Un terremoto de 6,7 grados de magnitud en la escala de Richter sacudió durante la madrugada de este miércoles el noroeste de Ecuador, la misma zona afectada por el seísmo que en abril causó unos 660 muertos, miles de heridos, decenas de desaparecidos y cerca de 34.000 desplazados.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró a través de su cuenta en Twitter, que se trata de una réplica de lo sucedido en abril pasado en la costa norte del país y sólo ha causado "pequeños daños materiales”.
"Definitivo IG: Réplica 6.8 Richter. Epicentro sur de Muisne. Pequeños daños materiales. Todos tranquilos. Quito puede regresar a casas", escribió el mandatario en la red social.
Asimismo, indicó que se encuentra en las oficinas del Sistema de Integrado de Vigilancia ECU 911, en Quito, desde donde apuntó también que el temblor no ha provocado una alerta de tsunami.
Correa, también afirmó que varias personas sufrieron lesiones leves al accidentarse cuando salieron de forma apresurada de los lugares donde estaban.
"En muchos sitios ni siquiera se ha sentido", puntualizó el mandatario, quien señaló que "las actividades tienen que continuar con absoluta normalidad", entre ellas las educativas.
En ese sentido, el ministro coordinador de Seguridad de Ecuador, César Navas, indicó que tampoco se ha informado de daños en elementos estratégicos del país.
Agregó que la población está más tranquila y regresa a sus hogares o a los albergues en los que se instaló tras el terremoto de abril.
El epicentro del temblor se situó a 10 kilómetros de profundidad y se localizó a 34 kilómetros al noroeste de la localidad de Rosa Zárate, en la provincia de Esmeraldas, a las 7:57 hora GMT, según el Servicio Geológico de EEUU (USGS).
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