Tras 17 años de que en Venezuela se instaurara un sistema cuyas consecuencias han llevado a la nación sudamericana a padecer la peor crisis política, económica y de inseguridad de su historia moderna, la materialización de un proyecto que se torna difícil, se convierte asimismo en un factor cada vez más necesario: el diálogo.
Pero el diálogo en Venezuela, tal y como lo conciben los oficialistas, no será posible al parecer, mientras el Gobierno no admita la legitimidad del pedido de las fuerzas opositoras que apegadas a la propia Constitución de la nación exigen se someta a consulta popular la revocación del presidente ante sobradas pruebas de su impopularidad y la ineficiencia de su gestión.
"El pueblo democrático venezolano ha dado pruebas suficientes de su voluntad de diálogo: diálogo para encontrar respuestas a la grave crisis social y económica que afecta al país; diálogo para acelerar la construcción de la solución electoral a la crisis humanitaria; diálogo para reencontrarnos todos los venezolanos", así señala una carta enviada por la Mesa de la Unidad Democráticas al Vaticano para solicitar la intervención del papa Francisco en el diálogo.
Asimismo, la MUD señala que aspira a un cambio de Gobierno en paz y apunta que la Constitución venezolana establece "claramente cuál es ese camino democrático, pacífico y electoral para producir esos cambios" que es la figura del referendo revocatorio al mandato presidencial.
Esta exigencia de la celebración del referendo revocatorio será el punto álgido en el que el Gobierno nacional no piensa dar su brazo a torcer. En esas circunstancias el juego está trancado, pese a los esfuerzos de distintos organismos internacionales.
Este domingo, el nuncio apostólico en Venezuela, monseñor Aldo Giordano, aseguró que el Vaticano está listo para ser mediador en el diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y el bloque de la Mesa de la Unidad Democrática, luego de que ambas partes solicitaran la intervención del papa Francisco en la tensa situación venezolana.
Pero al parecer, el llamado a diálogo por parte del Gobierno tiene una finalidad distinta a la de la oposición ya que sus acciones indican que su objetivo es dilatar y desdibujar la solicitud de la consulta popular. Lo que aleja la posibilidad que ambas partes se sienten a dialogar y concretar acciones específicas que saquen a Venezuela de la crisis en la que está sumergida.
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