La pausa del torneo le ha permitido a la afición hacer planes relacionados con el turismo, mientras recargan las baterías
Río de Janeiro
Especial. Una familia colombiana se detiene en una esquina y saca un mapa del tamaño del orgullo que tiene por la selección. Las cinco personas conversan en voz alta y votan por un lugar para visitar. Nunca es fácil decidirse cuando viajan padre, madre, hijo y la hija con el noviecito arrimado. Es día sin fútbol y no saben qué hacer. Tienen muchas ideas y pocas decisiones. Por eso acuden al enorme mapa. Río de Janeiro es grande, pero no tanto.
","u201cCreo que vamos a pasar la tarde en la playa de Ipanema y luego vamos a Lapa. La conocimos de noche y queremos volver de día u201d, dice el patriarca. Los colombianos saben. Ipanema es la mejor playa carioca y Lapa es donde está la verdadera diversión de la ciudad. El fútbol les impuso una vacación envidiable y la ausencia del balón se las trastocó. u201cIremos a los lugares que no conocemos. Todos los días vemos los juegos u201d, dice el arrimado, que habla más que los demás. Típico.
","Unos amigos argentinos, todavía embriagados por la victoria, evalúan precios en la entrada de una agencia de viajes. La jornada libre les permite disfrutar el día todo y se asesoran para salir de la ciudad. u201cEstamos pensando en ir a Ilha Grande, Cabo Frío o Arraial do Cabo u201d, dice el menos bebedor de la noche anterior. Estos hombres también saben vivir. Si Ipanema es la mejor playa carioca (de la ciudad de Río), las tres de arriba son las más hermosas de la región fluminense (estado de Río). u201cVolveremos el viernes. Por ahora nos olvidamos de este quilombo u201d.
","La pausa de dos días sin fútbol transformó la ciudad. Hay muchos turistas, pero el ritmo es otro. Ya no abarrotan Copacabana porque no hay Fan Fest que entretenga. Los quioscos de la playa no están llenos al mediodía. u201cTenemos mucho menos de la mitad de gente que ayer a la misma hora u201d, sonríe un mesonero. No lamenta porque él también quería descanso.
","En Brasil todo es muy lento, muy latinoamericano. La gente no va a ninguna parte, solo pasea. En las tiendas atienden cuando lo desean y las filas avanzan con el humor musical de los que están en las cajas. Para el brasilero no hay mucho cambio porque todos los días ha trabajado y su rutina solo se transforma con A Sele u00e7 u00e3o. Miércoles y jueves es día libre de la Copa, pero para ellos el día de folga será el viernes.
","Otros que disfrutan la jornada sin competencia son los periodistas. Finalizan sus obligaciones más temprano y hacen planes. Unos aprovechan para comer en algún rodizio de carnes, otros para ir al cine en la tarde y la mayoría para lo que mejor se hace en Brasil: beber algo y bailar.
","El buen sol llenó las playas y vació las calles. El fútbol dio un respiro a la capital del Mundial. También a los cuerpos exhaustos de los que no juegan. Una trabajadora del IBC, el centro de prensa internacional, aprovechó desde la noche del martes. Se encontró con un periodista que conoció allí y pasaron la noche juntos. No había obligación de levantarse temprano. El amor vale más que el juego siempre que no haya autogol.
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