MIAMI.- Activistas a favor de los inmigrantes se reunieron en las afueras del edificio donde están las oficinas de la fiscal general de Florida Pam Bondi, en el distrito financiero de Brickell, en Miami, para exigir su renuncia.
Como se ha revelado en los últimos días, en varios medios de prensa, Bondi recibió, para su candidatura, 25.000 dólares de la Fundación Trump. No sólo el candidato republicano debió pagar una multa por violar la ley –una fundación no puede donar dinero a campañas políticas- sino cuestionan que, después de recibido el dinero, supuestamente la oficina de la fiscal haya decidido no investigar las denuncias por fraude hechas contra la universidad Trump.
“Necesitamos que el Departamento de Justicia nombre un fiscal para investigarla, ella debe renunciar, no se puede tolerar este tipo de corrupción”, indicó Pam Keith, excandidata al senado federal por el partido demócrata en las pasadas elecciones del 30 de agosto.
“Trump University no fue un fraude particularmente sofisticado. No era una universidad y no tenía en realidad mucho qué ver con Donald Trump, aparte de su nombre”, indicó Keith.
Explicó que en realidad eran seminarios, como los que organizan las empresas de tiempo compartido para vender sitios para vacacionar o desarrollar capacidades de liderazgo. “La gente que buscaba como invertir el dinero que había conseguido con su trabajo, fue comprometida a comprar un seminario. No sólo dieron dinero para comprarlo, sino que su contenido no tenía nada qué ver con cómo convertirse en inversionistas inmobiliarios”, acotó la excandidata.
“Lo que encontraron fue que necesitaban dar más dinero y participar en más seminarios. Eso es lo que es obvio en la información que existe del caso de la universidad Trump. De hecho, fue obvio que fiscales alrededor del país impusieron cargos. Y cada vez que los abogados trataron de descartar el caso no lo lograron porque había evidencia de verdad sobre un caso real de fraude”, indicó Keith
De acuerdo con la excandidata, cuando Bondi ya estaba entendiendo el caso, recibió la polémica donación de 25.000 dólares. “Donald Trump quiso resolver su problema con ese dinero, en realidad le salió muy barato, pero igual no era su dinero sino de la gente que lo donó a su fundación para beneficiar a alguien más”, indicó Keith.
“Pam Bondi nunca ha debido confiar en un hombre que tiene como única brújula moral buscar su propio beneficio”, sentencio la excandidata, abogada residente en Palm Beach y quien enfrentó a Patrick Murphy y Alan Grayson.
Otro que hizo uso de la palabra en esta modesta manifestación, que atrajo la mirada de los transeúntes y la atención de la policía, fue Juan Carlos Caravaltas, de la organización United We Dream, que aglutina a los estudiantes indocumentados. "Pam Bondi ha atacado constantemente nuestra comunidad, no solo al bloquear DAPA y DACA [los alivios migratorios expedidos por el presidente Obama a través de órdenes ejecutivas], sino al alinearse con Donald Trump”.
Por su parte Jack Lieberman, miembro de la comunidad judía y a la cabeza de la organización de Acción Progresista Judía, recordó que no es la primera vez que hay un ataque, como el del candidato republicano, contra los inmigrantes. “Soy nieto de inmigrantes judíos provenientes de Rumania. En 1940 hubo una campaña [en Estados Unidos] contra judíos e italianos, con el mismo tono que sigue hoy la campaña de Trump: que éramos violentos, comunistas, mafiosos, anarquistas, un peligro y, entonces, cerraron las fronteras. Yo no estaría aquí si mi abuelo no hubiera tenido la suerte de encontrar las fronteras abiertas. De lo contrario, yo habría sido víctima del Holocausto”.
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