viernes 29  de  marzo 2024
VENEZUELA

Escasez de alimentos supera el 24% de la canasta básica en Venezuela

Recientes estudios revelan que 68% de los niños venezolanos menores de 5 años tienen déficit nutricional. Esta emergencia humanitaria ha incidido en la ausencia escolar
Por VERÓNICA EGUI BRITO

@VeroEgui

CARACAS.- Desde hace cuatro años los venezolanos afrontan una escasez de alimentos básicos que ha ido variando a lo largo de este periodo sin disminuir su efecto en la población; de hecho la magnitud del problema ha causado restricciones en la producción e importación de los suministros gracias a medidas estatales regresivas que atentan contra el derecho a la alimentación.

Entre los principales rubros que son difíciles de conseguir en el país están la leche en polvo, la margarina, el azúcar, el aceite de maíz, el queso amarillo, las arvejas, las lentejas, el arroz, la harina de trigo, el pan, las pastas alimenticias, la harina de maíz, el café y la mayonesa, lo que representa el 24,13% de los productos que contiene la canasta básica familiar, de acuerdo al más reciente reporte mensual de octubre del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas).

Lo que ocurre en Venezuela tiene repercusiones para su sociedad, la población hoy sufre una inseguridad alimentaria severa, advierte Susana Raffalli - nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria, en emergencias humanitarias y riesgo de desastres- quien explica que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define a la seguridad alimentaria en cuatro dimensiones: que el alimento esté disponible, en cantidades suficientes, que la población tenga acceso a éste, y que esté en capacidad de asimilarlo.

La FAO determina cuatro fases para calificar lo que le ocurre a una población en materia alimentaria: alarma, inseguridad leve, inseguridad severa y hambruna. "La inseguridad severa en Venezuela está demostrada por el deterioro en la disponibilidad de alimentos, la escasez. El acceso está restringido por días asignados de compra (de acuerdo al digito final del documento de identidad), las personas tienen que colocar sus huellas dactilares para adquirir productos, ha habido un desplazamiento de la red de distribución alimentaria hacia un sector público que funciona de forma muy deficiente (bolsas CLAP, que tienen un propósito de control social)", advierte la experta.

El salario venezolano es el más bajo de la región

En paralelo, el país entró en hiperinflación lo que restringe el acceso de adquirir los alimentos ante la disminución del poder adquisitivo. De acuerdo al reporte mensual del Cendas la canasta básica familiar cuesta 5.594.119 bolívares (66,5 dólares a tasa paralela), lo que representa un aumento de 1.693.043,69 bolívares (20,15 dólares o 3.7 salarios mínimos), 43,4% con respecto al mes de septiembre de 2017. Se necesitaban 186.470,65 bolívares diarios (2,2 dólares) para cubrir su costo, más de un salario mínimo cada día.

En lo que va de año, el Gobierno de Nicolás Maduro ha aumentado cinco veces el salario mínimo de los trabajadores y desde 2010 el sueldo ha aumentado 33 veces. El sueldo mínimo actual está en 177.507 bolívares (2,11 dólares) mensuales, más un bono de alimentación de 279.000 bolívares (3,32 dólares) mensuales para un total de 456.507 bolívares (5.43 dólares) el más bajo de la región incluso por detrás de Cuba.

“Este colapso del sistema alimentario habitual y el surgimiento de un sistema de extorsión paralelo en torno al manejo de alimentos escasos ocurre bajo la actuación de una institucionalidad muy frágil, corrupta y profundamente militarizada, con mandos sin competencias técnicas ni constitucionales para llevar con eficiencia todas las funciones de la cadena alimentaria. Este deterioro ha resultado en una disminución importante de la oferta de alimentos, del acceso efectivo a ellos y del consumo por la población general, y a un desabastecimiento masivo de alimentos y suplementos nutricionales en instituciones claves como dispensarios y hospitales y centros con población en situación de dependencia. Todo ello ha tenido un impacto intenso en el estado nutricional de la población“ advierte la Agenda Urgente de Derechos Humanos en Venezuela, una iniciativa de Provea, el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), y el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Daños irreversibles en la sociedad

Durante el último monitoreo realizado por Caritas Venezuela, entre mayo y agosto de 2017, se observó un aumento de la prevalencia de desnutrición aguda en niños menores de cinco años en 32 parroquias evaluadas de los estados Miranda, Vargas y Zulia, a una tasa superior a la tendencia que se venía registrando en meses anteriores. En la última medición se excluyó del análisis de las parroquias de Caracas en las que la situación del contexto de las protestas de calle en el marco de la inestabilidad política, no hizo posible completar jornadas efectivas de evaluación.

