viernes 15  de  marzo 2024
MIAMI BEACH

Dan Gelber: "No tengo miedo a que critiquen mis propias decisiones"

El nuevo alcalde de La Playa, Dan Gelber, propone evaluar cada proyecto que el municipio plantee y realice, al mismo tiempo que pide reevaluar el impacto que tendrán en la población
Diario las Américas | SERGIO OTÁLORA
Por SERGIO OTÁLORA

@sergiootalora

MIAMI.- Los que fueron dos proyectos bandera de Philip Levine, sufrirán ahora un minucioso escrutinio por parte del nuevo alcalde de La Playa, Dan Gelber. Se trata del multimillonario proyecto contra el incremento de los niveles del mar y la propuesta de llevar un tren liviano a ciertas calles de ese municipio.

“Quiero que podamos criticar lo que estamos haciendo, yo lo llamo el equipo rojo que se crearía para debatir y evaluar el proyecto que esté desarrollando otro equipo”, explicó Gelber.

Sería un mecanismo permanente de asegurar que cada iniciativa de gobierno tenga una segunda mirada por parte de expertos sin intereses específicos en lo que analizan. El nuevo edil, de 56 años, nacido en Miami Beach, supo de primera mano, cuando presidió el comité de investigaciones del Senado estatal, que “el Gobierno tiende muy a menudo a perpetuarse a sí mismo, porque no hay muchas razones para replantearse y criticar cosas”.

Varias razones explicarían esa conducta, de acuerdo con Gelber. En primer lugar, porque sería muy vergonzoso para los funcionarios tener que aceptar que gastaron muchos recursos en algo que han debido hacer de manera diferente. “En un proyecto como el del calentamiento global, en el que hay cosas que no se pueden deshacer y tendrá un impacto generacional, hay que crear un sistema en el que nos podamos criticar a nosotros mismos”.

Para Gelber es una cuestión de buen gobierno y además de asegurar que se estén haciendo bien las cosas con una iniciativa que cuesta 500 millones de dólares.

Mucho exprimir y poco jugo

Hace dos años el exalcalde Levine estuvo en Europa y regresó con la idea de desarrollar un tren liviano que recorriera, en una ruta circular, sin fin, el área más congestionada de La Playa.

El problema, bajo la óptica de Gelber, es que después de la última revisión que se hizo del proyecto, “ese tren no se conectaría con nada. Y no estoy muy convencido de los beneficios de tal solución. Además, acabaría con un carril vehicular en una zona de hecho muy congestionada”.

Pero lo que más le preocupa al alcalde es que, como él mismo lo dijo, “haya mucha [fruta] exprimida y poco jugo”. Es decir, habría que analizar el costo-beneficio de ese tren liviano, si el trauma que generaría su construcción y los recursos utilizados, justifican lo que al final se va a lograr.

Es de la idea, por lo tanto, de mantener y mejorar el servicio de “trolleys” que recorren todo el municipio, no sólo una parte; es gratis, eficiente, llamativo y “le encanta a la gente”.

Sin embargo, comparte con el alcalde saliente sus lemas: obtener resultados y tratar a los residentes como clientes. “Yo también quiero que se hagan obras, pero que queden bien hechas. No le tengo miedo a que critiquen mis propias decisiones o las de otros, porque hay que estar seguros de que son las adecuadas”.

Buenos socios

Sabe que hay ya sobre el tapete un proyecto condal que se llama Smart Plan (el posible desarrollo de seis rutas de transporte rápido, que abarcarían los cuatro puntos cardinales de Miami-Dade) y que tendrían buenos socios en los alcaldes Carlos Giménez, del Condado Miami-Dade, y Francis Suárez, de la Ciudad de Miami.

El asunto es que las historias de las iniciativas de transporte masivo en el condado han sido no mirando hacia el futuro, sino al pasado. Ve en sus dos colegas a hombres visionarios que permitirían desarrollar para Miami Beach la posibilidad de una solución que piense en el mañana, y no en la década pasada.

Bajo la perspectiva de mirar hacia adelante y no hacia atrás, también cree que es posible, dentro de los límites de la ciudad donde ha criado a sus hijos y de la que su padre también fue alcalde, mejorar la calidad de las escuelas de La Playa.

Su visión se la dio el paso por el Congreso estatal. Ahí tuvo que manejar políticas de educación. Sabe, por lo tanto, que el Congreso de la Florida creo un régimen saturado de exámenes y pruebas que deben tomar los estudiantes. “Las notas están basadas, en lo esencial, en mínimos desempeños en muy pocas materias. Si va a cualquiera de nuestros colegios en el Condado, verá la clase de arte, en lugar de clases de arte, no verá periodismo, ni teatro, ni siquiera podrá ver cursos básicos de alto nivel porque no va a obtener puntos extra por clases avanzadas sino por competencias mínimas”.

Otra opción

Sin duda, la Miami-Beach de la infancia de Gelber ya no es el aparente oasis de los años 60, atravesado por la segregación racial de esos tiempos. Por eso, tiene mucho cuidado al analizar el festival de hip-hop, el público que gusta de la música rap y toma Ocean Drive y otras calles durante el fin de semana del Memorial Day (el día dedicado a recordar a los caídos en combate).

Ese ha sido el dolor de cabeza para las autoridades. Para Gelber es un asunto de capacidad, una población que llega y sobrepasa todas las posibilidades de control de la policía del municipio.

Y sucede que la mayoría de los visitantes son afroamericanos. Por esa razón, en algunos casos el debate ha tenido connotaciones racistas. “Queremos que haya una programación de eventos, y dejarle saber a la comunidad afroamericana que Miami Beach no es la que era hace cincuenta años, que si eras negro y vivías en la ciudad necesitabas una autorización para estar de noche en su calles”.

El 7 de noviembre no sólo le dio un holgado triunfo a Gelber sino lo recibió con el fracaso de un referendo que buscaba prohibir la venta de licor en el interior de ciertos establecimientos de Ocean Drive.

“Se ha convertido en una versión mediocre de Bourbon Street [del French Quarter, en Nueva Orleans]. Creo que necesitamos una verdadera presencia de la Policía, tengo mucha fe en nuestros agentes y en nuestro jefe de la policía. Tal vez se podría incrementar el tamaño de las aceras en el costado occidental, eliminar el parqueo porque hay un montón de gente bebiendo dentro de sus automóviles. Hay muchas ideas pero debemos sentarnos y ver cuáles son las que vamos a implementar”, puntualizó Gelber.

Turistas culturales

Quiere que Miami Beach tenga las puertas abiertas a Israel, en términos de intercambio cultural. Que haya festivales de arte y música de ese país, además de eventos internacionales como Art Basel, que atraigan a los turistas. Esos visitantes son los que más gastan y pueden impactar de manera positiva a la ciudad.

Sitios como el Arsh Center for the Performing Arts, la sinfónica New World y las exposiciones de arte, muestran una explosión cultural que hay que intensificar.

Esa es la perspectiva con la que llega el nuevo alcalde de una ciudad pequeña pero símbolo de un estilo de vida. Es un político y resume su ideal desde su propia experiencia: “Alguien que llegue a esta posición debe tener una mirada hacia el futuro, no estoy preocupado por el siguiente ciclo electoral sino en que mis hijos quieran regresar a su ciudad y eso es en lo que debemos trabajar”.

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