domingo 24  de  marzo 2024
SALUD

Quejarse podría ser prejudicial para la salud

¿Sabías que el cerebro del ser humano sufre cada vez que nos quejamos?
Por MARIA ANDREINA BARIONA

Quejarse suele ser hábito de muchos, pero pocos saben la razón de sus quejas. Seguramente no lo hacen para atormentar a los demás con pensamientos negativos, sino para desahogarse. Sin embargo, hablar de cosas negativas, no alivia, por el contrario, aumenta los sentimientos negativos en la vida de quien se queja constantemente.

Según el portal web Muy Interesante. com, Steven Parton, escritor que estudia la naturaleza humana, asegura que quejarse tiene consecuencias negativas en el cerebro y la salud mental.

En nuestro cerebro las neuronas están separadas por un espacio vacío llamado hendidura sináptica y cada vez que generamos una idea, un pensamiento, dispara un químico a través de dicha hendidura creando un puente mediante el cual cruza una señal eléctrica.

Cada vez que esto sucede, las sinapsis se agrupan para disminuir la distancia que dicha carga eléctrica debe cruzar, para que sea más fácil generar el pensamiento. Explicado esto, es lógico que si tenemos pensamientos negativos, nos acondicionamos a ser pesimistas.

En otras palabras, quejarse alimenta los pensamientos negativos acostumbrando al cerebro a generar ese tipo de sentimientos, los cual convierte el pesimismo en algo crónico.

No conforme con esto, las quejas, además, debilitan el sistema inmunológico, aumentando la presión arterial e incrementando el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diábetes o incluso cáncer.

La empatía es un buen recurso para alejar esa negatividad de nuestro cerebro, pues cuando vemos a alguna persona experimentando alegría, por ejemplo, nuestro cerebro 'prueba' esa misma emoción intentando realizar esas mismas sinapsis. Así, rodearnos de personas felices y alegres puede fortalecer nuestra positividad y debilitar la negatividad.

En todo este proceso, y tal y como podríamos imaginar, el estrés tampoco nos ayuda a alejar la negatividad. Al ser negativos liberamos más cortisol, la hormona del estrés. Niveles altos de esta hormona interfieren con "el aprendizaje y la memoria, la función inmune y la densidad ósea... y la lista continúa", sentencia Parton.

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