miércoles 5  de  febrero 2025
TURISMO

Conozca a Cádiz, tan señorial como ninguna

Esta ciudad española que mira al mar es portadora de una singular lindura que rememora a las ciudades coloniales de Hispanoamérica

Esta ciudad española, que yace en una minúscula península en Andalucía, mira al océano Atlántico como si mirara a América. Aquí las calles, plazas y edificaciones guardan aún el aspecto señorial que le dieron los grandes comerciantes que llegaron de las antiguas colonias españolas.

Pero antes que eso sucediera, la historia comenzó con la llegada de los griegos y después los fenicios. Es una ciudad que se convirtió en baluarte urbano durante la época medieval y en puerto preferido de los barcos de América, cuando traían el oro a España. También fue testigo de la primera constitución española y es hoy portadora de una singular lindura que rememora las ciudades coloniales que yacen al otro lado del océano.

Casco histórico

Comenzamos andando por el espléndido paseo que corre a lo largo del litoral gaditano y que recuerda en alguna medida a los malecones de Hispanoamérica. Aquí la brisa trae el olor a mar que nos remonta a la infancia, cuando ansiábamos la llegada del domingo para ir a la playa.

Cada paso que damos nos acerca a la cúpula de la catedral, que antes veíamos alejada en la distancia, hasta llegar a la calle San Juan de Dios, donde yacen los restos del teatro romano y encontramos una de las entradas al barrio del Pópulo, el recinto medieval, donde los viejos bares y restaurantes giran en torno a la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Cádiz con su peculiar diseño barroco y neoclásico.

A un lado del templo católico, está el centro arqueológico Casa del Obispo, con restos de datan de época fenicia, cubiertos ahora por un futurista mirador que tiene forma de balcón.

Andamos dos manzanas más, luego de saborear una sorprendente tortilla de camarones, y llegamos a la plaza de la Candelaria con su aspecto de eterno descanso y un atractivo inventario de fachadas muy señoriales que rodean el parque.

Precisamente en una de las esquinas de este lugar está el centenario Café Royalty, suntuosamente decorado con estucos dorados, mármoles y pinturas que rememora la exquisitez de la Belle Époque, donde aún se reúnen algunos intelectuales y políticos a discutir los temas de actualidad.

“Tal vez José María Pemán fuera más enfático si pudiera opinar hoy sobre la realidad que acontece”,  comentó unos de los clientes del exquisito café sobre el escritor y poeta gaditano, que fue testigo de Cádiz y España hasta que murió en 1981.

“Hoy pensamos diferente. Hay que creer en todas las corrientes pero al final todo sigue igual o peor”, sentenció.

De cualquier manera, afuera, en la calle, donde la gente camina de un lugar a otro, la vida transcurre sin tropiezos aparentes.

Siglo de oro

A cuatro calles de la Candelaria está la plaza de San Juan de Dios, donde descansa el Ayuntamiento neoclásico. Es la antesala a la llamada ruta de Cargadores a Indias, que evoca el siglo de oro que vivió Cádiz tras el traslado del monopolio comercial desde Sevilla, en 1717.

En aquel entonces, grupos de ricos comerciantes españoles y europeos se asentaron en la zona y la ciudad llegó a ser la más próspera de España.

De hecho, la opulencia favoreció la cultura y la construcción de hermosas edificaciones, que evocan las fachadas de las casonas coloniales en La Habana y otras ciudades de América.

Aquí perduran aún más de 100 torres que llegaron a coronar los edificios de la burguesía, y desde donde los comerciantes  avistaban sus naves procedentes de América.

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