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Todo en venta con los Miami Marlins

Miami debería de estar acostumbrada a vivir este tipo de proceso con sus Marlins, pero no por eso deja de ser doloroso y cruel
Por EDUARDO EL VIKINGO MARTELL

Estamos viviendo días cercanos a las Navidades y los Marlins no pueden ser la excepción a la regla con la venta de jugadores que la nueva administración de Derek Jeter se ha tomado muy en serio, cambiando o, mejor dicho, regalando a cualquier jugador que pueda significar un ahorro para el equipo.

La realidad es dura, cruel e indetenible. Amarga y profunda.

Vender ahora para ser ganador después. Al menos eso es lo que nos ha dicho Jeter. Que quiere construir el equipo desde abajo, creando una base sólida que les permita ser exitosos en el futuro.

Miami debería de estar acostumbrada a vivir este tipo de proceso con sus Marlins, pero no por eso deja de ser doloroso y cruel.

1998, tras ganar la Serie Mundial; Loria, después del 2005, y el 2012, cuando se inauguró el nuevo estadio, son momentos que se recuerdan constantemente en esta ciudad y que han dejado huellas negativas y amargas.

No sé si Jeter sabe que la memoria negativa es mucho más sólida que la positiva. Siempre te acuerdas más de lo malo que de lo bueno. Es parte de la mentalidad humana. Rencor sobre amor. Aunque me quieran demostrar lo contrario. La vida me ha los mostrado más de una vez. Los Marlins muchas.

Miami sufre, llora, observa con impotencia.

Mientras tanto, el equipo cambia y cambia y cambia jugadores establecidos. Empezaron con Giancarlo Stanton, siguieron con Osuna y la lista aumenta día a día. Sin piedad ni consideración alguna con la fanaticada que tanto ha sufrido con las decisiones gerenciales en toda la historia de la franquicia.

1997, 2005, 2012 y ahora 2017. Ciclos que se repiten. La historia una y otra vez. Lo mismo con lo mismo.

Es cierto que este equipo reciente no ganó nada. Ni siquiera llegó a los playoffs. Pero con una batería tan establecida, con el actual Jugador Más Valioso en Stanton, Osuna y Yelich brillando, lo que hacía falta era mejorar el cuerpo de lanzadores.

Demasiado grande el hueco que dejó José Fernández. Su muerte probablemente cambió el rumbo de este grupo de jóvenes peloteros que él lideraba y ahora vivimos un proceso de venta al por mayor. Todo en oferta. Todos se pueden ir. Cualquiera.

La descripción del súper agente Scott Boras de que los Marlins son una joyería que se ha convertido en una casa de empeño es bastante exacta. Ojo, que las casas de empeño pueden ser muy exitosas y producir mucho dinero.

Pero el problema es que las franquicias de Grandes Ligas son joyerías de lujo, con diamantes a diestra y siniestra. Nada de cadenas de oro 14 o 18. Diamantes y de mucho valor. Así de productivo es el negocio de las Grandes Ligas en este momento, un negocio de varios billones de dólares.

Nada de mendigar dinero.

Da la impresión de que el grupo de Jeter está corto de dinero. Que MLB le hizo un favor al aprobar su compra con una deuda de cientos de millones de dólares. Y ahora hay que pagar esa deuda. Hay que mejorar el contrato televisivo en el 2020 y buscar ganancias sí o sí.

Mientras tanto todo está en venta. Todo menos el dolor de los fanáticos de Miami.

Toma nota, Derek Jeter.

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