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OPINIÓN

Trump, "anno primo" (I): economía

El primer año de Trump se ha colocado como el cuarto con más máximos de la historia del Dow Jones. Bueno, el cuarto siempre que no siga encadenándolos en lo que queda de 2017 y se convierta en el primero
Por CESAR-VIDAL

Se ha cumplido el primer año de la victoria electoral de Donald Trump y no da la sensación de que los medios estén especialmente entusiasmados con la conmemoración del aniversario.

En no escasa medida, resulta lógico porque algunos de los logros de estos meses han sido verdaderamente extraordinarios y no suele agradar el hablar bien de aquel al que se ha presentado como ejemplo de todas las maldades habidas y por haber.

Quisiera detenerme en algunos de esos aspectos en futuras entregas, pero ya adelanto que si en algo puede darse por seguro que ha ido bien la gestión de Trump es en el terreno económico.

El día siguiente a su elección, el Dow Jones creció un 1,4% alcanzando los 18.640 puntos. Gran cifra, pero lo cierto es que nadie habría podido imaginar que, apenas un año después, los puntos rondarían ya la bonita cifra de 23.500. No sólo eso. En este mismo primer año, el Dow Jones se ha anotado setenta y seis máximos históricos.

A decir verdad, el primer año de Trump se ha colocado como el cuarto con más máximos de la historia del Dow Jones. Bueno, el cuarto siempre que no siga encadenándolos en lo que queda de 2017 y se convierta en el primero... Con todo, la circunstancia más notable en el terreno económico de este primer año de Trump es la creación de empleo.

Desde el verano del presente año, el aumento del número de puestos de trabajo anda rozando los doscientos mil nuevos empleos al mes. Se puede alegar lo que se quiera, pero, ciertamente, cuesta negar que se trate de una cifra verdaderamente espectacular.

De hecho, ese crecimiento del empleo ha llevado a Estados Unidos a situarse en el nivel de paro más bajo de los últimos dieciséis años. Como muchos recordarán, la nación tocó fondo en 2009 con una tasa de diez por ciento de desempleados. Por esas paradojas peculiares que tiene la Historia, el aumento del empleo y la bajada de impuestos sumados al programa de obras públicas de Trump pueden acabar determinando que el presidente se vea obligado a flexibilizar su posición sobre la inmigración y que sea así por la sencilla razón de que no hay anglos suficientes para tender las carreteras, los puentes y las líneas de ferrocarril que desea.

En otras palabras, Trump podría pasar a la Historia como un gran impulsor del empleo en Estados Unidos y buena parte de ese nuevo empleo acabará yendo a parar a millones de inmigrantes le guste o no. Pero volviendo a nuestro análisis señalemos que la realidad que se percibe en este primer año es que, a pesar del ataque continuo de buena parte de los medios de comunicación y a pesar de que otras áreas de su gestión no hayan dado tan felices resultados, el primer año del triunfo de Trump ha sido bastante notable para trabajadores e inversionistas.

Todo ha sucedido además antes de que se aprobara la rebaja de impuestos, una rebaja de impuestos que no es exactamente la que habría deseado Trump, pero que no está del todo mal. No todas las áreas de su gestión – lamentablemente - están teniendo el mismo éxito, pero no cabe engañarse: en el terreno económico Trump ha pasado la prueba más que airosamente y, desde luego, mejor que sus antecesores.

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