43.200. Este fue el número que calculó una mujer víctima de la trata de personas. Ella dedujo esta cifra partiendo del hecho de que durante cuatro años, aproximadamente 30 hombres abusaban de ella, los siete días de la semana.
Karla Jacinto, sobreviviente del tráfico de personas, concedió una entrevista a un reportero de CNN, a quien contó lo que vivió durante más de cuatro largos años, al tiempo que describió ese mundo de la trata de personas que se mueve entre México y los Estados Unidos, en medio de un negocio sumamente lucrativo que establece conexiones entre ciudades como Nueva York o Atlanta, con pueblos del centro de México.
Ante esta realidad, la historia de Karla no es la excepción. Esta desgracia la viven cada año miles de niñas mexicanas. De hecho, según autoridades de México y EEUU, la zona de Tenancingo se ha registrado el mayor número de tráfico de personas a quienes, en su mayoría, se les obliga a formar parte de una red de prostitución.
La información fue confirmada por Susan Coppedge, Embajadora Especial para el Combate de Tráfico Humano del Departamento de Estado de Estados Unidos, quien destacó que Tenancingo es altamente conocido por las frecuentes prácticas de prostitución y proxenitismo. "Eso es lo que hace el pueblo. Esa es su industria", declaró.
En el caso de Karla, la pesadilla que le ha tocado vivir no sólo se circunscribe al tiempo que estuvo en manos de los traficantes de personas, pues asegura que ha sido abusada "desde que tiene memoria".
"Vengo de una familia disfuncional. Fui abusada sexualmente y maltratada desde la edad de 5 años por un pariente", aseguró la joven.
Cómo cayó en las garras del tráfico de personas.
Fue a los 12 años cuando Karla conoció a un joven de 22 años que se le acercó de manera afable, confesándole que él también había sido víctima de maltrato infantil. Sus palabras, generosidad y el automóvil que manejaba fueron suficientes para deslumbrar a la niña.
La primera vez que la invitó a salir, el joven originario de Zacatelco llegó en un brillante Firebird Trans Am de color rojo.
"Cuando vi el auto no lo podía creer. Estaba muy impresionada por tan grandioso auto. Fue emocionante para mí. Él me pidió que me subiera al auto para ir a lugares", recordó Karla al señalar que 24 horas después ya el hombre la había convencido de vivir juntos.
"Al siguiente día me fui con él. Viví con él por tres meses y durante ese tiempo me trató muy bien. Él me amaba, me compraba ropa, me daba atención, me traía zapatos, flores, chocolates, todo era hermoso", dijo Karla.
Así comenzaron los terribles cuatro años que le tocó vivir. Aunque pudo escapar a los 16 años, la experiencia la marcará por el resto de su vida
No pasó mucho tiempo para que el joven dijera a Karla que él y sus primos eran proxenetas. "Unos días después me empezó a decir todo lo que tenía que hacer; las posiciones, que tanto necesitaba cambiar, las cosas que tenía que hacer con los clientes y por cuánto tiempo, cómo tenía que tratarlos y cómo tenía que hablarles para que me dieran más dinero", narró.
Karla aclaró que quiere que su testimonio sirva de advertencia a otras niñas que pudieran ser víctimas de esta macabra red. "Estas menores están siendo secuestradas, atraídas y apartadas de sus familias. No solo me escuchen a mí. Necesitan aprender de lo que me ocurrió a mí y quitarse la venda de los ojos".
ESTA NOTICIA FUE PUBLICADA ORIGINALMENTE POR CNN