El informe destaca que el número total de niños con algún tipo de déficit nutricional se incrementó a casi 70% de los evaluados, pero la mayor proporción de aumento se registra entre niños con las formas de desnutrición moderada y severa.

Caritas Venezuela desde hace un año realiza un monitoreo de la desnutrición en el país, que se determina a través del peso, talla, y longitud en niños menores de cinco años, se mide el índice de estrategias de sobrevivencia familiar para determinar si existe seguridad alimentaria familiar, así como un puntaje sobre la diversidad de grupos de alimentos consumidos.

Considerando a todas las parroquias de los tres estados, Caritas Venezuela registró que 68% de los niños evaluados tenían ya algún grado de déficit nutricional o estaban en riesgo de tenerlo. La severidad varió: 14,5 % de los niños tienen desnutrición moderada y severa (desnutrición aguda global), 21% tienen desnutrición leve, 32,5% están en riesgo de desnutrición (han comenzado a deteriorarse) y solo 32% no tienen déficit nutricional.

“15% de los niños con desnutrición grave que detectamos no llega a 6 meses de edad, son lactantes y el costo de las fórmulas infantiles agravará esto“, advierte la nutricionista especializada en gestión de la seguridad alimentaria.

Raffalli advierte que si no se rectifica el hambre en Venezuela, a través de la cooperación internacional, se va a dañar el capital humano de su sociedad, porque el crecimiento infantil y el desarrollo cerebral en los primeros tres años depende de la estimulación y la nutrición. Venezuela enfrenta en este momento una emergencia humanitaria compleja, en la que el Estado no cuenta con la posibilidad de solucionarla unilateralmente. “La crisis alimentaria pasó a ser emergencia cuando murió el primer niño por desnutrición“.

Para Provea, la emergencia de alimentación que atraviesa el país tuvo impactos cada vez más intensos en varios ámbitos de la vida nacional: deterioró el consumo de alimentos; desmejoró la cultura e identidad alimentaria de los venezolanos; disminuyó la asistencia escolar; agravó la situación social y económica de quienes daban vida al sistema alimentario nacional y, finalmente, deterioró el estado nutricional de la población.

De acuerdo a las agencias internacionales cuando la pérdida de vidas es masiva, a escala en término de número de personas afectadas, hay muchos afectados y cuando se vuelve inmanejable por el Estado, ni siquiera con recursos excepcionales, se habla de emergencia humanitaria, parámetros que hoy están presentes en la situación sanitaria y de alimentación en Venezuela. La única manera de contenerla y contrarrestarla es con ayuda, asistencia y acción humanitaria.

"En las parroquias de todos los estados evaluados los niveles de desnutrición aguda moderada y severa (desnutrición aguda global) superan, en todos los casos, el umbral de severidad que define una crisis. El promedio de los registros de todas las parroquias está muy cercano al nivel de emergencia (15% de los niños con desnutrición aguda global (14.5%), sin embargo este nivel ya se alcanza en las parroquias de Zulia", enfatiza Caritas Venezuela.

Aumentó de 54% en abril a 68% en agosto de 2017 la proporción total de niños con déficit nutricional en alguna de sus formas (desnutrición aguda leve, moderada, severa y riesgo de tenerla), lo que se traduce en 3,5% en promedio por mes, triplicando la tendencia que se venía registrando hasta ahora.

"El deterioro nutricional de niñas, niños y adolescentes es el indicador de impacto más evidente de la ruina del sistema alimentario nacional", advierte Provea, organización no gubernamental independiente venezolana, en el capítulo del derecho a la alimentación de su informe anual.

De acuerdo al monitoreo en el número de grupos diferentes de alimentos que los hogares consultados reportaron consumir el día anterior a la entrevista de Caritas. El puntaje de diversidad de la alimentación bajó 2 puntos con respecto a febrero 2017 y 1 punto con respecto a abril. La proporción de hogares con una diversidad de alimentación deficiente se incrementó de 66% a 85% entre febrero y agosto.

Los alimentos que muestran una disminución sostenida en el consumo desde que Caritas Venezuela está monitoreando la situación son: carnes y aves, huevos, lácteos y grasas, que son alimentos fuente de hierro y proteínas de alto valor biológico y de Vitamina A y Calcio, todos nutrientes críticos. Solo el consumo de granos y pescados mostraron un incremento, sin embargo, éste junto al resto de carnes se mantiene como el grupo de alimentos consumido por la menor proporción de hogares. Menos del 25% de los hogares entrevistados reportan consumirlo.

Los déficits que están quedando abiertos en la alimentación están siendo cubiertos con tubérculos, sin embargo, incluso para este grupo se reporta una disminución en la proporción de hogares que los consume.

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