Brian Day es simplemente capaz de contar historias sin final
De la serie Time Traveler. (Brian Day)
A pesar de las bromas de su madre acerca de la afición de su progenitor de fotografiar desconocidos, o situaciones ajenas cuando paseaban por la calle, Brian Day se lo tomó muy en serio y siguió su ejemplo convirtiéndose en un exponente de la fotografía callejera, lo que hoy llamamos street photography. n n Su fotografía en blanco y negro tiene personalidad, tanto como su ciudad, Detroit. Una ciudad en decadencia y en bancarrota para muchos, y en franco renacer para otros porque sus habitantes, aquellos que se atrevieron a desafiar la crisis y quedarse, aman su ciudad sin ambages. n n Brian es uno de ellos y en ella experimenta con foto a pie de calle o con proyectos más elaborados como The Time Traveler (viajero del tiempo), su serie más celebrada. n n En esta serie un misterioso personaje es el centro del enigma y forma parte de un retrato de la ciudad, sus rincones, sus edificios imposibles y abandonados. Una serie que habla de esquinas visitadas por este personaje que viene del pasado y por su apariencia, de tiempos donde la ciudad resplandecía. n nNunca vemos su rostro, quizás porque su rostro es el de todos los que vivieron y mal vivieron la ciudad. Aquellos que disfrutaron fiestas y aquellos que trabajaron en ellas. Un pulso muerto de una ciudad viva donde quien la visita sólo encuentra silencio y vacío. n n Un paraguas y una maleta son sus únicos compañeros de viaje. Una maleta que guarda un secreto en sus adentros que deja para si misma, ocultándonos su contenido, limitándose a contarnos una historia olvidada de un lugar abandonado. n n Brian Day es simplemente capaz de contar historias sin final donde refleja su visión de una ciudad que opone talento a la bancarrota, preciosismo fotográfico a la decrepitud de su entorno y vida en las calles al deterioro económico. n nEl hombre del sombrero es sólo la forma de dejar la historia sin terminar. Un regalo que el autor nos brinda, dejando que seamos nosotros los que vislumbremos el final o el principio.
Qué hacía allí aquel hombre vestido de traje y sombrero, qué llevaba en esa maleta, o a dónde va, es una tarea que nos deja para nuestra imaginación. Y lo cierto es que la sensación, me gusta, por su poderosa fuerza evocadora. n n Más de Brian Days: http://brianday.org/time_traveler