sábado 24  de  mayo 2025
PAÍS EN CRISIS

La muerte en Venezuela gobierna paralelo al régimen chavista

Los policías fracasaron en su intento por detener el crimen, ellos también mueren  a causa del hampa y, en algunos casos, temen intervenir en los momentos de peligro

 

CARACAS.-REDACCIÓN

En Venezuela, la muerte por homicidio se ha convertido en un habitante más que pasea sigilosa y se atraviesa en el camino de cualquiera que ande por el sitio equivocado.

En la nación sudamericana, la muerte ha tocado la puerta de niños, hombres y mujeres, escoltas, policías, funcionarios de seguridad, personalidades del Gobierno y hasta familiares de chavistas.

 Con su disfraz de violencia, este flagelo no diferencia ni siquiera los colores políticos. Solo desata sus ganas de arrancar vidas y de gobernar paralelamente al régimen de Nicolás Maduro. Arrancó sus cadenas y se postró en el día a día del venezolano.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), la inseguridad ciudadana es el principal problema social que afecta a este país. Según un informe elaborado por el OVV y un grupo de cinco universidades públicas y privadas venezolanas, se reveló que entre 1998 y 2014 se han registrado 231.562 homicidios en el país, convirtiendo a este delito en la tercera causa de muerte en Venezuela, pero en la primera entre los jóvenes.

Asimismo, los policías fracasaron en su intento por detener el crimen. Ellos también mueren  a causa del hampa y, en algunos casos, temen hacer intervenciones en momentos de peligro. Ahora hay más victimarios que víctimas. La balanza de la justicia se ha inclinado hasta el fondo de la impunidad.

La vida de un policía vale un arma

Según las estadísticas de algunas Organizaciones No Gubernamentales, en lo que va de este año más de 120 policías han sido asesinados en Venezuela, mientras en 2014 murieron en total 268.

Estas muertes se han presentado en todo tipo de efectivos (municipales y regionales), incluso, en la Policía Nacional Bolivariana creada por el chavismo. Todos ellos han tenido que enfrentarse a armas de guerra, material explosivo y ataques violetos para defender sus vidas. En muchas ocasiones, no ha sido fructífero el intento para salvarse y caen al pavimento.

En la mayoría de estos casos, los funcionarios han sido atacados para robarles el arma reglamentaria y la motocicleta que conducen. Además de los robos, han muerto por ajustes de cuentas, venganza o durante enfrentamientos con delincuentes.

El régimen tras un argumento conciso

Las cifras aparentemente no han sido tan alarmantes para el Gobierno que, en vez de buscar soluciones, trata solo de explicar a la ciudadanía por qué están sucediendo estos casos de muertes violentas. Aunado a ello, se despliega la triste lista de planes de seguridad que engloba 19 proyectos para combatir el crimen, siendo el más reciente y aún en vigencia el llamado “Plan Patria Segura”. Todos ellos reflejan un intento inocente para garantizar la vida del venezolano.

El presidente de la Comisión por la Revolución y Reforma Policial y diputado chavista, Freddy Bernal, justificó recientemente en medios locales la serie de asesinatos a miembros de las policías. A su juicio, estos sucesos buscan desmoralizar y causar efecto negativo en la sociedad: “Cuando se asesina a un policía se pisotea la Constitución, el ejercicio de la autoridad y la sociedad”.

En sus declaraciones, Bernal reconoció que ser policía es complejo y peligroso, pues en los últimos tiempos la criminalidad no respeta el estado de derecho ni el uniforme. “El funcionario ha pasado a ser una especie de presa que es buscado para quitarle el arma o la moto”, lamentó.

Por su parte, el ministro de Interior, Justicia y Paz, el Mayor General Gustavo González López, señaló que los asesinatos de policías en las últimas fechas responden a un "plan perverso" y que tienen "pruebas de las pretensiones políticas" de estas muertes violentas.

Estadísticas llenas de luto y dolor

“Los venezolanos se han acostumbrado a vivir con la violencia y la inseguridad”, apuntó el presidente de la OVV, Roberto Briceño León.

La zozobra se respira en cada esquina bien sea que salgas en la mañana, en la tarde y más en la noche. Las esperanzas caducan al saber que el policía que debería cuidar una localidad tiene las mismas probabilidades de morir en manos del hampa como un venezolano común. El poder de la denuncia ciudadana se desvanece, el miedo y la anarquía imperan en cada rincón.

Ante esto, el Gobierno chavista solo se arropa acusando al que tenga al lado. El problema no se atajó a tiempo y ahora se convirtió en el gran acertijo del ciudadano de a pie: ¿a dónde vamos a parar?

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