con su agenda de distanciamiento político con el resto del mundo pero particularmente con China.

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