jueves 21  de  marzo 2024
Autismo

Jóvenes con autismo presentan película a concurso y buscan apoyo

Cinco días para hacer una película de cinco minutos, ese es el desafío que llevó a varios jóvenes con autismo a participar en una competición de cine
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMI.- Varios jóvenes con trastornos del espectro autista crearon una película de animación para mostrar al mundo sus talentos en un reto de cine que tiene lugar por estos días.

Tras intensas jornadas de trabajo, el equipo busca el apoyo de todos para divulgar su documental titulado “Our Animated Minds” (“Nuestras mentes animadas”), que compite en el Easterseals Disability Film Challenge, con un mensaje de unidad y para demostrar que una discapacidad puede convertirse en una gran fortaleza.

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“Esta es la historia de esta increíble forma de arte, y cómo da voz a aquellos a quienes se les dijo que no tenían una”, defiende el documental, con intervenciones de los jóvenes sobre cómo la creación les ha permitido conectarse mejor con el mundo que les rodea.

Al fondo está el esfuerzo de sus padres y familiares, esos guerreros que los ayudan a defender sus sueños y son un ejemplo de amor sin límites. Ellos mueven cielo y tierra para que lleven adelante sus proyectos y para que no tengan que enfrentar un mundo que suele ser cruel ante lo diferente.

Los que miramos desde afuera muchas veces no nos damos cuenta del inmenso potencial y la capacidad intelectual que tienen las personas con autismo, pues resulta difícil entenderlos. Es por eso que la animación se ha convertido en una vía perfecta para revelar esa sensibilidad especial que tienen.

Los inicios

Todo nació de la perseverancia, cuando Dani Bowman, a quien diagnosticaron con autismo siendo una niña, decidió crear su propia compañía de animación enfocada en personas con autismo, “un trastorno que afecta a una de cada 59 personas”, como cuenta en su página de Dani-Mation Entertainment.

“Según las estadísticas comunes, menos del 19,2% de las personas con autismo y otras habilidades diferentes están empleadas a tiempo completo o subempleadas (independientemente de su nivel educativo, coeficiente intelectual o habilidades)”, revela Dani en su sitio web, y en particular quienes “aman la animación y las artes son completamente ignorados en la fuerza laboral a pesar de las habilidades creativas únicas y sorprendentes como artistas, músicos y narradores”.

La tía de Dani, Sandra Vielma, se ha convertido en una madre para la joven, a quien adoptó cuando tenía 11 años “porque sus padres no pensaban que podían estar con ella”. Como reveló a DIARIO LAS AMÉRICAS, la inquieta Dani estudió una licenciatura en Animación, luego cursó un máster en Administración de Negocios y planea obtener un doctorado en Psicología, con especialización en autismo.

Sandra, Dani y Patrick Eidemiller-Cortesía/Sandra Vielma julio 2020.jpeg
Sandra Vielma y su esposo Patrick Eidemiller posan para una foto junto a Dani.

Sandra Vielma y su esposo Patrick Eidemiller posan para una foto junto a Dani.

Una puerta cerrada fue suficiente para que Dani se enfocara en abrir muchas puertas para otras personas que habían pasado por una experiencia similar. “Era muy difícil para ella entrar en la industria de la animación, y se dio cuenta de que muchos empleadores prefieren contratar a alguien que no requiriera un entrenamiento especial, alguien que no tuviera una discapacidad”, relató Sandra.

“Por eso dijo que abriría su propia compañía para enseñar a otras personas con autismo el mundo de la animación. Ese siempre fue su sueño, y para eso estudia y se prepara”, agregó.

Los resultados no tardaron. Dani comenzó a impartir clases de animación para personas con condiciones especiales que querían aprender y expresarse a través de esta modalidad. Ha dado clases en California, donde vive, en varias zonas de EEUU y en otros países. Además, se interesa por preparar a los estudiantes para comportarse en el ámbito laboral, en una empresa.

La talentosa joven ha trabajado profesionalmente en la industria de la animación desde los 14 años, ha estrenado nueve cortometrajes de animación que han sido premiados en la popular convención de cómics, Comic-Con.

Con la pandemia del COVID-19 las clases que daba de forma presencial en California se movieron a videollamadas por Zoom. Al principio no estaba segura de que fuera a funcionar, pero, como dijo Sandra, “la mayoría de los estudiantes respondieron incluso mejor, porque tenían menos estrés que cuando estaban en un espacio físico ajeno, y los resultados fueron mejores”.

Fue así como pidió a dos de sus estudiantes, Marc y Arturo, que se unieran a ella en este reto con estrictas reglas para idear, componer, editar y armar el material en solo cinco días y desde sus casas. También pidió a otros que trabajaran como parte del equipo como asistentes.

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La joven Dani Bowman se ha labrado un camino en el mundo de la animación.

La joven Dani Bowman se ha labrado un camino en el mundo de la animación.

El reto

Uno de los integrantes del equipo, Marc Matta-Awad, fue diagnosticado con autismo alrededor de los tres años. Su inclinación por el dibujo viene desde niño, y aunque no habló hasta los siete años, no paraba de dibujar y crear diseños con piezas de Lego.

Gracias al trabajo con otros estudiantes e instructores, la familia de Marc confirmó que él pudo “expresarse mejor, tiene más confianza en sí mismo y oportunidades para socializar”. Ahora se alista para estudiar Arquitectura.

Para Arturo Brito (alias The Grey Guy), de 18 años, y diagnosticado con autismo antes de los dos años, “la animación es una forma mágica de ilustrar nuestra imaginación. Al animar, siento que tengo libertad para crear mis propias ideas, para contar una historia”. Cuando estaba en sexto grado un amigo le regaló un libro sobre dibujo y eso cambió su vida; su atención y energía cambiaron.

Como dijo el joven a DIARIO LAS AMÉRICAS, mediante la animación “reflejo lo que pienso”. Además, sobre el hecho de trabajar en equipo y completar sus propios proyectos, confesó que “nunca pensé que haría algo así”. Ahora cuenta con su propia página y un canal de YouTube donde enseña principios de animación y muestra sus videos animados en los que analiza sobre temas propios de su edad.

El joven venezolano, que crea sus animaciones en el programa Toom Boom Harmony y tiene especial predilección por los videojuegos, dijo que tanto en la creación artística como en la vida “hay que estar juntos, ser un equipo”. Y precisamente ese sentido de unidad es lo que defiende el documental, donde tuvo una importante participación.

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Los jóvenes buscan apoyo para lograr su sueño: ganar el reto con su documental.

Los jóvenes buscan apoyo para lograr su sueño: ganar el reto con su documental.

Su madre, Elkis Bejarano Delgado, fue testigo del rigor con el que Arturo se enfocó en el trabajo, durante “una semana intensa de creación”, en la que “se sentaba, cumplía sus deberes, trabajaba en equipo, respondía, participaba”.

Ahora, los esfuerzos de estos jóvenes se reúnen en este documental que participa en el reto y que nos enseña a afinar la mirada, la sensibilidad, a mirar la belleza de lo diferente y ser parte del cambio por un mundo más inclusivo, pues, como dijo Aristóteles, “el todo es mayor que la suma de sus partes”.

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